jueves, 14 de abril de 2016

Maximino Javier en Guadalajara

maximino Asomarte

THO

El Museo de las Artes (Avenida Juárez 975), que regentea la Universidad de Guadalajara, expone, hasta el 15 de mayo del año en curso, una imprescindible Exposición Pictórica intitulada ‘De amor, colores y tierra”, con 39 pinturas del Artista Maximino Javier (Oaxaca, 1948), una de las firmas mexicanas más apreciadas en el ámbito internacional estadunidense y europeo.
La Muestra, posible gracias al interés de la Fundación Black Coffee Gallery, su propietaria, abarca obras elaboradas entre 1974 y 2012 que facilitan el conocimiento integral del itinerario de un creador que resuma la esencia de su patria chica hasta por los poros.
Es pertinente señalar que se inició formalmente en las Artes ya adulto, ocupando la primera parte de su vida en labores agrícolas en las tierras de su padre, campesino del Valle Nacional. Que comenzó la educación elemental a la edad de 12 años, y que al concluir los de Secundaria a la edad de 22, se mudó a la Ciudad de Oaxaca; ahí formó parte de la Primera Generación del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo. Tres años después, pasó a la Ciudad de México, donde la bien ganada fama de sus coterráneos Rufino Tamayo, Rodolfo Nieto y Francisco Toledo había abierto una brecha a la pintura de Oaxaca y a la gran demanda de la misma.
Su talento fue de inmediato valorado, y a partir de 1976 aseguró a su obra un lugar que desde entonces nadie le ha discutido. Durante cuatro años residió en Guadalajara, como parte del Taller de Grabado Guachabato, técnica que también domina.
A partir de 1979, su obra trascendió las fronteras de México, siendo expuesta en lugares tan distantes uno del otro como San Francisco, California; Nueva York y Chicago, en Estados Unidos, como también en Holanda, Francia, España e Italia.
El universo de Maximino Javier es esencial: el hombre y sus relaciones, la Naturaleza en su máximo esplendor; una fantasía que le acerca una y otra vez al Bosco, y el manejo de una gama cromática intensa que lo hace único, habiendo en ello todo un misterio, porque Maximino no distingue los colores: es daltónico.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario