Papel, integración y organización del Ejército en América

En honor de las Fuerzas Armadas

“Ejército: Gran contingente de Guerra con los pertrechos correspondientes, que está unido en un Cuerpo a las órdenes de un General de ese conjunto de fuerzas militares, aéreas y/o terrestres de una Nación, e integrado por Cuerpos de Ejército en cuanto unidades homogéneas. (Cfr. Enciclopedia Salvat y otras obras afines en México, Bogotá, Buenos Aires, Quito, Río y Santiago).

El Día del Ejército se celebra en México el 19 de febrero como Ejército Mexicano conforme a la Ley Orgánica y el Decreto del Presidente Venustiano Carranza Garza, del 19 de febrero de 1913. El calificativo de Mexicano se adoptó oficialmente por el Decreto del 23 de septiembre de 1948, en contraposición de otras nomenclaturas particulares: ‘Nacional’ o ‘Federal’ y, por supuesto, de concreciones más específicas del tiempo de la Revolución, como Villista o División del Norte; Zapatista o del Sur; Obregonista, etc.

Formalmente, en nuestra Nación, Ejército Mexicano se le llama así por la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, del 18 de marzo de 1971.

En otros países de América también se celebra el Día del Ejército como efeméride oficial: en Guatemala el 30 de junio; en Venezuela el 24 de junio. En Chile, con toda su tradición militar académica, el 19 de septiembre. En Estados Unidos se distinguen tres fuerzas militares, con su Día particular: El Army, en cuanto a las tropas terrestres; la Navy, con las tropas marinas, y la Air Force, de la aviación militar. Pero en otros países del Continente se le concede una Secretaría de Estado, específica, a la Marina Nacional y a sus fuerzas, unidades y tropa.

Los grados de la tropa y su escala jerárquica tienen nombramientos equivalentes, cuya acepción es muy interesante: desde Generales de División o de Brigada, equivalentes a los Almirantes en la Marina; Jefes: generalmente Coroneles, y el grado de Mayor. Los Oficiales: Capitanes y Tenientes. Y la tropa, que va desde Sargento Primero hasta Cabo y Soldado de Primera y Soldado raso. Estos grados son similares en casi toda América.

I. ESPECIFICACIONES PARA

COMPRENDER UN EJÉRCITO

Para comprender en su amplitud y complejidad el sentido y la realidad de lo que en nuestra América se considera como Ejército, nos parece pertinente consignar los términos siguientes: Ya decíamos que a Ejército, en cuanto tal, generalmente se le dice en América a un contingente de guerra con los pertrechos (armas, municiones, instrumentos de operación) necesarios para las operaciones. El Ejército, ese conjunto de fuerzas o tropas, se integra por varios Cuerpos que se constituyen por Unidades homogéneas. Se considera como Cuerpo especial el de Servicios Auxiliares. Hay que aclarar que esas Unidades se integran todas por su propio Estado Mayor cada una, el cual coordina las Operaciones. Las Fuerzas y Contingentes se dividen en tres grandes ramas: la Fuerza Aérea; las Fuerzas de Reserva, dispuestas a alistarse formalmente, y obviamente, las Fuerzas Regulares, las cuales tienen Cuerpos permanentes con sus respectivos grados de ascenso y reconocimientos.

II. INTEGRACIÓN, GENERALMENTE COMPARTIDA, DE LAS ‘ARMAS’

DEL EJÉRCITO

A esa integración se la subdivide en lo que se denomina ‘Armas’ en su especificidad y servicio. Enumeramos las más significativas y respetables de nuestra Historia Americana: la Infantería, con sus Divisiones y Regimientos, de ya larga historia. La Caballería (hoy también ‘motorizada’) en su interesante evolución. Las llamadas Fuerzas Motorizadas, como los tanques. El ‘Arma’ de Ingeniería, de estratégica importancia. La de Servicios, vital en su especificidad. La de Intendencia, y su apoyo pertinente. La de Transmisiones, siempre con actualización tecnológica. La de Sanidad y su heroico Cuerpo de Enfermería, en plena acción bélica. Piénsese en los Hospitales de Campaña y en los entregados Médicos Militares y su Cuerpo de Enfermería. El Arma llamada de Reclutamiento, los cadetes. Además, las tres ‘Armas’, así consideradas, de Abastecimiento: de Talleres y de Acuartelamiento; los Cuarteles en sí y su instalación. Tareas cotidianas en la paz y en la guerra.

Apenas tres apartados para consignar y ponderar la importancia de conmemorar el Día del Ejército en su nobleza y heroicidad en cada uno de los países hermanos de Nuestra América. ¡Bitácora muy específica!

Ojalá siempre merezcan nuestro elogio y respeto por su dignidad y deber cumplidos. Dios no permita, como Señor de los Ejércitos, que se presten a acciones de vil represión inhumana y cobarde, por connivencia injusta.