jueves, 28 de enero de 2016

Delicada y minuciosa, la tarea del Postulador

Para las Causas de Canonización

La propuesta de un candidato a los Altares debe pasar por un laberinto de requisitos y condiciones, primero en su Diócesis de origen y luego someterse al riguroso juicio y dictamen de un Equipo especializado en la Santa Sede. De ahí que el proponente debe ser muy diestro.

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Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia

Reza el refrán popular: “Cada Santo tiene su capillita”, o “A cada Santo se le llega su Función”, y es verdad. Pero también hay otra verdad un poco menos conocida: “Cada Santo tiene su Postulador”.
El Postulador es la persona que, por comisión legítima de la parte interesada, solicita en la Curia Romana la Beatificación y/o Canonización de un cristiano venerable. El Postulador sigue la Causa a nivel diocesano durante la primera fase del Proceso, además de llevar adelante todos los aspectos de la segunda y tercera fases. Reside en Roma, y es nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos.
Viene a ser, el Postulador, un representante de la Comunidad de fieles ante la Congregación para las Causas de los Santos; representa el motor del Proceso y colabora con la Autoridad Eclesiástica en la búsqueda de la verdad. El éxito de la Causa de Canonización, presupuestas las virtudes heroicas y la fama de santidad del candidato a la Canonización, depende, en gran parte, del Postulador, sobre todo en lo que se refiere al desenvolvimiento de las prácticas para dar curso al Proceso.
Debe ser, por tanto, una persona honesta, con suficiente preparación jurídica, una buena cultura teológica, de conocimientos en Historia y en la práctica de los procedimientos de la Congregación para las Causas de los Santos, especialmente cuando debe desarrollar sus funciones en Roma.
En entrevista al Religioso Fidel González Fernández, Sacerdote Misionero Comboniano y Postulador de la Causa del ya muy próximo Santo José Sánchez del Río, Mártir, se le formuló un Cuestionario, cuyas respuestas fueron las siguientes:
1. José Sánchez fue un joven David contra un tirano Goliat, que vence, con su testimonio martirial, a todo el gran poderío que entonces ejercía en México un proyecto de descatolización y de asesinato de la libertad religiosa, que es un derecho fundamental.
Un muchachito, que no había cumplido aún los 15 años, es capaz de oponerse a este inmenso poderío y de derrotarlo con su testimonio de Mártir, concluyendo su vida con el grito de “Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe”, como todos los Mártires Mexicanos de la Persecución Religiosa.
2. México aprende de este niño, que la Fe no se vende por ningún privilegio; México aprende que la Fe se vive hasta las últimas consecuencias y que la Fe Católica siempre da puerta para vivir con dignidad la propia libertad de conciencia y la libertad religiosa.
3. Me parece que el Beato José Sánchez del Río puede ser Patrono –aunque no me toca a mí decirlo– de la Juventud; una juventud hoy desorientada, y que necesita tener con claridad una motivación para vivir. José Sánchez encontró motivación en Cristo, fuente de la libertad. Estoy convencido de que este joven-adolescente puede ser presentado como ejemplo a seguir por su auténtica experiencia cristiana que da dignidad a las personas y abre horizontes grandes para una juventud que actualmente es atraída por montones de opciones efímeras, que al final son espejismos engañosos.
4. Él fue un enamorado de la Eucaristía desde niño, desde su Primera Comunión. La Adoración Nocturna es el hilo rojo que une a todos estos Mártires.
5. Sus papás eran católicos practicantes, que le inculcaron los principios fundamentales de la Religión. La familia juega un papel muy importante en su educación. Ciertamente su papá intentó salvarlo; hasta pagó cerca de 5,000 pesos de oro, reuniendo esta cantidad con sus amistades, incluso de Guadalajara. El papá entregó el dinero, pero de todos modos mataron a su hijo. Éste no fue caso único en que los asesinos obraron así.
José Sánchez del Río fue torturado en el bautisterio de la iglesia donde había sido bautizado, y el pueblo de Sahuayo lo considera Mártir desde el primer momento, pues la gente, con telas, recoge la sangre que el Mártir va dejando por el camino al Cementerio, donde lo remataron.
Hay más adolescentes Mártires como él, pero no se han iniciado sus Procesos. Se trata de la Fe de un pueblo católico, en que encontramos representados todos los estadios de vida. Todos los Mártires constituyen el corazón de un catolicismo mexicano del que se puede palpar y sentir su latido.

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Padre Fidel González Fernández, MCCI, Misionero Comboniano
Doctor en Historia de la Iglesia
Director del Diccionario de la Historia Cultural de la Iglesia en América Latina (www.dhial.org)
Presidente de la Comisión de Historia en el caso San Juan Diego
Postulador de las Causas de los Santos y Beatos Mártires mexicanos
Postulador de la Causa del Beato José Sánchez del Río
Relator de la Causa de Don Vasco de Quiroga
Relator de la Causa de Mártires españoles
Consultor de aproximadamente 20 Causas mexicanas
Consultor de la Causa de la Reina Isabel de España.
Libros sobre Mártires Mexicanos:
- Sangre y corazón de un pueblo
- José Sánchez del Río. El joven David de Sahuayo.

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