viernes, 22 de abril de 2016

Todos los rincones de la Diócesis son importantes para el Cardenal

Primera Visita Pastoral a La Yesca, Nayarit

La Parroquia dedicada a la Virgen de Guadalupe, en La Yesca, una de las comunidades más alejadas de la Arquidiócesis de Guadalajara, recibió con los brazos abiertos a su Pastor, el Arzobispo José Francisco Robles Ortega, el viernes 15 de abril.

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Rebeca Ortega Camacho

“Es la primera vez que vengo a esta Parroquia, a esta zona de la Arquidiócesis, que está también bajo mi responsabilidad como Obispo de Guadalajara. Tiene una importancia grande porque es una realidad muy particular, distinta a la realidad de la gran Ciudad que es Guadalajara, del ambiente urbano; es otro ambiente, con gente sencilla, trabajadora, pero que necesita también de la Evangelización.
“Yo sé que ha estado siempre muy bien atendida la Comunidad, y lo está ahora con el Sacerdote que tienen, pero era para mí importante venir personalmente y visitarla, afirmó el Cardenal Francisco Robles en entrevista para Semanario.
La distancia entre la Capital de Jalisco y La Yesca, Nayarit, es de 155 kilómetros; un pueblo rodeado de cerros; a 37 kilómetros -de brecha- de la Planta Hidroeléctrica de La Yesca, la segunda Presa más grande del mundo, construida sobre el Río Santiago.

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Un cálido recibimiento
El repique de campanas anunció con alegría el arribo de tan ilustre visitante, y muchos residentes dejaron sus actividades cotidianas para recibir al Cardenal. Más de 40 niños y niñas de la Primaria Justo Sierra portaron globos, gritaron vivas y acompañaron al Arzobispo Metropolitano, quien recorrió las calles principales del pueblo a pie, y estrechó la mano de todos los que salieron a saludarlo.
En la plaza principal fue acogido por un numeroso grupo de jóvenes de la Secundaria Venustiano Carranza y de la Preparatoria José de Jesús Montoya Toribio. Después del recibimiento por parte del señor Cura Ignacio Segura Díaz, Párroco de Virgen de Guadalupe, el Prelado ingresó al Templo y dirigió unas palabras a los presentes:
“Quiero decirles que Cristo está vivo en el Sacramento de la Eucaristía. Por eso vieron que llegué y me arrodillé, para reconocerlo a Él, vivo y presente entre nosotros. Yo vengo enviado por Él. Se acuerdan ustedes lo que les dijo Jesús a sus Apóstoles: ‘Como mi Padre me envió, así los envío’, y les dijo: ‘El que a ustedes reciba, a Mí me recibe, y el que me recibe a Mí, recibe al que me envió’.
“Así que yo sé que me recibieron con tanto cariño y con tanto respeto, me recibieron porque saben que yo vengo enviado de Cristo; me han recibido y han recibido a Cristo. Y al recibir a Cristo, reciben en su vida a Dios. Por eso me da mucho gusto este recibimiento; ustedes han hecho un acto de Fe en el que viene en nombre del Señor Jesús.
“Otra vez, les doy las gracias. Los niños y niñas fueron los primeros que me recibieron a la entrada y están contentos porque vine, pero más contentos porque ya no van a ir a la escuela” -bromeó el Cardenal Arzobispo- y concluyó: “Les agradezco a todos; muchas gracias”.
Hortensia Arellano Castañeda, de 47 años y oriunda de La Yesca, comentó: “Nos sentimos muy contentos, porque muy pocas veces nos ha tocado (una visita de Cardenal). Cuando estaba chiquita, me acuerdo de la visita del Cardenal José Salazar, que también vino a unas Confirmaciones”.

