Cómo viven la Cuaresma las familias de ahora
Alonso Jaime Covarrubias Tovar
Pastoral Familiar Diocesana
Lo que se hace por hábito se convierte en costumbre, y cuando es buena se convierte en virtud. Sin embargo, no siempre las costumbres de nuestros padres, aunque hayan sido mejores, lograron convertirse en hábito o virtud para los miembros de las actuales generaciones, que en muchos casos las ignoran o han dejado de seguirlas, arrastrados por la modernidad.
Así por ejemplo, antiguamente, durante la Cuaresma existían muchas normas que, de alguna forma, todos seguíamos. Al menos yo puedo afirmar que, de pequeños, nos sentíamos arropados, sin saberlo, por una “espiritualidad feliz e inocente”. Participar en los actos litúrgicos no era algo que le agradara a uno, pero quien se portaba bien, tenía su recompensa, y así, al salir de ellos, casi siempre el premio era alguna de las golosinas que se ofrecían, acordes con la época. Hoy, ni con premios se puede convencer a un niño o adolecente de que nos acompañe a las rituales celebraciones cuaresmales.
Devociones y tradiciones de arraigo
Pese a todo, uno de los sacramentales, como el de la recepción de la ceniza al inicio de la Cuaresma es un acto penitencial que no ha bajado en cuanto a popularidad; los templos ese Miércoles de inicio cuaresmal se ven repletos, y a ellos acuden personas que normalmente no asisten de forma ordinaria los domingos, aunque muchos lo hagan por seguir una tradición y sin darle a esa “toma de ceniza” su verdadero y profundo significado.
En el pasado, eran también muchas las privaciones a las que se sometía un creyente; y aunque eran no difíciles de cumplir, como no escuchar radio ni ir al cine, hacer los Ejercicios Espirituales, o abstenerse de ver la televisión; no pelear con los hermanos, no decir “malas palabras”, etcétera, de cualquier manera, sí significaban un sacrificio, si bien cabe advertir que esto, dentro de la inocencia infantil, se percibía como algo que se debía evitar, a fin de no cometer pecado, pues no se tenía el concepto claro de que lo que se omitía o se cumplía no significaba una transgresión a los Mandamientos ni una grave ofensa a Dios.
Actualmente, pese a tanta información, Programas de Radio, películas, Televisión, Internet, muchos ignoran qué significa verdaderamente la Cuaresma, pues generalmente lo que priva ahora en las familias, es la ignorancia o desinterés por estos asuntos. Se vive la Cuaresma porque así lo marca el calendario, pero la mayoría no tiene ni idea del porqué y de su significado. Por ejemplo, si se le pregunta a una persona que “tomó ceniza” qué pasaría si no lo hubiera hecho, su respuesta seguramente sería que habría cometido pecado.
Es por eso que las familias católicas o aquéllas que dicen serlo, deberían prepararse e informarse de todos estos valores que han ido perdiéndose; entre ellos, saber qué significa y qué sentido tiene vivir la Cuaresma.
Otro factor adverso, además de la ignorancia, es que hoy en día las familias se han atomizado, se ha perdido el unificado ambiente de hogar; sus miembros viven apartados unos de otros y, ante ello, las costumbres cambian. Quizás algunos identifiquen la Cuaresma sólo como tiempo de ayuno, de vigilia, de no comer carne los viernes (pero degustar pescados, mariscos, capirotada y empanadas), lo cual asumen como una añeja tradición alimentaria; pero, al mismo tiempo, se encuentran muy lejos de cumplir con esa necesidad sustancial de este tiempo preparatorio para la Pascua, que es propicio para convertirse, arrepentirse y poder así ir al encuentro con Dios.
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