jueves, 27 de noviembre de 2014

Tiempo de Esperanza

Adviento

En espera de la Justicia, de la Paz y del Amor


“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Flp. 4,4-5)


iso adv2


Rebeca Ortega Camacho


Desde el Siglo V, el Obispo de Roma, San León Magno, piensa el Misterio de la Navidad como una preparación para la Pascua; el pesebre es premonición de la Cruz, y la llegada del Mesías asumiendo la humanidad, es evocación de la Segunda Venida del Señor, revestido de Poder y Gloria.

Para comprender mejor qué es el Adviento, el Presbítero Rubén Quintero Rodríguez, Vicario Parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe, en Juanacatlán, Jalisco, nos explicó: “Adviento viene de la palabra latina ‘Adventus’, que significa venida o llegada. El período litúrgico del Adviento es un tiempo de preparación a la Fiesta de Navidad. En Adviento son cuatro domingos. El número 4, en la Biblia, significa purificación. Es período de purificarnos para la recepción del Niño Jesús”.

Por su parte, el señor Cura Miguel Alfonso Sención Guerrero lo define como una bendición: “Es un tiempo de Gracia dentro de la Iglesia, porque nos permite la oportunidad de detenernos un momento en el camino de nuestra vida, ver y pensar en las cuestiones escatológicas, lo último que le espera al ser humano. No sólo es la conmemoración de un hecho histórico; es pensar que el Señor que vino, que estuvo entre nosotros, que bajó del Cielo a la Tierra y se encarnó en la Virgen María, un día también va a regresar y va a pedirnos cuentas. Recordemos que el Adviento es un período de preparación para la Fiesta de la Navidad, así como la Cuaresma es el tiempo de preparación para la Pascua; es un tiempo fuerte, dentro del Año Litúrgico”.


¿Cuánto dura el Adviento?

El hecho de que la Fiesta de Navidad, sea el 25 de diciembre, en fecha fija, hace que el tiempo del Adviento sea variable; por eso, no siempre comienza en el mismo día, pero sí son cuatro domingos previos a la Navidad, y el 16 de diciembre comienza la Novena, para preparar con mayor intensidad la Celebración del Nacimiento de Jesús.

Para este año, empieza este domingo 30 de noviembre, y se prolongará hasta la tarde del 24 de diciembre. Podemos distinguir dos lapsos: el primero de ellos se extiende desde el primer Domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre. En él aparece con mayor énfasis el aspecto de la Segunda Venida del Señor y se nos orienta hacia la espera de la Venida Gloriosa de Cristo.

El segundo abarca del 17 al 24 de diciembre y se encamina más a la preparación de la Natividad de Jesús. Se invita a vivir con alegría, porque se está cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los Evangelios de estos días nos preparan directamente para el Natalicio del Salvador.


Cuatro domingos de Adviento

1er. Domingo, 30 de noviembre: La vigilancia, en espera de la Venida del Señor.

2° Domingo, 7 de diciembre: La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista.

3er. Domingo
, 14 de diciembre: El testimonio que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo.

4° Domingo, 21 de diciembre: El Anuncio del Nacimiento de Jesús a José y a María.

El Adviento Escatológico

El señor Cura Sención Guerrero, Párroco de San Juan Crisóstomo, resaltó que el Adviento no sólo es preparación a la Navidad, sino una continua espera y vigilancia para la Última Venida del Señor:

“Hay una Primera Venida en la Historia, en la carne de Cristo, que ya pasó, y de la cual hacemos memoria y recuerdo cada año, cuando comenzamos a celebrar el Adviento, pero que sigue manifestándose en ‘la Venida Intermedia’, que mencionan los Santos Padres, para finalmente volver a venir, por segunda vez”.

Algunas Lecturas en Adviento hacen referencia a textos escatológicos; es decir, que nos hablan de lo que sucederá en el fin de los siglos. “En este tiempo, el Señor nos invita a la vigilancia, para que el día que venga a juzgar a vivos y a muertos, no nos tome por sorpresa; será la Parusía, el Juicio Final, lo último para lo que nos preparamos. Y mientras no llegue ese día, vivimos en la tensión escatológica; esto es, Cristo ya está entre nosotros, Jesús ya vino, pero estamos en esa tensión de la Segunda Venida del Señor”, detalló el Padre Sención.


