jueves, 6 de febrero de 2014

EDITORIAL

Semanario, abonando a la cultura del encuentro


Nuestro Periódico Arquidiocesano está de plácemes. Ha tenido, como toda obra humana, alegrías, retos, esperanzas, pero también conflictos; ha sido fruto de esfuerzos permanentes de diálogo hacia los lectores y familias que lo acogen; de Parroquias y Promotores que lo difunden. Ha habido Revistas, Diarios y otros Medios de Información que lo han aceptado como uno entre iguales para decir su palabra, para interpelar sus dichos y puntos de vista y, así, contribuir en la tarea más noble del ser humano: ¡comunicar!

Del inicio al presente, han pasado pocos o muchos años, según se mire, pero ciertamente ha sido un lapso suficiente para una experiencia enriquecedora con lectores, amigos y críticos que han arropado esta publicación. Grupos de Pastoral, comunidades y empresas nos han confiado su publicidad. Nos hemos topado también con lectores inconformes, pero dialogantes en diversos puntos de vista. Semanario celebra hoy otro aniversario, como decían los antiguos: 17 años cumplidos, entrados a 18.

Saludó por primera vez a sus potenciales lectores con un ritual franco, humilde: “¡Buenos días, Guadalajara!”, fue la cabeza de su Portada, y así se dio el primer paso a un proyecto comunicacional, surgido de la necesidad de todo ser humano de dialogar, y del milenario mandato: “Vayan y den noticias buenas a todos”. Emergió en las cercanías del la Fiesta de San Francisco de Sales, Patrono de los Periodistas y Escritores Católicos de toda categoría, un 24 de enero, fecha en que el Papa acostumbra emitir su Mensaje Anual sobre las Comunicaciones.

En la vorágine del Periodismo existen muchos estilos, e igualmente pretensiones sesgadas no confesadas. Un botón de muestra: que alguien se atreva a señalar que “…el pecado y el infierno son cuestiones del hombre de Neanderthal que ya nadie cree”, como cortina de entrada en su espacio de noticias, es, por lo menos, sentirse dogmático con los errores de otro.

El Libro de Estilo de cada empresa editorial contiene, sin duda, normatividades auto-impuestas con tal de ser fieles a un Código de Conducta a la hora de orientar. En la comunicación de masas, es cierto lo que se dice de las pláticas familiares: también “se mete aguja para sacar hebra”. Una información digna y clara siempre pretende mensajes de ida y vuelta.

Las noticias, los comentarios, los artículos de opinión, son acicate para el pensamiento en reflexiones ponderadas e inteligentes. En este quehacer, algunos, al presumir de independencia, podemos terminar por ser dictatoriales; o pretendiendo estar al servicio de la Sociedad, en los hechos suelen “amarrarse navajas” para repartir culpas. En el mundo de los Medios de Comunicación, lo mismo hay voceros de causas nobles que difusores de medias verdades; panfletos con guiones pre-escritos y “llaneros solitarios” de causas difíciles, como también monopolios voraces de ganancias, a partir de escándalos y mugre noticiosa.

Desde la trinchera de Semanario hemos pretendido alcanzar la meta inaplazable de “abandonar la concepción meramente instrumental de los Medios de Comunicación y articular una estrategia comunicativa que tenga como origen la espiritualidad y eclesiología de comunión, y que responda a un proyecto pastoral global”. Porque una empresa arrogante, irresponsable y estrepitosa, se vuelve verdugo y juez de los demás, confabulados en “la ceremonia canibalesca” de la Prensa.

Semanario busca tener un discurso social, eclesial, comprometido y de buenas noticias. Con este ideario en la mente y el corazón, expresamos en estas fechas nuestra gratitud a todos nuestros lectores, colaboradores, trabajadores, anunciantes, impresores y, desde luego, a nuestros críticos bien intencionados. Estas efemérides nos comprometen más con el futuro.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario