jueves, 14 de abril de 2016

De Sierra Gorda a California

Misionero infatigable, San Junípero

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Pbro. Germán Orozco Mora
Mexicali, B.C.

Sierra Gorda es uno de los hermosos sitios del Estado de Querétaro. Como Baja California, posee todos los climas, y es la única geografía con siete clases de felinos, incluyendo el león sin melena o puma.
De la Ciudad de Querétaro hay que cruzar el semidesierto, los bosques con neblina y frío -”puerta del Cielo”-, pasar por el trópico caliente que lleva por las Misiones fundadas por el Padre Fray Junípero Serra Ferrer, Misionero Franciscano español del Siglo XVIII (recién canonizado). Hay que pasar por cinco Templos, entre ellos el de Jalpan de Serra, hasta llegar a Tancoyol de Serra, en la Frontera con San Luis Potosí, en tierra caliente, repleta de cascadas, arroyos y ríos.

Celo evangelizador a toda prueBa
Antes de fundar California, Junípero Serra se establecerá en el Convento de La Santa Cruz y de ahí iniciará la Evangelización de las Tribus Pames, a las que enseñará directamente a trabajar con sus propias manos la agricultura y ganadería hasta hacerlos autosuficientes.
Sin duda, los queretanos están de fiesta porque en su tierra hay mucha gratitud y memoria por el trabajo que en pocos años realizó Fray Junípero en la difícil geografía de la Sierra.
Como todo lo grande, el Santo Serra Ferrer tuvo buenos colaboradores que hicieron que Dios llevara a buen término sus proyectos: lo educativo, alimentario, cultural, arquitectónico y, lo principal: enseñar a las personas, con el ejemplo, la Doctrina de Cristo y su Evangelio. Se sabe que quien facilitó la Evangelización de los aborígenes queretanos fue la presencia de Nuestra Señora de Guadalupe, tan cercano a Querétaro el Milagro del Tepeyac.
En Jalpan de Serra, primera de las Misiones de Sierra Gorda, las temperaturas llegan normalmente a los 40 grados centígrados, de modo que para San Junípero y los Franciscanos, recibir las Misiones Jesuíticas de la Península de California (BCS) no fue difícil por el clima.
Los Franciscanos llegaron con el Padre Serra a la Baja California hacia 1767 y permanecieron aquí por casi cinco años, hasta iniciar la Fundación de la Alta California, en la que participaron el Superior, Fray Junípero, y una pléyade de sacrificados Frailes que dejaron sus vidas y corazones para hacer presente el Evangelio de Jesucristo.
Comunidades como “Cristianitos”, urbes como San Diego, San Francisco o Los Ángeles, son memoria de la entrega de los Seráficos Hermanos, que siguen evangelizando California.
El Papa Francisco no tuvo la oportunidad de canonizar al Padre Serra en el lugar de sus Misiones -por la distancia-. Juan Pablo II tenía 67 años de edad (1987) cuando beatificó a Fray Junípero (junto con el Mártir Jesuita mexicano Miguel Agustín Pro Juárez) en la Misión de Dolores, en San Francisco. A más del milagro de expandir la Fe y perpetuarla en la evocación de las Misiones Franciscanas, San Junípero Serra vive eternamente en la presencia del Dios de Jesucristo, a quien sirvió generosamente en medio de tantas cruces y dificultades.
En el Templo colonial de San Francisco de Asís, en el Puerto de La Habana, Cuba, una réplica de la estatua del Padre Junípero Serra fue traída desde Palma de Mallorca, su tierra natal, gracias a la generosidad de Iberostar, consorcio empresarial catalán.

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