jueves, 7 de abril de 2016

La ciencia de su uso provechoso

Dispositivos electrónicos

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Lic. José de Jesús Vázquez Hernández

En la actualidad, niños, jóvenes y adultos pueden utilizar un dispositivo electrónico: un teléfono celular, una tableta digital o una computadora portátil o fija, al que cada usuario le da un empleo de acuerdo a su necesidad o gusto, y en el que encuentra información, formación o deformación; pero, sobre todo, se distrae de lo que acontece a su alrededor.

LA SOLUCIÓN: EL EQUILIBRIO
El problema, como todos los bienes, no es poseerlos, sino el uso que se les da, y en estos casos se recomienda la moderación, tal como lo define la teoría griega de Aristóteles, quien consideraba que la virtud consistía en saber dar con el término medio entre dos extremos; extremos, por cierto, que pueden llegar a ser vicios. Por lo tanto, lo justo es distinguir el “término medio de la cosa” y el “término medio para nosotros”.
Se dice que el término medio es lo que no sobra ni falta, y que no es único ni igual para todos. Por ejemplo: ser un buen trabajador, lo que para unos son muchas horas de trabajo, para otros, son pocas. De ahí que establecer el tiempo adecuado depende de las circunstancias y de las personas, para no incidir en irresponsabilidad o distracción que nos induzca a problemas mayores.
Quienes analizan y estudian los efectos de las nuevas tecnologías que han invadido nuestros espacios de convivencia en los diferentes ámbitos donde nos encontramos, consideran que, si no son usados con responsabilidad, distraen a los padres de cuidar a sus hijos, tanto en la familia como en los lugares públicos, con las consecuencias imprevistas.

PREVENCIÓN E INTERACCIÓN
Además, el uso inadecuado que hacen los chavos de estos dispositivos, es motivo de preocupación de los padres, por lo que ven o por los juegos con los que interactúan los hijos, en los que se van implantando modas de entretenimientos con extrema violencia virtual que seguramente generan, en estos usuarios empedernidos, una tendencia a imitarlos.
De allí que resulta de vital importancia encontrar una pronta solución para que regrese o al menos se regularice el uso de estos modernos y útiles conectores, para que sigan uniendo a los lejanos y no alejen a los cercanos, como sucede en la actualidad, pues en la generalidad observamos que en las reuniones y convivencias cada individuo está pendiente de su aparato o celular, olvidándose del tiempo y su circunstancia.
No hay duda de su utilidad, pero parece que nos están conduciendo por una brecha única, en la que encontramos todas las respuestas sin pensar ni analizar ni discernir su origen y su procedencia. Incluso vemos cómo los niños de Primaria casi ya no se saben las tablas de multiplicar y mal saben sumar, restar y dividir, porque no lo creen necesario, dado que la solución la encuentran en un dispositivo.
Por lo pronto, conviene aprovechar y saber usar esta importante tecnología a nuestro alcance, encontrándole el justo medio, para no perder la convivencia familiar con nuestros seres queridos y amigos; pero, sobre todo, revisar el uso para que no se convierta en una adicción que en cualquier momento pueda ser causa de un problema mayor.

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