Artista consumado y non
Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia
Si se menciona el nombre del Artista italiano de la época del Renacimiento, Miguel Ángel, ¿cuál imagen viene a la mente? Sin duda, alguna obra de arte de exquisita belleza.
Autor de “La Piedad”, “El David”, “El Juicio Universal”, “La Creación”, de la Capilla Sixtina, además de “El Moisés”, “El Tondo Doni” (Sagrada Familia), y Los no-terminados “Esclavos”.
El 18 de febrero de 1564 muere en la Ciudad de Roma el gran Escultor, Pintor, Arquitecto y Poeta, Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti). Ya durante su vida era reconocido como el más grande de los Artistas de siempre. Pertenece a la Historia del Arte mundial una serie de obras suyas, consideradas entre los más importantes trabajos de Arte.
Su ingenio y talento han sido admirados desde el inicio de sus trabajos. Más de 50 esculturas; más de 15 grandes trabajos de pintura; 13 obras arquitectónicas, entre las cuales la Basílica de San Pedro y su cúpula; la Plaza del Campidolio, en Roma; la nueva Sacristía de la Basílica de San Lorenzo, en Florencia y, más de 300 composiciones literarias.
Nace en 1475 en Caprese, un poblado cercano a Arezzo. Toscano de nacimiento y de formación, habitante de la Ciudad de Roma, aunque al final es Florencia la que alberga su tumba en un sepulcro monumental, donde tres figuras afligidas y llorosas representan la Pintura, la Escultura y la Arquitectura.
Dicen de él que tenía un carácter impetuoso e irascible, además de la relación turbulenta, acalorada y fluctuante con quienes le encargaban las obras. Fue de los primeros artistas que comenzó a trabajar por sí mismo para vender sus obras, pues sabía que eran ya apreciadas. Conoce a Leonardo da Vinci y a Rafael Sanzio, aunque no compagina mucho con ellos.
Miguel Ángel ha marcado la Historia del Arte Occidental. A la edad de 22 años nos regaló La Piedad Vaticana; poco después, El David. La Escultura era su actividad predilecta, pues se consideraba un Artista “del quitar” (liberar), más que “del poner”. De hecho, muchos críticos de arte consideran su Pintura como “escultórica y brillante”. Es el Artista que ha encantado al mundo, es el hombre capaz de pasar de la Escultura a la Pintura, de la Arquitectura a la Poesía. Sus sonetos nos muestran a una persona en constante búsqueda de paz; más aún, en búsqueda de Dios, del Dios Creador; hombre que en la amistad encuentra la serenidad.
Miguel Ángel trabajó hasta los últimos instantes de su vida, manteniéndose fiel a una carta dirigida a Tomás da Pistoia, en que escribió: “Quiero morir esculpiendo, esculpiendo moriré”, y así fue encontrado, sin vida, a los pies de su última obra: La Piedad Rondanini, una escultura que el Artista estaba retocando.
Siglos han pasado, y la Obra de Miguel Ángel permanece; poco sería solamente admirar la belleza de sus obras, que nos invitan a trascenderlas y llegar al Buen Dios. ¡Eso hacen siempre los genios!
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