“El Chapo” y el Caso del Cardenal Posadas
Lic. Fernando Antonio Guzmán Pérez Peláez
Presidente de la Fundación Miguel Palomar y Vizcarra
Hace casi 21 años, el 24 de mayo de 1993, a las 15.45 horas, asesinaron de 14 tiros, y a menos de un metro de distancia, al Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, entonces Arzobispo de Guadalajara. Cuando ya descendía de su auto, a “bocajarro”, los gavilleros le dispararon. El Médico Forense, hoy Decano de esa Especialidad, Don Mario Rivas Souza, quien revisó el cuerpo del purpurado, señaló que había rastros de pólvora en el mentón del Prelado, con lo que echó por tierra la prematura e inverosímil hipótesis oficial de un fuego cruzado: “No fue directo, fue directísimo”, sintetizó. Después, lo mandarían de vacaciones forzadas y le pedirían no hacer más declaraciones, pero su profesionalismo y valor civil le han ganado un lugar en la Historia.
LAS CONFUSIONES DE CARPIZO
La “Teoría de la confusión” planteada por Jorge Carpizo Mac Grégor, a la sazón Procurador General de la República, planteaba que en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, “Libertador Miguel Hidalgo”, se enfrentaron las bandas del “Chapo” Guzmán y de los hermanos Arellano Félix, y que el Cardenal Posadas simplemente se encontró en el momento y en el lugar equivocado. La hipótesis oficial del fuego cruzado, que resultaba increíble, cambió luego a una confusión de personas entre el “Chapo” Guzmán y el Arzobispo, lo cual también resultaba ridículo ante la evidencia de que Don Juan Jesús era mucho mayor que el Chapo, mucho más alto y corpulento y, por si fuera poco, llevaba su alzacuello y la cruz pectoral que distingue a los Obispos, y que son visibles para cualquier persona a menos de un metro de distancia.
“…LO SÉ, FUIMOS NOSOTROS”
Los hermanos Arellano Félix negaron siempre la versión que los imputaba, tanto extraoficialmente como en declaraciones ante el Ministerio Público Federal cuando fueron detenidos. Incluso, Benjamín Arellano declaró en la Prisión de Almoloya, hoy del Altiplano, que él reclamó a Rodolfo León Aragón -quien era Jefe de la Policía Judicial Federal cuando acribillaron al Cardenal Posadas- “por qué los culpaban, si la Policía sabía que no habían sido ellos”, a lo que León Aragón respondió: “Ya lo sé; no fueron ustedes, fuimos nosotros,…” En Audiencia, se le preguntó a Benjamín Arellano si había otras personas presentes en esa plática y contestó que sí, “pero que se reservaba los nombres para el momento en que pudiera carearse con León Aragón.” Ese momento nunca llegó, pues pasó la Semana Santa y la de Pascua de 2011, y el lunes siguiente fue extraditado a Estados Unidos, apenas 15 días después de su declaración.
LA FIGURA DEL “CHAPO”
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “el Chapo”, llegó al Aeropuerto de Guadalajara el 24 de mayo de 1993, pues viajaría a Puerto Vallarta, en donde sostendría una reunión. No entró a la zona del Aeropuerto -como sí lo hizo el Cardenal Posadas Ocampo-, y al bajar de su auto escuchó una ráfaga de fuego, corrió, tomó un taxi y se retiró. Así lo dijo el mismo capo en su declaración ante el Ministerio Público Federal, después de ser aprehendido en Guatemala y entregado a México.
Al interrogársele sobre si sufrió o percibió un ataque en contra de él, contestó que no; pero al cuestionarlo sobre qué cita tenía en Puerto Vallarta y con quién, se negó a responder, aunque dijo que “de eso, habían quedado en que no iban a preguntar”.
El “Chapo” salió “como Juan por su casa” del Penal Federal de Puente Grande Jalisco, el 19 de enero de 2001 y durante 13 años recuperó su influencia y su poder criminal hasta llegar a figurar inexplicablemente en la Revista Forbes entre los grandes millonarios del mundo. Finalmente, como sabemos, fue recapturado la mañana del sábado 22 de febrero reciente.
“CONFUSIÓN” PREPARADA
Sería muy oportuno y sano para el país volver a cuestionar a Guzmán Loera sobre el caso del Arzobispo de Guadalajara, el Cardenal Posadas Ocampo, pues hay preguntas que aún inquietan: ¿Quién lo convocó a la cita que tenía en Puerto Vallarta el 24 de mayo de 1993? ¿Cuál era su relación con el Jefe de la Policía Judicial Federal Rodolfo León Aragón? ¿Quién lo protegía entonces? ¿Quién le facilitó la fuga del Penal Federal de Alta Seguridad de Puente Grande? Resulta por demás interesante lo que el General Gutiérrez Rebollo, quien era Jefe de la V Región Militar con sede en Jalisco cuando el asesinato del Cardenal, declaró ante el Ministerio Público Federal en Almoloya: “…Para resolver este asunto, la investigación debe descubrir quién convocó al grupo de los Arellano Félix en el Aeropuerto y quién también al “Chapo” Guzmán para preparar la “confusión” en la que sería ejecutado el purpurado”. De acuerdo con las declaraciones de Benjamín Arellano Félix, ése pudo ser Rodolfo León Aragón. Obran en el expediente del caso las bitácoras de los vuelos de ese 24 de mayo de 1993, en las que consta el arribo de un vuelo oficial con gente de la PGR, proveniente de México, que llega a Guadalajara una hora antes del crimen y regresa a la Capital 30 minutos antes de los hechos, para nuevamente regresar por la tarde para entonces investigar el magnicidio.
Hoy, a casi 21 años, el crimen del Cardenal Juan Jesús Posada sigue siendo un monumento a la impunidad… Sólo La Verdad nos hará Libres.
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