jueves, 20 de agosto de 2015

Reflexiones sobre los Partidos políticos en México

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Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero

El mensaje en las urnas para los Partidos el pasado 7 de junio fue muy claro: la política que hacen los Institutos políticos no interesa a los abstencionistas (que cada vez son más), o la política que hacen los Partidos en el Gobierno merece el voto de castigo de sus ciudadanos (el PRI y el PAN, en Jalisco, y el PRD en el Distrito Federal). La síntesis del mensaje es que el desempeño de los tres grandes partidos en México no tiene nota aprobatoria por parte de la mayoría de la ciudadanía; por tanto, hay una petición implícita que exige un viraje radical en su forma de entender la política y en la manera como se conducen en el espacio público. Dicho de otra forma, se demanda que los Partidos se transformen. Y, si a lo anterior añadimos la petición de miles de ciudadanos, de retirar el registro al Partido Verde, se reafirma el clamor de cambio.
Es cierto que hay algunos intelectuales que plantean que ni siquiera es necesario contar con un sistema de Partidos políticos, y que su existencia representa un obstáculo para el ejercicio de una verdadera democracia; pero lo que sí es un consenso es que los Partidos actuales, sobre todo los más tradicionales, cargan sobre sí una fuerte y profunda crisis de legitimidad.

¿Sólo maquillaje?
En días recientes, el tricolor y el blanquiazul renovaron sus dirigencias nacionales. En el primer caso, sólo se presentó la postulación de Manlio Fabio Beltrones, quien al no tener contrincante, se convirtió en el candidato de unidad y, por lo tanto, fue elegido como el nuevo Presidente Nacional del PRI. En el caso del PAN, el domingo pasado se realizaron Elecciones internas, y Ricardo Anaya arrasó en las urnas y con ello se impuso al candidato opositor, Javier Corral. En ambos casos, el resultado era el esperado y parecería que el proceso interno estuvo de más, ya que, de antemano, las designaciones estaban muy avanzadas.
Respecto al caso del PRD, el actual Presidente, Carlos Navarrete, anunció su retiro de la dirigencia nacional de este Partido, por lo que también el Sol Azteca entrará en un proceso de renovación de su dirigencia nacional. El gran riesgo es que la corriente que controla a este Partido desde hace varios años, mantenga la misma ruta que hasta ahora ha seguido, y que, por lo mismo, no lo saque de la crisis en la que se encuentra.
Hasta donde sabemos, y por los antecedentes de los nuevos Presidentes Nacionales del PRI y del PAN, el mensaje de demandas de cambio no les llegó, pues ninguna de las nuevas dirigencias representa aires de transformación para estos Institutos políticos y, más bien, se avecina para los próximos años más de lo mismo en los dos Partidos que cuentan con la mayor presencia política en el país. Ahora bien, la pregunta importante ante esta situación es: ¿por qué los Partidos en México continúan con esta forma de proceder, a pesar del repudio ciudadano?… Me aventuro a señalar dos posibles razones.
La primera es que no hay incentivos institucionales de cambio para los Partidos políticos. Y, para muestra, tenemos lo que pasó con el Partido Verde en días recientes. El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) desechó la demanda de quitar el registro a este Partido por violar sistemáticamente la Ley Electoral en las pasadas Elecciones. De acuerdo a un razonamiento endeble y poco serio, los Consejeros Electorales señalaron que el Partido Verde, con sus repetidas violaciones a las Leyes, no había puesto en riesgo el proceso electoral.
Con este fallo, se demuestra que el andamiaje jurídico en el país no ayuda a que los Partidos actúen de forma adecuada y, además, con este acuerdo se establece, de facto, una licencia de impunidad a los Partidos, que saben que pueden violar la Ley Electoral de forma sistemática, sin que esto les traiga consecuencias fatales.
La segunda razón es que el sistema político electoral les permite a los Partidos ganar puestos de elección popular con el mínimo esfuerzo. Es suficiente para un Partido que algunos ciudadanos voten por sus propuestas para adquirir renta electoral, con lo que se incentiva que existan Institutos políticos que hacen el mínimo esfuerzo para mantener los privilegios que se les otorga. Con tal de evitar este tipo de fisuras en las Leyes Electorales, deberían subir los mínimos de votación para obtener el registro: pedir que los Partidos ganadores obtengan por lo menos el 50% de los votos de los electores o, de plano, instituir el mecanismo de segundas vueltas electorales con los dos contendientes más votados.
Seguramente, hay más causas para explicar este fenómeno; pero, lo que es un hecho es que, hoy por hoy, los Partidos mantienen sus privilegios a través de un andamiaje institucional poco sólido, en lugar de atender los mensajes ciudadanos de cambio.

Correo electrónico:
jerqmex@hotmail.com

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