jueves, 20 de febrero de 2014

No a la marihuana

La Iglesia participaría en el debate

La legalización de la marihuana no es la solución


Nuevamente regresó a la mesa de discusión social el tema de la legalización de la marihuana. La postura de la Iglesia Católica es firme: no está a favor.


Ana Alcaraz Fletes


“Y es que, más que solucionar el problema de consumo y venta de la misma, se multiplicarían los problemas”. Así lo expresó el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, ante las preguntas de los Medios de Comunicación, al término de la Misa del medio día del pasado domingo.

El Diputado Enrique Velázquez, Coordinador de la Fracción del PRD en el Congreso del Estado de Jalisco, pretende abrir el diálogo entre los distintos actores sociales para discutir la posibilidad de permitir el uso de la marihuana con fines recreativos y medicinales. La propuesta no convence a la Iglesia, pues dista mucho de ser la solución a los problemas, producto del narcotráfico, que sufre el país.

“La postura de la Iglesia ya la conocen, ya la he pronunciado, y en este momento creo que lo más importante es abrir el debate, pero que sea serio, a profundidad, en el que participen personas verdaderamente especializadas en el tema, no sólo de las drogas, sino también en el tema de la seguridad, de la salud pública, de la legalidad. Todo eso que pudiera significar el que se diera paso a esta propuesta”, afirmó, categórico, el Cardenal Robles Ortega.

Ahora bien, si se invita a participar a la Iglesia Católica jalisciense, el Arzobispo Metropolitano no participaría directamente en el debate, pero sí tendría presencia: “Puede ser alguna persona de Iglesia; un Laico bien preparado que conozca del tema, y que represente la voz de la Iglesia. No hay que pensar estrictamente en Clérigos, sino en Laicos, Médicos, Juristas, Políticos católicos y que tienen el derecho de presentar, con cordura, en un debate, la postura de la Iglesia. Tenemos derecho a exponer nuestros puntos de vista y argumentos en el diálogo entre muchas otras voces y muchas otras posturas; en eso consiste la democracia, no en la uniformidad de un pensamiento”.

Adelantó que, si después de esa discusión y análisis se aprueba la legalización, la Iglesia respetará tal decisión. “En el caso de que se diera ese paso, yo creo que correspondería al Estado conformar el marco legal y velar porque sea respetado, y no permitir que quede en manos del crimen organizado, pues ahora, con la puerta abierta para comercializar el producto, seguirá siendo, en mayor medida, causa de mucho daño y de numerosas muertes”.


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