jueves, 21 de enero de 2016

Algunas lecciones de Colima y Moreira

La escuela de la política

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Dr. Jorge Enrique Rocha Quintero

La semana pasada conocimos dos hechos relevantes en el entorno político nacional: el primero fueron las Elecciones Extraordinarias de Gobernador en el vecino Estado de Colima, y el segundo fue la aprehensión, en España, de Humberto Moreira, ex Gobernador de Coahuila y ex Presidente Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Ambos asuntos ameritan una reflexión.
Luego de que el Tribunal Electoral anulara la Elección de Gobernador en el Estado de Colima, por el uso electoral de Programas Sociales, el domingo 17 de enero se realizaron nuevamente los Comicios para elegir al nuevo Titular del Poder Ejecutivo de aquella Entidad. Más allá de analizar los resultados en sí mismos, que saldaron que Ignacio Peralta, del PRI, derrotó a su contrincante más cercano, Jorge Luis Preciado, del Partido Acción Nacional (PAN), con un margen mayor del que obtuvo en la primera elección, lo relevante para este caso es analizar el proceso seguido en estas Elecciones Extraordinarias.

Va de nuez
Cuando una Elección se anula es porque se cometieron irregularidades graves que afectan las condiciones de equidad en una contienda electoral. Eso sucedió en Colima, y se volvió a convocar a Elecciones. Se supone que cuando hay una sentencia de este tipo, la invitación a los diferentes actores políticos es a mejorar su desempeño, respetar la Ley, tratar de ganarle a su adversario por medios legales, legítimos y acordes a los principios de la democracia y de la ética pública. Es más, luego de la anulación de una Elección, el nuevo proceso debería de convertirse en unos Comicios ejemplares y en excelente pretexto para desarrollar un proceso de educación ciudadana a propósito del nuevo intento. Dicho en pocas palabras, la reposición de un proceso de esta naturaleza supone que los actores políticos implicados mejoren su forma de proceder.
En Colima no ocurrió así, pues la reposición de las Elecciones no fue un proceso ejemplar: otra vez hubo irregularidades el día de la jornada electoral, incluso algunos casos de violencia; se encontraron boletas electorales apócrifas, y en la campaña electoral, los dos contendientes más importantes se dedicaron a la descalificación de sus adversarios; es decir, parece que la clase política colimense no aprendió la lección. Para colmo, esta situación puede explicar que, para el proceso extraordinario, salieron menos ciudadanos a votar; esto es, las Elecciones Extraordinarias aumentaron la abstención; una evidencia más de que el sistema político en México está en crisis, y que es necesario emprender un proceso de transformación del mismo.

“Misión cumplida”
Pasando al tema de Humberto Moreira, el viernes 15 de enero la Justicia española aprehendió a este político mexicano acusado de lavado de dinero, crimen organizado, entre otros cargos, por actividades realizadas cuando estaba estudiando un posgrado en aquel país. Los señalamientos contra Moreira eran muchos, ya que había endeudado de manera extraordinaria al Estado de Coahuila cuando fue Gobernador; impulsó la candidatura de su hermano para sucederlo en el cargo, lo que finalmente prosperó; algunos de sus más cercanos colaboradores cuando fue Gobernador, son objeto de procesos judiciales en Estados Unidos, además de que la violencia en Coahuila se incrementó considerablemente en su gestión. De hecho, a este Estado se le ubica como una de las Entidades con mayor número de desapariciones.
El proceso judicial contra Moreira tiene varios efectos políticos que conviene señalar: en primer lugar, representa un duro golpe a la decaída imagen del Presidente Enrique Peña Nieto, ya que Moreira era Presidente Nacional del PRI cuando Peña Nieto era pre-candidato presidencial; es decir, hay una relación de cercanía entre el actual Presidente de la República y Moreira que, de seguro, impactará negativamente en su imagen. En segundo lugar, con la aprehensión de Moreira surgen nuevamente las demandas de investigar a otros ex Gobernadores y políticos de alto nivel que también tienen señalamientos de corrupción, y que hasta ahora han gozado de la impunidad que prevalece hacia la clase política mexicana. El tercer efecto es que resulta muy preocupante que este tipo de acciones las realicen Autoridades de otros países, ya que en México es casi imposible procesar a los políticos que han incurrido en actos ilegales. Así pues, este hecho vuelve a mostrar la incapacidad del sistema de justicia mexicano para investigar y detener a políticos de alto nivel. Finalmente, si se comprueba que, efectivamente, Humberto Moreira incurrió en los delitos que se le imputan, entonces tendríamos una evidencia más de los grados de penetración que tiene la delincuencia organizada en las esferas políticas de la Nación.
Tanto las Elecciones Extraordinarias de Colima como la captura del ex líder priísta, lo que nos deja ver es que el sistema de justicia y el sistema político mexicano están en graves y profundas crisis.

Correo electrónico:
jerqmex@hotmail.com

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