Preparación a la Navidad

MariaESantoPara vivir el Adviento como un tiempo de Gracia, de Bendición y Reflexión, el señor Cura Miguel Sención recomienda: Frecuentar la Celebración Eucarística, confesarse, intensificar la oración, visitar el Santísimo, practicar las obras de misericordia y poner atención en las oraciones que dice el Sacerdote en Misa, (oración de las ofrendas, el Prefacio de Adviento, etc.), para comprender mejor el sentido de la Navidad.


La Caminata de la Encarnación

Hay fieles católicos que viven el Adviento desde la Fiesta de La Anunciación de la Virgen María, el 25 de marzo. Ese día, las personas comienzan una oración que se llama “La Caminata de la Encarnación”. Se reza todos los días, hasta el 25 de diciembre, y representa los nueves meses que la Virgen María estuvo embarazada. Es una tradición de la religiosidad popular, pero que va poniendo la Fe en acción, y así, todos los días se preparan para la Venida de Jesús.


“EL VERDADERO SENTIDO DEL ADVIENTO”

Reflexión del Cardenal Joseph Ratzinger


Benedicto-XVI5


Meditación del Papa Emérito Benedicto XVI en 2008:


“Podemos tomar como punto de partida la palabra «Adviento». Este término no significa «espera», como podría suponerse, sino que es la traducción de la palabra griega Parusía, que significa «presencia», o mejor dicho, «llegada»; es decir, presencia comenzada. En la antigüedad se usaba para designar la presencia de un Rey o Señor, o también del dios al que se rinde culto y que regala a sus fieles el tiempo de su parusía. Es decir, que el Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo. Por eso nos recuerda dos cosas: primero, que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado, y que Él ya está presente de una manera oculta.

“En segundo lugar, que esa presencia de Dios acaba de comenzar, aún no es total, sino que está en proceso de crecimiento y maduración. Su presencia ya ha comenzado, y somos nosotros, los creyentes, quienes, por su voluntad, hemos de hacerlo presente en el mundo. Es por medio de nuestra Fe, Esperanza y Amor como Él quiere hacer brillar la luz continuamente en la noche del mundo. De modo que las luces que encendamos en las noches oscuras de este Invierno serán, a la vez, consuelo y advertencia: certeza consoladora de que «la Luz del Mundo» se ha encendido ya en la noche oscura de Belén y ha cambiado la noche del pecado humano en la noche santa del perdón divino.

“Por otra parte, la conciencia de que esta luz solamente puede -y solamente quiere- seguir brillando si es sostenida por aquellos que, por ser cristianos, continúan a través de los tiempos la obra de Cristo. La luz de Cristo quiere iluminar la noche del mundo a través de la luz que somos nosotros; su presencia ya iniciada ha de seguir creciendo por medio de nosotros. Cuando en la noche santa suene una y otra vez el Himno Hodie Christus natus est, debemos recordar que el inicio que se produjo en Belén ha de ser en nosotros inicio permanente; que aquella noche santa es nuevamente un «hoy» cada vez que un hombre permite que la luz del Bien haga desaparecer en él las tinieblas del egoísmo (…) El Niño Dios nace allí donde se obra por inspiración del Amor del Señor, donde se hace algo más que intercambiar regalos”.


