jueves, 7 de enero de 2016

Dos señales para llegar a Jesús

CIUDAD DEL VATICANO- El Papa Francisco sorprendió el pasado lunes al abandonar inesperadamente los muros vaticanos y dirigirse a la localidad italiana de Greccio, en la Provincia de Rieti, el lugar en donde San Francisco de Asís colocó el primer pesebre viviente de la Historia, en la noche de la Navidad de 1223.
Allí aprovechó para saludar a una multitud de jóvenes que participaban en un Encuentro de la Diócesis, y a quienes dirigió un mensaje.
“En la vida hay muchas señales. Y en el Evangelio, cuando se habla del Nacimiento de Jesús, existen dos que me hacen reflexionar. Y querría que también ustedes reflexionen sobre esto”.
El Pontífice habló, en primer lugar, sobre la Estrella de los Reyes Magos. Una señal que dice que cuando “en nuestra vida encontramos
alguna estrella especial, nos llama a hacer algo más, algo bueno, a emprender un camino, a emprender una decisión”. Por eso, debemos pedir la Gracia de descubrir “la estrella” que Dios quiere hacernos ver cada día, porque “esa Estrella me conducirá a Jesús”.
La segunda señal sobre la que habló Francisco fueron los Ángeles que indican al pastor dónde ha nacido el Niño. Esto habla de la “pequeñez de Dios”. La pequeñez, la humildad: Dios, que va contra el orgullo, la suficiencia, la soberbia. Y esta mansedumbre de un Niño es la otra señal: “¿Mi vida es una vida mansa, humilde, que no huele mal, que no es orgullosa?”, preguntó el Papa a los jóvenes.
“Deseo que vuestra vida esté acompañada siempre de estas dos señales, que son un don de Dios”, concluyó el Pontífice (ACI).

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