jueves, 13 de agosto de 2015

“La tuvieron, era suya y la dejaron ir”

Era mejor declinar

Con esa frase juguetona, Enrique Bermúdez de la Serna marcaba, con su voz característica, la frustración, el enojo y la impotencia que generaba una oportunidad de gol desperdiciada. Una voz que volvió a resonar en muchos
de nosotros al atestiguar el desfiguro que nuestra Selección Mexicana protagonizó durante y después de la Copa de Oro (aunque la haya ganado), y en especial en el partido contra Panamá, en Semifinales.

FOTO COPA ORO 2015 PENAL ANOTADO POR GUARDADO

Christopher Jiménez Estrada

No es necesario ofrecer datos duros o estudios científicos para demostrar la importancia o el grado de influencia que el deporte –y en particular el Futbol– mantiene en nuestra Sociedad. Desechado del mundo del análisis sesudo, lo que tenga qué ver con el Futbol se ha metido en la bolsa de lo banal, negándole el derecho de ser analizado como un fenómeno social serio, digno de atención y de cuidado.

DE LA NOBLEZA A LA VILEZA
No han sido pocos los especialistas que han intentado comprender si el deporte es o no generador de valores. El esfuerzo no es nuevo y su origen nos remite directamente a la Sociedad de Grecia, cuya práctica del deporte figuraba como elemento central de su desarrollo social y de su perfeccionamiento humano. Para los griegos, el deporte no sólo era el ejercicio físico, sino la práctica concreta de valores. El deporte era parte de su escalera para alcanzar “lo bello y lo bueno”.
Pero ahora, el Futbol que presenciamos dejó el eco del ejemplo griego para ser, más bien, el modelo actualizado del circo romano, tal cual. En la cancha vemos a jugadores-gladiadores que se juegan su futuro en el “fichaje” –una versión mejorada del mercado de lanistas–. La victoria obedece al dinero, no a la virtud ni al patriotismo.
Lo que vimos en el partido contra Panamá no fue casualidad. A últimas fechas, nuestra Sociedad mexicana se está empecinando en escribir tragedias. Nuestro mare crisium (mar de la crisis) ha inundado la Política, la Economía, la Familia y, por supuesto, también al Futbol.
Andrés “Guardado” (porque se guardó sus valores para otro momento), declaró algunas cosas interesantes. Primero, dijo ante las cámaras que “sintió feo” –una forma simple de expresar cuánto le taladraba la conciencia en aquel momento–; luego aseveró que actuó “profesionalmente” –como lo hacen nuestros abogados, los policías, los políticos de mal oficio y todos aquellos mexicanos que guardan su ética profesional en el baúl de la abuelita–, y finalmente remató justificándose en saber “lo que se siente” cuando “se está del otro lado” –el lado de los vencidos, fregados y despedidos injustamente–, por lo que ahora le tocaba cobrárselas todas.
A nuestra Selección Nacional le faltó valor. Le faltó entender que tuvieron la posibilidad de hacer historia; que fue suya la oportunidad de dar un ejemplo, a escala mundial, de ética y solidaridad, y que, tristemente, terriblemente, la dejaron ir. Simplemente no pudieron concretar esta clarísima oportunidad de marcar “un tanto” a favor de la dignidad de México.

OTROS SENDEROS
Para fortuna nuestra, en el deporte no todo va mal. Desde hace algunos años, el Movimiento de los Focolares trabaja en la iniciativa Sportmeet, una red de deportistas y personas que trabajan en el mundo del deporte, y que, no importando sus orígenes étnicos, sus edades, su cultura, su religión ni su idioma, se comprometen por construir –precisamente a través de la práctica deportiva– un mundo más unido y fraterno (www.sportmeet.org).
A las palabras de Andrés Guardado les va bien la respuesta que Xavi Hernández, crack e ídolo español, dio a El País en una entrevista de mayo pasado: el Futbol es “una pelota y unos cuantos amigos. ¡Y, apa! [Venga]. Un partidito, un rondó, írsela pasando, en la playa o en el jardín de casa. Entre risas. Eso es el Futbol. Niños pasándose la pelota en el patio de un colegio. Eso es Futbol…”.

Contacto:
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Twitter: @jiestra88

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