FRASES Y PENSAMIENTOS DE BENEDICTO XVI, SOBRE EL ADVIENTO


Esto es lo que quiere hacer el Señor en Adviento: hablar al corazón de su Pueblo y, a través de él, a toda la Humanidad, para anunciarle la Salvación. (BENEDICTO XVI, 7 de diciembre de 2008)


Los cristianos adoptaron la palabra “Adviento” para expresar su relación con Jesucristo: Jesús es el Rey, que ha entrado en esta pobre “provincia” denominada tierra para visitar a todos; invita a participar en la fiesta de su Adviento a todos los que creen en él, a todos los que creen en su presencia en la asamblea litúrgica. Con la palabra adventusse quería decir substancialmente: Dios está aquí, no se ha retirado del mundo, no nos ha dejado solos. Aunque no podamos verlo o tocarlo, como sucede con las realidades sensibles, Él está aquí y viene a visitarnos de múltiples maneras. (BENEDICTO XVI, 28 de noviembre de 2009)


El significado de la expresión “Adviento” comprende también el de visitatio, que simplemente quiere decir “visita”; en este caso se trata de una visita de Dios: Él entra en mi vida y quiere dirigirse a mí. En la vida cotidiana todos experimentamos que tenemos poco tiempo para el Señor y también poco tiempo para nosotros. Acabamos dejándonos absorber por el “hacer”. ¿No es verdad que con frecuencia es precisamente la actividad lo que nos domina, la Sociedad con sus múltiples intereses lo que monopoliza nuestra atención? ¿No es verdad que se dedica mucho tiempo al ocio y a todo tipo de diversiones? A veces las cosas nos “arrollan”. (BENEDICTO XVI, 28 de noviembre de 2009)


Velas, esferas y muchos colores, signos de la gozosa venida del salvador


El Padre Rubén Quintero agregó: “Hay varios signos que se utilizan en el Adviento y que pueden ir ayudándonos, sobre todo para tener un corazón dispuesto a la Fiesta de la Navidad. Todo lo que vemos de extraordinario en las casas, en las calles, ya nos está hablando de la Venida del Salvador”.


173247421


Corona de Adviento
La Corona de Adviento nos recuerda el mensaje de preparación a la Navidad. Es un círculo, porque representa la Eternidad de Dios, sin principio ni fin. A veces es verde, porque significa esperanza; a veces morada, porque es el color litúrgico del Adviento; puede ser de color blanco, por la alegría; o dorada, por el brillo de la luz. Hay muchos colores. Las velas que se ponen tradicionalmente son: tres de color morado y una rosa.

Sin embargo, lo más importante en la Corona de Adviento no son los colores, sino recordar el mensaje de cada domingo en espera de la Salvación.


Corona-adviento-Advent-wreath


El “Nacimiento” y el Árbol de Navidad
El “Nacimiento” es un signo del Adviento, porque todo está a la expectativa, y el lugar principal, vacío. Además, nos recuerda que Dios, siendo Dios, se hizo hombre, y que siendo rico se hizo pobre en un pesebre, para enriquecernos con su pobreza.

El Árbol de Navidad es una tradición que viene de los países nórdicos. Antes de la cristianización, ellos creían que el mundo estaba sostenido por un árbol, y que de las ramas colgaban la luna y las estrellas. Y este árbol lo adornaban en las Fiestas de la fertilidad o en la cosecha. Cuando llega la Evangelización, se cristianiza la visión del árbol, en cuanto a que éste representa el Árbol de la Cruz.

Por un árbol nos vino la perdición en el paraíso. Hace algunos años, no existían esferas de colores, sólo rojas, porque simbolizaban las manzanas del “árbol del Paraíso”.

Los adornos que se ponen en el árbol de Navidad tienen significado: los que son redondos, como las esferas, representan la eternidad; las estrellas y foquitos son la luz, y los Ángeles, el gozo de la Buena Noticia. Todos los adornos, en su particularidad y en su conjunto, simbolizan a Jesús.

Un fruto trajo perdición, otro fruto trajo la Salvación. Por eso, dicha analogía de la Cruz con el árbol del Paraíso y ahora el Árbol de la Salvación.


nacimiento-diurno


Adviento
¡Feliz Año Nuevo…Litúrgico!


La Iglesia presenta el Año Litúrgico para adentrarnos en el Misterio de la Vida de Cristo


AÑO LITURGICO 1


Rebeca Ortega Camacho


En la Iglesia Católica, con el Adviento se inicia el Ciclo Litúrgico, que no corresponde al año civil, sino que es ligeramente distinto, puesto que se rige según el Ciclo de la Luna.

