jueves, 20 de febrero de 2014

Madres solas triunfadoras

Querida Lupita:


Agradezco mucho tu labor y quiero decirte que muchas de tus palabras me han ayudado a salir adelante en medio de mi dolor. Luché con todas mis fuerzas para salvar mi matrimonio, pero, desgraciadamente, él no quiso continuar y se ha ido. Yo estoy de pie, por la Gracia de Dios, aunque quiero pedirte alguna orientación para mujeres que, como yo, están solas y deben sacar adelante a sus hijos. A veces, la Iglesia no toma en cuenta esta realidad, y ahora que estoy en ella me he percatado de que somos bastantes las mujeres que estamos enfrentando la vida solas. Por favor, también escribe algo para nosotras.


Adriana C.


Querida hermana en Cristo, Adriana:


monoparental-okLas estadísticas sostienen que existen actualmente en nuestro país 4.5 millones de madres solas. Ciertamente, es un tema que debemos afrontar de la mejor manera posible. En su Libro “Madres solas triunfadoras”, Oswaldo Cuadro hace unas recomendaciones generales muy útiles.

Primeramente, subraya la necesidad de que una mujer se valore por lo que es, y no por lo que le pasó. Cada mujer es un don de Dios, es una criatura extraordinaria que debe reconocer su valor y entender que es digna de todo respeto. Esto implica una nueva forma de pensar, centrada en sus posibilidades de presente y futuro, y evitando así instalarse en el pasado recordándolo con resentimiento y amargura.

Un encuentro con Dios será el primer paso para rehacerse, lo mismo que el Ave Fénix. Una versión cristiana narra así esta inspiradora leyenda:

Se dice que en el Edén, debajo del Árbol del Bien y del Mal, floreció un arbusto de rosas. Allí, nació un pájaro de bello plumaje, y cuyos principios le convirtieron en el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol.

Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, cayó sobre el nido una chispa de la espada de fuego de un Querubín, y el pájaro ardió al instante. La inmortalidad, fue el premio a su fidelidad al precepto divino, junto a otras cualidades como la capacidad curativa de sus lágrimas. Pero, de las propias llamas, surgió una nueva ave, el Fénix, con un plumaje inigualable, alas de color escarlata y cuerpo dorado.

Una mujer que ha luchado por ser fiel, será recompensada. Una mujer que se ha equivocado y encuentra el deseo de cambiar cuando ya es tarde, según su consorte, puede rehacerse con la ayuda de Dios. Cualquiera que sea la razón por la que estás sola ahora, debes saber que en realidad hay quién te acompaña siempre: Jesucristo.

Inicia esta relación estrecha con el que no miente, no engaña, no traiciona. Con Aquél que siempre perdona, comprende y ama.

Con su ayuda, podrás realizar estas necesarias tareas para triunfar como mujer y como madre educadora:

Nunca hables mal a tus hijos sobre su padre

Empéñate en cultivar la alegría, y no les transmitas amargura

Goza con tus hijos las actividades de servicio. Vayan al encuentro de las necesidades de los demás. Convive y dialoga el mayor tiempo posible con ellos

Que los niños hagan todo lo que puedan hacer. Evita la sobreprotección

Que los abuelos (si cuidan a los hijos durante el tiempo en que trabaja la madre) se ajusten a los criterios de educación que ella les indique

Cree en ti y en tu capacidad para enfrentar este desafío.

Hay muchas madres que han sacado a sus hijos adelante con gran éxito y se han convertido en fuente de inspiración para ellos.

La clave: ¡que María Santísima sea tu inspiración!


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