Schola urbana
Eduardo Francisco Pérez Pelayo,
1º de Teología
En el marco de los festejos por del Día del Seminario en nuestra Arquidiócesis, entre varios apostolados, eventos y comisiones, cuyo principal objetivo ha sido hacer presente y cercano al Seminario entre los fieles, hemos querido también darles a conocer lo que culturalmente produce esta Casa de Formación.
Para esta ocasión, organizamos un Flashmob, el cual ocupó los ensayos de nuestra Schola Cantorum; proyecto que, gracias a la experta colaboración del Centro Arquidio-cesano de Producción Televisiva y Audiovisual, CAPTA, y de nuestro propio Departamento de Pastoral de la Comunicación, DEPACOM, además de la buena disposición de los integrantes del Coro, resultó todo un éxito.
Entusiastas aprestos
La preparación de tan anhelado proyecto comenzó un mes atrás, cuando los integrantes de la Schola Cantorum del Seminario Mayor reservaron, de entre sus compromisos ordinarios, considerables lapsos de ensayos para llevar a cabo esta encomienda. Los productores, editores y camarógrafos, por su parte, buscaron la mejor forma de presentar al auditorio urbano y televidente una “probadita” clara y objetiva de lo que es el Seminario a través de dicha manifestación; una tarea nada fácil, pues había que presentar no sólo el aspecto cultural y musical, sino, sobre todo, la verdadera esencia del Seminario, que es la de formar hombres de Dios para el servicio de los demás.
Fue por ello que se pensó, de entre todas las posibilidades, presentar una pieza musicalmente bella, pero también particularmente mística, que llevase a pensar en Dios, aun en las calles. Esta intencional discontinuidad pretendía demostrar cómo es que «vale la pena consagrarse al hombre por Cristo» (Juan Pablo II), así como también, cómo es posible «estar en el mundo sin ser del mundo» (Cf. Jn 17,14-17).
Nervios, prestancia e ilusiones
La cita fue la tarde del lunes 17 de febrero en la Plaza “Guadalajara” (antes “de los Laureles”) en el mero Centro de la ciudad, y la cual lucía como de ordinario: con gente que iba y venía; su fuente central, cuya brisa bañaba a un grupo de chiquillos que en torno a ella corrían; con la Catedral Metropolitana de La Asunción al fondo, reflejando en su fachada los últimos rayos del Sol. Era el cuadro perfecto para llevar a cabo nuestro plan.
Una vez que las cámaras tomaron sus puestos, después de haber recibido indicaciones y haber hecho un par de ensayos a discreción, cruzando la calle apareció un joven Seminarista, vestido con sotana. Todas las miradas se volvieron hacia él. Y al llegar a la fuente, sin más, comenzó a entonar la hermosa pieza musical El Tropo del Agua, del Padre y Religioso Franciscano jalisciense Fray Octavio Michel Corona (1928-2008), quien por mucho tiempo fuera Maestro de Canto Gregoriano en nuestro Seminario. Al cabo de unos segundos de cantar como solista, se acercaron otros dos jóvenes, uno en bicicleta y el otro caminando, llevando unos vistosos audífonos, y luego, tras observar por un momento extrañados al seminarista cantor, ellos, por su parte, también se revistieron con su sotana y junto a aquél se unieron al canto.
Así, de manera espontánea y para admiración del público, fueron congregándose ahí el Director del Coro, el Organista, más jóvenes vistiendo sotana, hasta que todos se integraron a ese Coro “improvisado”, de modo que lo que comenzó siendo un canto llano y sobrio, terminó por convertirse en un robusto y bien adornado Coral polifónico. Terminada la pieza, entre el aplauso y la admiración de los espectadores, la Schola se despidió agradecida, y de esa manera, sorprendente y sorpresiva, el Seminario Diocesano de Señor San José se hizo presente en el mismísimo corazón de esta ciudad.
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