Como cada año por estas fechas, se recuerdan los sucesos más importantes del Plan de Salvación de Dios para el hombre. Y claro está que el primero de ellos es el Nacimiento de Jesucristo, la Fiesta de la Natividad.

El Año o Calendario Litúrgico es el ciclo de las celebraciones de las Iglesias Cristianas, que determinan en qué fecha se celebran los Misterios de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús, además de las Fiestas Memoriales y Solemnidades propias de cada Iglesia.

También determina qué porciones de las Sagradas Escrituras deben ser leídas. La Iglesia Occidental-Católica y la Oriental-Ortodoxa tienen distintas fechas para las diferentes Fiestas, pero la secuencia es, esencialmente, la misma.

Este camino de Fe, que acompaña de forma progresiva al cristiano hacia la vivencia auténtica de Cristo, tiene varias etapas:


Adviento: Preparación para la Navidad, con una duración de cuatro semanas. El significado es de preparación, alegría y gozo espiritual.


Navidad: Nacimiento de Jesús, que comienza el 25 de diciembre y termina con la Epifanía del Señor.


Cuaresma: Tiempo profundo de reflexión, de un esfuerzo especial, acompañado de ayuno, oración y penitencia.


Pascua: Es la Fiesta más importante del Año Litúrgico porque Jesucristo vive su Pasión, Muerte y Resurrección.


Pentecostés: Se recuerda y se vive la Venida del Espíritu Santo.


Tiempo Ordinario: Son las 34 semanas en las que la Iglesia nos ilustra en los Misterios de la Salvación.


Calendario Litúrgico Católico 2014–2015 (Ciclo B)
En el Año Litúrgico hay fechas fijas y variables de las Celebraciones:


7


El ABC de las Lecturas en el Año Litúrgico


AÑO LITURGICO 3


El señor Cura Miguel Alfonso Sención Guerrero nos ilustró: “Hay tres Ciclos: A, B y C; esto expresa las divisiones que la Iglesia ha hecho de la Biblia, para que puedan leerse dentro de las celebraciones litúrgicas. No es que haya dividido la Biblia, sino más bien que ha separado, ha dado a cada Ciclo un determinado número de Lecturas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, para que los fieles, durante todo un año, vayan adentrándose más en la Biblia”.

“Si usted participa fiel, atenta y devotamente en la Santa Misa dominical durante tres años, escuchará prácticamente toda la Biblia. También escuchará casi completamente toda la Biblia en un espacio de dos años si participa en la Santa Misa todos los días de la semana. Esto para que no se confunda cuando hablan del Ciclo A, B o C. También escuchará que dicen: Ciclo de San Mateo (A), Ciclo de San Marcos (B) y Ciclo de San Lucas (C).”

“Así pues, durante cada uno de los años (A-B-C) se lee como texto más importante el Evangelio del Evangelista correspondiente. ¿Cuándo se lee el Evangelio de San Juan, puesto que hay Cuatro Evangelios? El Evangelio de San Juan se lee durante el Tiempo de Pascua, especialmente, y eso durante los tres Ciclos”.

Aunque para muchos no sea posible participar en la Misa todos los días de la semana, se recomienda leer los pasajes bíblicos de las Celebraciones Eucarísticas diarias, principalmente de los Tiempos fuertes: Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua. Se le llama Tiempo “Ordinario” a lo que “ordinariamente” solía hacer o enseñar Nuestro Señor Jesucristo.


3


Los protagonistas del Advientoa


Rebeca Ortega Camacho


Las grandes figuras que la Liturgia nos presenta en este período son: El Profeta Isaías, San Juan Bautista, la Virgen María y San José.

El Padre Rubén Quintero Rodríguez, Vicario de la Parroquia La Virgen de Guadalupe, en Juanacatlán, nos compartió su reflexión sobre los primeros creyentes y los primeros adoradores del Hijo de Dios en la Tierra.


Primer sagrario, María, Madre de Jesús


VIRGEN MARIA“María es el personaje principal del Adviento, porque el Profeta Isaías nos habla de promesas, de tiempos nuevos; San Juan Bautista nos habla de prepararnos, pero la Virgen María es la portadora del gozo y de la alegría.

“De ahí la exclamación de Santa Isabel: ‘¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme?, apenas llegó tu saludo, el niño saltó de júbilo en mi seno. Dichosa Tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado por parte del Señor’ (Lucas 1:43).

“Dios empieza a habitar el mundo en el vientre de la Virgen Santísima. Comienza a ver por los ojos de María, a escuchar por los oídos de María, inicia a caminar con los pies de María. Cuando va de visita a su prima, de hecho no es una visita, sino que va a ponerse al servicio, como si fuese su sirviente. Así, Ella, con sus manos, limpia y transforma todo, para que Juan nazca en un hogar digno.

“Encontramos en la Virgen esta figura maravillosa, el papel importantísimo de María en el Adviento. Es la que transforma, la que nos ayuda a limpiar lo que está sucio. La que viene a traernos la alegría, el gozo de que Dios no nos ha abandonado y que está con nosotros.

“En el tiempo de Adviento tenemos, por ejemplo, tres Fiestas Marianas: la de La Inmaculada Concepción (8 de diciembre); la de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre), y la de Nuestra Señora de La Expectación, Virgen de Zapopan (18 de diciembre). Son tres celebraciones marianas que nos están hablando de gozo”.


San José, Protector del Niño Dios


jose-y-maria-sobre-un-burro“Y si María dice unas cuantas palabras, San José no dice nada. Pero es el hombre de la acción, es el padre de Jesús ante los ojos del mundo. La Biblia lo refiere como un ‘varón justo’, que dentro de la Sagrada Escritura significa ‘Santo’. Es un hombre prudente, busca el bien del otro antes de buscar su propio bien; por eso es una figura importantísima de Adviento.

“Porque si San José le hubiera dicho al mundo que el hijo en el vientre de María no es su hijo, a María la habrían apedreado hasta que muriera, por infiel. Pero dice la Palabra de Dios: ‘José era un varón justo y pensó dejarla en secreto’ (Mateo 1:19). Ellos ya estaban casados, pero todavía no vivían juntos; era una costumbre que tenían. Al dejarla en secreto y al darse cuenta la gente de que José se había casado y se había ido, el único culpable hubiera sido él. Entonces todo mundo lo hubiera juzgado de irresponsable, de oportunista; pero José prefirió eso a un mal para María. Por eso, en San José encontramos esa figura que piensa en el otro antes de pensar en sí mismo. Además, busca la felicidad del otro, antes de su propia felicidad. Tiene una generosidad llevada al extremo, al grado heroico.

“José es el que escucha, porque cuando le habla en sueños el Ángel, es un hombre que escucha, que a lo mejor no dice nada, pero es un hombre de acción porque, después de darse cuenta de que el hijo que va a nacer de María es obra del Espíritu, inmediatamente recibe a María en su casa. Ella no tiene que decirle absolutamente nada, pues él lo entiende y lo comprende, porque sabe escuchar.

“Entonces, José es ejemplo de escucha, de servicio, generosidad, prudencia, porque no se arrebata, piensa las cosas antes y es el modelo de la acción. También es el modelo del que transforma, porque es el artesano. Carpintero, en la Biblia, significa artesano; es decir, lo mismo podía hacer una vasija de barro, que una rueda o una puerta. Es ejemplo del que no se deja vencer por ninguna circunstancia de la vida; al contrario, los problemas de la vida lo hacen crecer, le hacen ser mejor persona, para transformar el mundo con su trabajo.

“San José transforma el establo. Imaginémonos cuando llegaron María y José a ese lugar, lo horrible y destruido que estaría, puesto que era para tener animales. Sin embargo, José lo transforma para que en ese lugar brille la Luz. De esta manera, cuando nosotros tomamos este ejemplo de San José, de poder transformar nuestro establo del corazón, de quitar la suciedad y desorden interior, podemos hacer que la Luz brille. Por eso San José es el Patrono de la Iglesia Universal, ejemplo de esposo, trabajador, y abogado de la buena muerte”, concluyó resumiendo el Padre Quintero Rodríguez.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario