La espiritualidad en cada área de nuestras vidas

La espiritualidad en cada área de nuestras vidas

Pbro. Modesto Lule Zavala

Servidores Misioneros de la Palabra

Hoy me acuso de que soy cinéfilo. Me encanta el Cine. Soy versátil y saboreo mucho una buena producción. Me encanta desde una buena fotografía en la pantalla hasta un buen guión y una buena trama. Los efectos especiales me cautivan, pero más cuando son escenas de la realidad.

Entre mis Directores favoritos están Alejandro González Iñárritu, Cuarón, Del Toro y otros más. Sobre todo ellos, porque son mexicanos.

De las películas que me gustan, son muchas y de diferentes géneros. Pero una de ellas, que merece mención especial, es “El Señor de los Anillos”. Y les hablo de ella porque me impactó mucho conocer la biografía del Escritor de esa trilogía.

CONOCIENDO AL AUTOR

La película es fenomenal. No he leído los libros, pero espero algún día leerlos si alguien me los presta o me los regala. Nunca una película supera al libro. Pero, bueno, hablemos del Escritor de “El Señor de los anillos”.

John Ronald Reuel Tolkien, quien nació el 3 de enero de 1892 en Bloemfontein, Reino Unido, fue un católico romano muy comprometido con su Fe. Es el autor de obras como “El Hobbit”, “El Señor de los Anillos” (1954-55, obra que le haría mundialmente famoso) y “El Silmarillion”.

La familia de Tolkien era bautista. Su madre, Mabel Suffield, se convirtió al catolicismo en el año 1900. Cuatro años después, Mabel murió a causa de las complicaciones de la diabetes. Sus hijos quedaron muy impresionados por la Fe de su madre y por la manera como aceptó su enfermedad, de acuerdo a sus creencias católicas.

En 1908, a los 16 años de edad, Tolkien conoció a Edith Mary Bratt en el orfanato, enamorándose de ella, pese a ser él tres años menor.

El Padre Xavier prohibió a Tolkien encontrarse, hablar, e incluso mantener correspondencia con ella, hasta que él cumpliese los 21 años, lo cual el joven obedeció al pie de la letra. Más tarde, se casaron. Fue en Oxford donde Tolkien entabló amistad con el Profesor y Escritor C. S. Lewis, (futuro autor de “Las Crónicas de Narnia”), con quien disentía al principio a causa de sus convicciones religiosas (Lewis era agnóstico, y posteriormente se hizo protestante), pero acabó siendo uno de sus principales correctores, junto con los otros miembros del club literario que formaron, los Inklings.

LA DIFÍCIL TAREA DE SER CONGRUENTE

Tolkien era un devoto católico, de pensamiento religioso y político; fue mayoritariamente conservador, en el sentido de favorecer las convenciones establecidas y la ortodoxia por sobre la innovación y la modernización.

Fue un instrumento en la conversión de C. S. Lewis del ateísmo al cristianismo, pero se decepcionó cuando Lewis se volvió anglicano. (Bueno, lo mejor es que se convirtió, dejando su agnosticismo).

Siendo Tolkien un piadoso católico, educó a sus hijos en esa Religión. En una carta, fechada el 8 de enero de 1944, dirigida a su hijo Christopher con la intención de darle ánimos, luego de explicarle un poco la Doctrina Católica le dice que recurra a las alabanzas; «Yo las utilizo mucho (en latín): El Gloria Patri; el Gloria in Excelsis; el Laudate Dominum; el Laudate, Pueri, Dominum (que me gusta en especial); uno de los Salmos dominicales y el Magníficat», y la carta continúa señalando varias otras formas religiosas de buscar tranquilidad e inspiración.

Y hablando de sus obras literarias, podemos decir que su obra, “El Señor de los Anillos” muestra las virtudes católicas de manera metafórica: La fe, el amor, la fidelidad, la amistad, la tenacidad; en fin, un sinnúmero de virtudes muy necesarias en nuestros tiempos. Simplemente, la fidelidad del niño que porta el anillo para cumplir con su cometido, no importando los problemas y las dificultades. Esto es de admirarse.

CUALQUIER REFERENCIA CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA
Ser fieles y el anillo es el signo para cumplir esa fidelidad. Pero sí debemos rescatar mucho esos valores, y este Escritor fenomenal nos da un muy buen ejemplo de cómo se debe vivir.

De C. S. Lewis, ni qué decir, ya leí sus 7 libros de “Las Crónicas de Narnia” y quedé fascinado. Sembremos valores en todos los campos de la vida para cosechar una Sociedad estable y sin violencia.

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