jueves, 20 de agosto de 2015

La Familia, el Sínodo y el Papa

Entre declaraciones y expectativas, se acerca la celebración del Sínodo sobre la Familia.

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Se percibe un ambiente denso, acompañado de una expectación, con la mirada puesta en el próximo mes de octubre, cuando concluirán los trabajos del Sínodo de los Obispos, con el tema central de la familia humana.
Esta densidad, que se palpa en ambientes familiares y eclesiales, obedece al temor de que se levante la prohibición de recibir el Sacramento Eucarístico a las parejas irregulares que se han unido sin el Sacramento del Matrimonio.

LUCES PARA LA PROBLEMÁTICA ACTUAL
Estos temores –no infundados– los confirma la entrevista que el Periódico L’Osservatore Romano sostuvo con el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, el 10 de julio de 2014, en la que se le preguntaba: “El Papa Francisco destacó, en más de una ocasión, el riesgo de que la Opinión Pública sea orientada a considerar el Sínodo como un debate sobre los divorciados y los vueltos a casar. ¿Qué puede hacerse para volver a conducir todo hacia la óptica justa?”, a lo que el Cardenal Baldisseri respondió: “Estoy seguro de que la publicación del Instrumentum laboris favorecerá la justa ubicación del tema, al cual usted hacía referencia. De la lectura del texto se intuye, en efecto, que la Asamblea Especial del próximo mes de octubre tratará sobre la familia en su complejidad y urgencia, afrontando todos los temas referidos a ella, enunciados en el Documento”.
Y en la misma entrevista, el Periódico oficioso de la Santa Sede explica que “es como si se hubiera delineado la imagen-tipo de la familia, con todas sus luces y todas sus sombras, preparada para ser retocada, de modo tal, que pueda entrar por derecho entre los tesoros que se deben defender a nivel universal, como Patrimonio de la Humanidad. Es el contenido del Instrumentum laboris, el Documento que los Padres Sinodales utilizarán en la próxima Asamblea Extraordinaria de octubre.
“Les toca a ellos vislumbrar las luces y las sombras, las figuras poco nítidas, las imperfecciones, los retoques por hacer. Les toca a ellos enfocar las luces sobre las problemáticas actuales, sin dejarse condicionar por la presión mediática al privilegiar algunos aspectos en relación a otros. El trabajo que les espera es significativo; las expectativas, también, porque la Iglesia, pero incluso las demás Religiones, los Estados y las Sociedades, esperan respuestas sobre el tema de la familia”.

CON UN CORAZÓN DE MADRE
Por su parte, el Papa Francisco ha tenido expresiones frecuentes que hacen ver su gran deseo de “cuidar a aquellos que, después del irreversible fracaso de su vínculo matrimonial, han comenzado una nueva unión”, tal y como lo manifestó durante la Audiencia General del miércoles 5 de agosto, para luego explicar que “la Iglesia sabe bien que una situación tal, contradice el Sacramento cristiano. De todos modos, su mirada de Maestra viene siempre de un corazón de Madre; un corazón que, animado por el Espíritu Santo, busca siempre el Bien y la Salvación de las personas”.
En la misma Audiencia General, Su Santidad explicó que “ha crecido mucho la conciencia de que es necesaria una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, a los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso del Matrimonio sacramental. En efecto, estas personas no son de hecho excomulgadas, no están excomulgadas, y no deben ser absolutamente tratadas como tales: ellas forman parte siempre de la Iglesia. De ahí la reiterada invitación de los Pastores a manifestar abierta y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia: con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la frecuencia a la Liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz”.

¿Comulgarán, o no, los divorciados vueltos a casar?

Los divorciados vueltos a casar pueden tener muchas vivencias y manifestaciones de Fe dentro de la Iglesia, pero no con la Comunión Eucarística.
Es evidente que aunque el Papa Francisco tenga buena disposición pastoral, caritativa y piadosa, en verdad no es posible “sacramentalizar” cualquier tipo de unión conyugal liberando la prohibición de recibir la Eucaristía a parejas de divorciados vueltos a casar, pues la prohibición vigente se deriva de la Palabra de Dios, cuando Jesús mismo establece: “Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio” (Mc 10,11-12).
Y… como el ministerio –incluido el ministerio petrino del Papa– está al servicio de la Palabra, y no la Palabra al servicio del ministerio, es por ello que se percibe tanta densidad en el ambiente previo al Sínodo.

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