jueves, 20 de agosto de 2015

El Papa, con nuestros vecinos Cuba y Estados Unidos

De nuevo en el Continente Americano

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Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia

Su Santidad Francisco es un hombre lleno de vigor; a sus espaldas lleva una vida gastada sin reservas en nombre de Cristo. Es el Papa de Fe sencilla, de Esperanza cotidiana, de Caridad habitual, que nos invita a vivir esto mismo en nuestra vida cristiana.
Faltan ya muy pocas semanas para que el Vicario de Cristo, el hombre de gran fortaleza de ánimo, realice su viaje internacional número 10. En esta ocasión, visitará, del 19 al 28 de septiembre próximo, a nuestros vecinos del Norte y del Este. Durante este viaje, el Santo Padre realizará importantes celebraciones y eventos en La Habana y Santiago de Cuba, así como en Nueva York, Washington y Filadelfia.

Motivos principales
La idea original del viaje es la de participar en el Encuentro Mundial de las Familias, en Filadelfia. A este evento se aunó, además, un importante programa que prevé la intervención del Romano Pontífice en el Congreso de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, así como un homenaje a los caídos en el lugar del fatal atentado a las Torres Gemelas, ocurrido el 11 de septiembre de 2001.
Pero, “aprovechando el viaje,” el Papa decidió hacer una escala en Cuba, donde celebrará una Misa en la Plaza de la Revolución, misma que visitaron los Papas Juan Pablo II (hoy Santo) y Benedicto XVI, en 1998 y 2012 respectivamente. Muy al caso viene recordar aquella frase memorable y profética del Papa Wojtyla durante su visita a la Isla: “Que Cuba se abra al mundo, y que el mundo se abra a Cuba”, pues ahora podemos decir que este anuncio y deseo está haciéndose realidad.
En Cuba, el Papa Francisco celebrará tres Misas multitudinarias, se encontrará con el Presidente Raúl Castro Ruz, con los Obispos de la Isla y con las familias. Posteriormente, partirá rumbo a Washington, donde visitará al Presidente Barack Obama, a los Obispos estadunidenses; canonizará al Misionero Franciscano Fray Junípero Serra Ferrer en una magna celebración, y posteriormente dirigirá un discurso en la Sede del Congreso de Estados Unidos. Se contempla también un encuentro del Obispo de Roma con personas sin hogar. En Nueva York, rezará junto con el Clero y mujeres consagradas la Hora Litúrgica de las Vísperas en la Catedral de san Patricio.
También el Patriarca Universal de la Iglesia hablará en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, y hará una visita el sitio donde estuvieron las Torres Gemelas. Posteriormente, sostendrá un encuentro con niños y familias inmigrantes.

Viaje genuinamente apostólico
A partir del sábado 26 de septiembre, estará en Filadelfia, Sede del VII Encuentro Internacional de las Familias, en cuyo marco, Francisco encabezará un encuentro por la libertad religiosa con la comunidad hispana y otros inmigrantes, así como una Vigilia de Oración por las familias del mundo entero. Visitará también a los internos de un centro penitenciario y presidirá la Eucaristía con la que se concluirá el Encuentro de las Familias.
La visita papal será verdaderamente una gran luz que ayude al crecimiento en términos de Evangelización y Misión para ambos países. Se trata de una visita muy esperada y deseada por los católicos cubanos y estadunidenses; hay mucha expectación por sus discursos, homilías, encuentros, gestos y propuestas; sin duda, serán días de gran intensidad eclesial y de gran esperanza para todos los creyentes. Los temas que tratará durante su periplo en estas dos naciones no son pocos ni son sencillos, pues las dos sufren mucho; una, la pobreza; otra, la riqueza. Una, el comunismo; otra, el consumismo; una, la emigración; otra, la inmigración, etcétera; pero, si hay voluntad de todas las partes, no habrá obstáculos que impidan resolver los problemas de cada nación. Además, antillanos y norteamericanos desean que cuanto antes lleguen resultados de gran interés en esta nueva etapa de relaciones diplomáticas entre sendos pueblos.
En fin, este viaje del Santo Padre a nuestros vecinos, realmente los mexicanos hemos de verlo como algo muy cercano, puesto que todo lo que diga en Cuba nos servirá para crecer en la alegría de la Fe, y todo lo que diga en Estados Unidos nos servirá para fortalecer la praxis cristiana. El gozo del creyente y la vivencia de las virtudes cristianas, sin duda, son imprescindibles para el católico del Siglo XXI.

¡Viva el Papa, vivan las familias, viva la hermandad!

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