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Verdaderos Testigos de Jesucristo
La Parroquia dedicada a la Santísima Virgen de Guadalupe fue erigida el 6 de agosto de 1778, y en su recinto resguarda una reliquia de primer grado, ex ossibus (parte de sus huesos), del Santo Mártir Mexicano Román Adame Rosales, quien fue Párroco ahí a principios del Siglo XX y dejó honda huella.
El Templo fue bellamente adornado para la ocasión con flores y lienzos de color amarillo y rojo, y se destacaron, con letreros, los Siete Dones del Espíritu Santo (Sabiduría, Inteligencia, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios).
Con sus papás, padrinos, familiares y amigos, se dieron cita los once jóvenes -seis hombres y cinco mujeres- que recibieron el Sacramento de la Confirmación en la Parroquia. Al medio día comenzó la Celebración Eucarística, presidida por nuestro Pastor Diocesano y concelebrada por seis Presbíteros de la región y anteriores Párrocos de la Comunidad.
Durante la homilía, el Arzobispo de Guadalajara señaló: “Tengo mucho gozo, mucha alegría de estar por primera vez aquí con ustedes para celebrar juntos nuestra Fe, que tenemos como un regalo de Dios y que nos hace hermanos, nos hace cercanos, aunque no nos habíamos conocido antes; ya por la Fe éramos muy cercanos… Quiero compartirles una reflexión que nos ayude a comprender mejor los Sacramentos en este día especial.
“Dios quiso darnos la vida para conocerlo a Él, para saber cuánto nos ama y para amarlo también nosotros. Lo único que puede separarnos del Amor de Dios y de la vida eterna, es el pecado… ¿Por qué Dios nos dejó los Sacramentos, los signos sagrados que llamamos Sacramentos?: En el Bautismo, Dios nos hace sus hijos, somos purificados del pecado original y nacemos como hijos de Dios. Él quiere que crezcamos, y entonces nos regaló otro signo sagrado, el Sacramento de la Confirmación. Por el Bautismo nacemos y por la Confirmación crecemos.
“En la Confirmación se nos da con plenitud el Espíritu de Jesús, y el Espíritu nos hace adultos, nos hace mejores, nos capacita para que vivamos nuestra vida cristiana como verdaderos testigos de Jesucristo. Recibir el Espíritu Santo nos abre al amor, al servicio, al perdón, a la ayuda, a la cooperación del bien de todos. Para eso nos confirmamos, para ser continuadores de la vida de Jesucristo en el mundo.
“El tercer Sacramento que nos completa esa vida que comenzó en el Bautismo es la Eucaristía; Cristo nos dice: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre estará en Mí y yo en él’. El que está unido a Cristo, da fruto siempre de misericordia, de servicio y de ayuda.
“Vean, pues, hermanos y hermanas, qué regalo tan grande es nuestra vida cristiana: primero la Fe, pero junto con ella, los Sacramentos. No hay Sacramentos sin la Fe… Que no se nos olvide para qué estamos en la Tierra: para conocer el Amor de Dios”.
Y dirigiéndose a los padrinos, el Cardenal José Francisco los exhortó a darles un buen ejemplo a sus ahijados, aconsejarlos para que no se desvíen del buen camino, y “darles su domingo”; es decir, procurar que siempre asistan a la Misa dominical. Después, impuso las manos a los jóvenes, y a cada uno de ellos los ungió con el Santo Crisma.
Antes de finalizar la Santa Misa, el Padre Ignacio Segura dirigió unas palabras al Arzobispo y a los asistentes: “Como responsable de esta Parroquia, que usted ha tenido a bien encomendarme, le agradecemos su visita y también agradezco a todas las personas que me han apoyado durante estos casi seis meses que he estado al frente de esta Comunidad tan hermosa, que es La Yesca.
“Es una bendición para mí estar con ustedes, y que Dios, a través del Cardenal, me haya enviado a esta Misión tan hermosa. De parte de la Comunidad y de su servidor agradecemos su visita y le damos la bienvenida a esta región que se honra de tenerlo con nosotros”.
Con aplausos para los recién confirmados, para el Obispo y Sacerdotes, concluyó la Solemne Eucaristía. La Visita Pastoral culminó con un convivio, organizado por la feligresía, y que se llevó a cabo en el salón del Ayuntamiento de La Yesca.

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Escasez de servicios básicos
Las principales localidades del Municipio de La Yesca son: Puente de Camotlán, Huajimic, Guadalupe de Ocotán, El Roble y Apozolco; los habitantes que radican en estas localidades representan el 36% de la población municipal; el resto vive en pequeñas rancherías, diseminadas por toda la sierra.
De acuerdo a un letrero a la entrada del pueblo, son 537 los habitantes de La Yesca, una pequeña población, Cabecera Municipal en el Estado de Nayarit y con el derecho de todos los ciudadanos mexicanos a tener una vida digna. Sin embargo, a la fecha, los servicios básicos son escasos, especialmente la atención médica.
La Directora de la Escuela Primaria Justo Sierra, María del Rocío Arellano Castañeda, comentó para Semanario la problemática social: “La Yesca es un lugar, se puede decir que está en reposo. El motivo de la fundación de este pueblo fue la minería, pero no se está trabajando porque no hay actividad minera. Hace unos años había dos empresas mineras, pero se acabó el trabajo.
“Las personas se dedican a la agricultura y la ganadería, pero sólo para el consumo familiar”, señaló la Maestra, originaria de ese lugar, y afirmó que le gusta su pueblo, principalmente por el clima.
“Contamos con los servicios básicos, con sus limitaciones y con sus fallas. Tenemos poco con la luz eléctrica de manera permanente, hace unos quince años o menos, y la veíamos muy lejos; creíamos que nunca iba a llegar; pero con la Presa (de La Yesca) se mejoró el servicio de la luz eléctrica y estamos muy bien en cuanto al servicio del agua.
“En lo que sí le batallamos más es en el transporte porque no tenemos una ruta directa todos los días, pues somos pocos y a nadie le conviene. En cuanto a la seguridad, estamos bien porque siempre hay una patrulla vigilando.
“El clamor de nosotros es para el Servicio de Salud, pues duramos hasta dos o tres semanas sin el servicio. Contamos con una pequeña Clínica y un Médico titulado o a veces un Pasante y Enfermero, pero ellos tienen sus tiempos de permisos, y al concluir, se van. Los Doctores son muy necesarios porque hay animales, accidentes, enfermedades que se dan de repente, y aquí estamos a la mano de Dios”, resumió la Directora de la Primaria local.

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Tierra de Misiones
Muchos son los obstáculos que día a día los Párrocos van superando, y la visita del Cardenal motiva las actividades pastorales y reaviva la Fe de los fieles.
María del Rocío Arellano Castañeda, Directora de la Escuela Primaria Justo Sierra, manifestó su sentir por la Visita Pastoral: “Estamos muy contentos; por eso estamos aquí apoyando al Padre, ya que es un motivo de alegría.
“Es importante que vea (el Cardenal) cómo está nuestro Padre que nos acompaña, para que lo consideren, porque no es fácil estar aquí. No es fácil en cuanto al traslado y las comodidades. Los Sacerdotes batallan con nosotros. Es una zona de confort totalmente; son pocos los compromisos en la Iglesia y en la Escuela, pero nada más. Somos fríos para las cosas religiosas; no nos gusta el compromiso; todavía somos un lugar de Misiones.
“¡Estamos contentos por su visita, y ojalá vuelva pronto!”.

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