Se le llama Califato al primer Sistema de Gobierno establecido en el Islam.
En este Sistema de Gobierno, el Califa es representante del Islam ante el pueblo, y como tal, debe gobernar de acuerdo a la Sharia, la Ley religiosa islamita.
Ya desde el surgimiento de los primeros Califatos, hacia el Siglo VII, que con violencia hicieron desaparecer a todas las comunidades cristianas del Norte de África, se evidenció su fundamentalismo religioso y su violencia extrema.
Más tarde, al término del primer milenio de nuestra Era, el Islam emprendió un expansionismo armado contra la Cristiandad en Europa, que solamente pudo detenerse hasta 1571 en la célebre Batalla de Lepanto.
“Califa de todos los musulmanes”
En nuestro tiempo, varios grupos radicales islámicos han participado en la caída de algunos Gobiernos, pero una vez que consiguen instalarse en el Poder, no consolidan la democracia que decían buscar, sino que la desmantelan. Uno de estos grupos radicales se ha autoproclamado como Califato; es el llamado “Estado Islámico”, grupo terrorista de origen yihadista suní, asentado en territorios de Irak y de Siria, y controlado por seguidores de Abu Bakr al-Baghdadi, quien se dice ser “Califa de todos los musulmanes”.
Originalmente, este grupo surgió como una organización terrorista, emanada de Al Qaeda, para hacer frente a la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003. Tras la muerte de Abu Musab al Zarqaui, su dirigente, el nuevo líder, Rashid al-Baghdadi, patrocinado por Osama Bin Laden, se expandió a las Regiones de Ámbar, Nínive, Kirkuk, Saladino, Babilonia, Diala y Bagdad.
Durante ese tiempo se llamó “Estado Islámico de Irak”, pero tras su renovación durante la Guerra Civil siria, cambió su nombre a “Estado Islámico de Irak y el Levante”, también llamado ISIS por sus siglas. Su líder actual, Bakr al-Baghdadi, una vez separado de Al Qaeda en 2014, declaró la independencia de su grupo y se autoproclamó “Califa Ibrahim del Estado Islámico”, además de Soberano de Irak y de Siria.
Las cifras de la crueldad
El Estado Islámico se caracteriza por su interpretación extremista del Islam, por su eficacia en el cumplimiento de sus ataques, suma crueldad y violencia brutal contra los chiítas (miembros de fe suní), y contra cristianos de cualquier Iglesia o denominación. Su organización es como la de un Estado -aunque no sea reconocido como tal-, y ya mantiene control sobre las Ciudades de Mosul, Faluya y Raqqa, a la que considera su Capital.
Su objetivo declarado es extenderse a Jordania, Israel, Palestina, El Líbano, Kuwait, Turquía y Chipre. En pocos meses ha llegado a ser el nuevo referente para la activación musulmana de la Ley Sharia a través de la Yihad, entendida como Guerra Santa contra los infieles al Islam. Todos sus miembros son yihadistas, y ya suman más de 10 mil en Irak y más de 20 mil en Siria.
En un año han protagonizado más de 10 mil operaciones armadas, más de dos mil asesinatos a sangre fría, y más de cuatro mil explosiones de bombas, actos de los que se ufanan en las Redes Sociales, en tiempo real, mientras cometen las masacres, como ocurrió cuando tomaron Mosul, la segunda ciudad más importante de Irak.
Actualmente, el Estado Islámico es la organización terrorista con más recursos en el mundo. En la toma de Mosul hurtaron lingotes de oro y dinero en efectivo del Banco Central de Irak; robo que, sumado al probable apoyo que reciben desde territorios del Golfo Pérsico, además de botines de guerra, extorsiones, secuestros, tráfico de petróleo, armas, drogas y de personas, les ha permitido hacerse de dos mil millones de dólares.
Sin fuerza que se oponga
Para los Patriarcados Cristianos de la zona, a los que pertenecen las más antiguas comunidades cristianas, y que han residido allí de manera pacífica durante siglos, su futuro es verdaderamente oscuro, pues el Estado Islámico, con las decapitaciones de niños, con las crucifixiones de hombres y con la venta de sus mujeres para la explotación sexual, además de la prohibición de toda celebración litúrgica u oración cristiana, es evidente que lo que pretende es desplazar y extirpar toda presencia cristiana en Oriente Medio.
En lo que se refiere a Occidente, queda claro que, a 13 años de que el Gobierno de Estados Unidos declarara la guerra al terrorismo islámico, y a once años de la invasión norteamericana a Irak, el balance actual también es oscuro, pues ese terrorismo no solamente no desapareció, sino que ahora se ha expandido y exacerbado, y de la supuesta amenaza que representó Al Qaeda han surgido grupos más terribles y radicales como “Boko Haram” en África y el “Estado Islámico” en Medio Oriente, lo que se traduce en un resurgimiento acelerado del Yihadismo extremista, el más terrible de los fundamentalismos religiosos.
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