jueves, 21 de enero de 2016

Rumbo a los Altares

Camino a los Altares
Entregan evidencia de que su vida fue ejemplar

El Auditorio “Marcelino Champagnat”, de la Universidad Marista de Guadalajara, fue sede de la Ceremonia de Clausura del Proceso Diocesano de Canonización del Siervo de Dios, Basilio Rueda Guzmán, Hermano Marista, celebrada el miércoles 13 de enero.

P4 F1

Rebeca Ortega Camacho

El 21 de enero de 1996, ingresó a la Casa del Padre el Hermano Basilio Rueda, FMS. Su fama de santidad propició que el 20 de diciembre de 2001 los Consejos Provinciales Maristas de México, en sesión anual, notificaran la posibilidad de introducir la Causa de Canonización de ese Religioso.
Después de un trabajo previo, reuniones, nombramientos y peticiones oficiales ante la Iglesia de Guadalajara, el 19 de junio de 2004 se llevó a cabo la Solemne Ceremonia Inaugural de la Causa del Hermano Basilio, presidida por el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, entonces Arzobispo de Guadalajara, y se estableció el Tribunal Diocesano en la Parroquia del Sagrario Metropolitano.
Once años después, el Postulador Diocesano, Hermano Marista José Flores García, y el Tribunal Diocesano, concluyeron el Proceso Diocesano de Canonización y fue presentado al Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, quien declaró “íntegros y auténticos tanto el original como el trasunto y la copia, y ordeno, dispongo, que estos últimos sean entregados al portador para que los lleve a Roma y los presente a la Congregación para las Causas de los Santos”.

P4 F2

UN MOMENTO SOLEMNE
En la ceremonia estuvieron presentes miembros de la Comunidad Marista, familiares del H. Basilio Rueda, amigos y simpatizantes de la Causa.
El presidium lo conformaron, además del Cardenal Francisco Robles, los Hermanos Provinciales de México: Miguel Ángel Santos, Provincial de México Occidental, y José Sánchez, de la Provincia de México Central, y se contó con la presencia del Hno. Sean Sammon, Ex Superior General del Instituto, quien se encontraba en la Ciudad con motivo de otra reunión. También concurrieron: el Hermano Postulador General, Jorge Flores Aceves y el Postulador Diocesano, Hno. José Flores García.
El acto requirió la presencia del Tribunal Diocesano, conformado por el Canónigo Luis Martínez Jiménez, Juez Delegado Episcopal; Monseñor José Guadalupe Ramiro Valdés Sánchez, Promotor de Justicia, y Liliana Columba Torres Vázquez, quien fungió como Notaria Adjunta. Además, el Presbítero Francisco Javier Sánchez Camacho, Secretario de la Comisión Diocesana de Causas de Canonización; Monseñor Óscar Sánchez Barba, Relator Diocesano; el Presbítero Javier Magdaleno Cueva, Secretario Canciller, y el Hno. Esteban González Limón, designado como portador de la documentación oficial que se llevará a Roma, por encargo de los Provinciales de la Fraternidad Marista.
Después de la bienvenida, se invitó a los presentes a proclamar el “Himno al Espíritu Santo”. La conducción de la Ceremonia estuvo a cargo del Hno. José Flores, Postulador Diocesano de la Causa de Canonización.
Dicho Postulador expuso una semblanza del candidato a los Altares, así como pormenores de la Causa. Destacó los momentos más significativos, recordó a las personas que han hecho posible este arduo trabajo, y dijo: “Después de haber cumplido con los requisitos canónicos del Proceso Diocesano de la Causa, procedemos ahora a la Clausura, acto de singular relevancia, porque culmina la primera etapa de estudios de los documentos de presentación de testigos, que dan Fe de la práctica de las virtudes cristianas del Hno. Basilio Rueda Guzmán”.
Igualmente, destacó las virtudes del Siervo de Dios: “Conocedor del mundo y sus necesidades, y consciente de la Misión que el Señor le había encomendado, desarrolló profundamente el sentido de pertenencia a la Iglesia y de entrega sin reservas a la Voluntad de Dios. El Hermano Basilio Rueda fue un ejemplo de virtudes, un cristiano que siempre tuvo a Dios dentro de su vida, y a Cristo como absoluto modelo de su consagración religiosa”, concluyó el exponente.
Posteriormente se procedió al análisis y corroboración de la documentación que se llevará a Roma. Monseñor Ramiro Valdez subrayó: “Como Promotor de Justicia del Proceso Canónico de Beatificación y Canonización del Hermano Basilio Rueda, declaro que no tengo nada qué objetar de los originales documentos de este Proceso ni del trasunto y de la copia pública”.
El Cardenal Francisco Robles invitó al portador a prestar juramento para cumplir fielmente su encargo encomendado: “Yo, Hermano José Esteban Limón… juro cumplir fielmente el encargo que se me ha encomendado, de llevar a Roma el trasunto y la copia pública de dicho Proceso, y de presentarlos a la Congregación de las Causas de los Santos, juntamente con el sobre que contiene las Letras del Delegado Episcopal y del Promotor de Justicia. Que Dios me ayude, y me asistan estos Santos Evangelios”, y firmó el juramento.
A continuación, el Cardenal y el Promotor de Justicia pasaron a dar testimonio de los documentos, sellos y firmas. Por último, se procedió a guardar la documentación en cajas y sellarlas con lacra, en presencia de los asistentes.
Para finalizar la Ceremonia, el Arzobispo Metropolitano dirigió unas palabras: “Hemos asistido con mucho gozo a la celebración del final del Proceso Diocesano de la Causa del Hermano Basilio Rueda. Se trata de un momento solemne, grandioso, porque la síntesis de toda una vida de un hombre de Dios está en unos papeles. Son dos mil hojas en cada paquete y, como escuchamos a Monseñor Ramiro, faltarían tres mil hojas más, de todos sus escritos y de los análisis de los Teólogos.
“Es un Proceso grandioso y serio, que pasa de las manos de la Iglesia Diocesana a la Iglesia Universal, en concreto a la Congregación de los Santos, que ayuda al Papa en este Proceso, y que del Papa depende la última palabra, y de Su Santidad esperamos la última declaración sobre esta Causa.
“Mientras tanto, damos gracias por el paso cumplido, por el trabajo hecho, pero seguimos en oración para que el Proceso vaya adelante y podamos gozar un día de ver, invocar y glorificar a Dios en nuestro Hermano Basilio Rueda en los Altares, como modelo de vida cristiana, y que nos anime a seguir nuestro Proceso”, concluyó el Cardenal Robles Ortega, e impartió luego su bendición.
Una vez que los documentos lleguen a Roma, la Congregación de las Causas de los Santos hará un estudio minucioso para analizar si el Hno. Basilio Rueda puede ser declarado Venerable. Y la última etapa de un Proceso de Canonización requiere de la comprobación de un milagro para ser considerado Beato, y otro más para ser declarado Santo.

