Yuliana Doménica de Jesús Vázquez
El título original para este Artículo había sido “La Misión de la Familia Cristiana en el Mundo Actual”, pero me di cuenta de que no tenía mucho atractivo, que era trillado, y lo deseché. Entonces, un buen amigo Sacerdote me recomendó que procurara un video, de esos que circulan por Internet y se traducen a varios idiomas, el cual había sido visto por 51,457 personas, aproximadamente (sólo en su traducción al español). Así que, tras haberlo visto, me pregunté si tal cantidad de personas habría logrado captar el profundo significado, más allá de las bonitas y graciosas palabras que en tan sólo tres minutos me inspiraron y llenaron de motivación para escribir.
El nombre del video es: “Bello discurso de un padre en la boda de su hija”, y es genial: fresco, ocurrente, desenfadado, divertido; fluye con gracia y amplia sinceridad; se nota que cada palabra está dicha con un profundo amor (cualidades muy necesarias y que hacen falta en el concepto de familia hoy en día). En este discurso se ve a un padre de familia que entrega a su hija a otra familia, una familia, que según Dios, debe de ser construida sobre roca firme, y resalto la palabra construida, porque la familia, en verdad, se construye, aunque tristemente poco se ve así, pues desde hace varias décadas el iniciar una nueva familia se reduce a casarse por mero trámite, a tener una fiesta bonita y todo lo relacionado con esa ceremonia, que culmina con la noche de bodas. Pero se ha olvidado que al unir una vida con la de otra persona se está CONSTRUYENDO una nueva generación, y encendiendo una luz de otra luz, que es una esperanza que debe iluminar al mundo.
Fuera egoísmos
Por otra parte, leyendo un Artículo titulado “El matrimonio no es para ti”, he reflexionado que hoy en día la mayoría de las personas se casan para satisfacerse a sí mismas, cuando en realidad el matrimonio no se trata de uno mismo, sino de la persona con la que se va uno a casar; aquella que será el padre o la madre de nuestros hijos, quien nos ayudará a educarlos, quien influirá sobre ellos.
Retomando el título de este Artículo, dejamos la pregunta abierta: ¿Es, en verdad, la familia, la última esperanza para el mundo? Personal y radicalmente, yo respondería que SÍ, porque “La vocación fundamental e innata de todo ser humano es el amar”, porque “el Espíritu que infunde el Señor renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer capaces de amarse como Cristo nos amó”, y porque “el amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo Amor de Dios”. (Juan Pablo II Exhortación Apostólica Familiaris Consortio).
Gravedad que alarma
También, añado, porque no parece casualidad que estadísticas actuales que proporciona el INEGI muestren datos alarmantes, como un aumento de 75% en divorcios y 72% de aumento de madres solteras (32% de ellas, adolescentes), lo cual lleva a un alarmante aumento de familias disfuncionales.
En un estudio realizado el año pasado por el Instituto de Política Familiar, de Toronto, la depresión en niños (y por ende, la tendencia al suicidio) fue mayor en hijos de padres separados. Tampoco parece casualidad que cada vez sean más frecuentes las noticias de ataques violentos, el aumento de los asesinatos o suicidios, ante lo cual cabe preguntarse: ¿Dónde están los padres, hermanos, primos, tíos de estas personas que cometen este tipo de atentados contra la vida? ¿Qué les lleva a estas personas, muchas de ellas adolescentes, incluso niños aún, a cometer este tipo de actos atroces? Se debe a que la familia ha dejado de ser “célula primera y vital de la Sociedad”, ha dejado de construir ese valor natural que es el amor, ha dejado de ser instrumento eficaz de humanización y personalización. Ése es el valor de la familia que se ha perdido y que urge recuperar.
Para concluir, cito una reflexión del Cantautor Facundo Cabral: “Cuando me marché de mi casa, niño aún, mi madre me acompañó a la Estación, y cuando subí al tren, me dijo: “Éste es el segundo y último regalo que puedo hacerte; el primero, fue darte la vida y, el segundo, la libertad para vivirla”. Dios nos ha dado esos mismos dos regalos, y muchos más, como el Matrimonio y la Familia. Hagamos un buen uso de esos regalos.
Hay que apostar por reconstruir la familia como la luz de esperanza para el mundo. Porque sí se puede, porque es importante despertar conciencias, porque vale la pena decir: ¡FAMILIA, SÉ LO QUE ERES!
Bibliografía:
Video en Youtube “Bello discurso de un padre en la boda de su hija” http://ift.tt/1fkjW5d
Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, de Juan Pablo II
Blog por Seth Adam Smith “Marriage isn´t for you” (“El matrimonio no es para ti”) http://ift.tt/16Z1aNw
Libro “Identidad, Misión, Proyecto”. Pontificio Instituto Juan Pablo II para la familia.
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