P4 F3

Breve semblanza biográfica del Hermano Basilio Rueda Guzmán, FMS
Un hombre con virtudes heroicas

P5 F2

FMS (Hermanos de las Escuelas Maristas)

Nació en Santa Ana Acatlán de Juárez, Jalisco; recibió el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión a temprana edad. Fue educado en las virtudes cristianas, tanto en el seno de su familia como en el Colegio Marista de Guadalajara, en el que cursó la Educación Primaria. El ejemplo de sus Maestros Religiosos le despertó la inquietud vocacional por la Vida Religiosa Marista.
Ingresó al Noviciado de los Hermanos Maristas en 1942 y tomó el Hábito el 12 de septiembre de 1943. Hizo sus Primeros Votos el 8 de diciembre de 1944. Durante el Noviciado, se distinguió por su fervorosa piedad, su filial devoción a la Santísima Virgen y su cariño a los niños pobres, a quienes catequizaba y preparaba con gran empeño para la Primera Comunión. Hizo sus Votos Perpetuos el 1° de enero de 1950. Su vida se deslizó con un tinte de sencilla naturalidad y una constante profundidad espiritual. Su Director Espiritual lo guió por la senda de la santidad.
Comenzó su apostolado en la Escuela y, mientras estuvo de Maestro, se preocupó por la formación espiritual de sus alumnos. Inició, en México, el Movimiento de “Cursillos de Cristiandad”, y ayudó en la adecuación de la modalidad juvenil del Movimiento de “Jornadas de Vida Cristiana”.
Cursó la Carrera de Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México, graduándose con los máximos honores. A pesar de los éxitos en su quehacer apostólico, jamás perdió la sencillez, el buen trato y la calidad en el servicio al prójimo. Tenía especial solicitud para atender a sus Hermanos de Comunidad cuando sufrían algún quebranto de salud. El muy especial cuidado de sus hermanos de religión, especialmente los ancianos, se hizo proverbial, pues unía a la dedicación personal un trato respetuoso y consolador. Poseía un gran sentido del humor, lo cual le granjeaba la simpatía de quienes le conocían.
La fidelidad a los actos de piedad fue siempre prioritaria en su existencia. Su vida espiritual fue sencilla e intensa a la vez; por otra parte, equilibraba su ser religioso con su vida apostólica.

TRABAJO Y LIDERAZGO
De 1961 a 1965, trabajó en el “Movimiento por un Mundo Mejor”, primero en la Ciudad de México, luego en Roma y, después, en Quito, Ecuador. Se distinguió por sus atinadas orientaciones, la elocuencia y profunda doctrina de sus Conferencias, la pluralidad de sus oyentes. Fue reconocido y apreciado por la sencillez de trato y su gran espíritu de servicio, pues anteponía el interés y las necesidades de los demás a los propios, al grado de desprenderse de sus pertenencias para favorecer a los necesitados.
Al terminar su compromiso con el “Movimiento por un Mundo Mejor”, fue designado para dirigir el “Centro de Espiritualidad Marista”, en España. Los siete Superiores Provinciales de su Congregación llegaron a estimarlo tanto, que procuraban su buen consejo acerca de la Educación Católica y las cuestiones religiosas, y lo invitaban a impartir Retiros Espirituales en sus Provincias.

SUPERIOR GENERAL
Durante el XVI Capítulo General Congregacional de 1967, al que acudió en calidad de Delegado por la Provincia de México Central, fue electo Superior General de los Maristas, a pesar de no haber ocupado antes cargo alguno en la Administración General ni haber sido Superior Provincial, pues su intervención en las Comisiones Capitulares fue tan brillante, que bastó a los Hermanos Capitulares para darse cuenta de la gran riqueza doctrinal y espiritual del Hno. Basilio, además de su gran calidad religiosa y humana. A partir de entonces, se dio a la tarea de visitar las diversas Provincias de su Congregación diseminadas en el mundo, organizando Retiros y entrando en comunicación directa con sus Hermanos, para enterarse de sus necesidades, tanto en el aspecto humano como en el espiritual.
Por ese tiempo, redactó algunas Cartas Circulares que son verdaderos Tratados sobre la Vida Religiosa. En la Unión de Superiores Generales fue muy estimado, y sus opiniones fueron siempre bien recibidas. Demostró tal afecto a sus Hermanos, que no dudaron en mostrarle la intimidad de su vida, recibiendo siempre aliento y palabra oportuna.
Después de gobernar nueve años, fue reelecto para un período de otros nueve, continuando su labor de renovación y actualización doctrinal de las Provincias Maristas del mundo, diseminadas en 72 países.

P5 F1

NUEVAS TAREAS
En 1985, al terminar su mandato de 18 años, se le concedió un Año Sabático, que aprovechó para hacer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, en un plan de discernimiento de las nuevas tareas que le serían encomendadas. Le solicitaron diversas aportaciones a Congregaciones Religiosas, que desarrolló con sencillez y buena voluntad. De acuerdo con su Superior de la Provincia Marista en México Central, quedó disponible para seguir ayudando a las Congregaciones Religiosas; disponibilidad que duró hasta un mes antes de su muerte. Era consultado por propios y extraños. Nunca se le vio alterado en su carácter; siempre de buen humor y con la sonrisa en los labios.
A finales de 1995, su salud se vio sumamente quebrantada por una insuficiencia renal. Su enfermedad empeoró, discurriendo sus últimos días recluido en un hospital, siempre sereno y haciendo oración, acompañado por sus hermanos de sangre, de Religión y de sus amigos, pues literalmente toda la Congregación Marista estuvo al pendiente de su enfermedad.
El 21 de enero de 1996 entregó su alma al Buen Padre, a quien tanto había amado en sus hermanos. Sus funerales fueron en Guadalajara, Jalisco, y luego, en la Ciudad de México, habiéndose reunido en uno y otro lugares una nutrida concurrencia.

ORACIÓN PARA PEDIR LA CANONIZACIÓN DEL SIERVO DE DIOS BASILIO RUEDA GUZMÁN, HERMANO MARISTA

Dios, Padre Bueno y Misericordioso, que diste a tu Siervo, el Hermano Basilio Rueda Guamán, un corazón atento a las necesidades de los demás, una tierna devoción a nuestra Buena Madre, y una gran pasión por extender tu Reino, te damos gracias por el don precioso de su vida, para el Instituto Marista y para tu Iglesia. Te pedimos la Gracia de que sea elevado al honor de los Altares, y permite que lo invoquemos en nuestra ayuda cuando los problemas nos agobien y la enfermedad nos debilite. Hoy, te pedimos, por su intercesión… (decir la intención particular), para que, libre de sus males y preocupaciones, pueda alabarte, ahora y siempre. Amén.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario