jueves, 2 de junio de 2016

Refranes Mexicanos

8

Texto: Luis Sandoval Godoy
Formuló: José Sánchez Orozco

28- Lo que bien se gana, bien se guarda
Dicen que el dinero fácilmente obtenido, se gasta, se tira y despilfarra con facilidad. Lo dicen a propósito de quienes tienen granjerías y prebendas de alguna Dependencia de Gobierno.
Allá el dinero se da, en ocasiones, para algunos funcionarios, a manos llenas. ¿Qué pueden éstos cuidarse de un mejor aprovechamiento de ese dinero? Están en la huerta, tienen la alacena al alcance de la mano, todo les viene y se les da a pedir de boca.
Pero quien sufre, suda y se abochorna con el peso de la jornada, carga la fuerza del sol. Todo eso, y a la semana, a la quincena, viene recibiendo un pago que no siempre alcanza siquiera para lo indispensable…
Cómo no va a procurar gastar bien quien bien ganó una modesta suma por su trabajo.
Un refrán que dice verdades, que apunta realidades bien vividas

29- Gota a gota llueve, y con eso los ríos crecen
Una imagen en delicada referencia al ahorro. Un refrán o una expresión metafórica que hace pensar en la conveniencia de juntar un centavo hoy y otro mañana.
Y pone el ejemplo que todos conocemos, que viene o vino con eso de las “cabañuelas”. Las lluvias frías de enero, los aires helados, las lloviznas de una eterna noche.
Allí está la lluvia golpeando la ventana y llenando los vidrios de lágrimas. Son unas gotas de agua; puras gotas de agua que se vienen rodando desde el alto cielo. El agua aquí en charcos por la calle, en corrientes más allá…
Y allá los ríos, a veces en rugido de amenaza. Antes, fueron gotas, sólo unas gotas lánguidas y tristes que escurrían por la ventana. Así en nuestra condición familiar o personal.
Una moneda hoy, la moneda solitaria, la moneda que pudimos escapar del gasto de la semana… Quién no nos dirá que mañana llegaremos a formar una cantidad de significación.

30- Ni de mula que se ríe, ni de hombre que no se ríe,
Aquí están dos casos donde el absurdo, lo grotesco, la irracionalidad, son dibujados con pinceladas muy simples. ¿Quién puede pensar en una mula echando carcajadas de gusto?…
Los animales son muy serios: ellos no andan con bromitas. Lo suyo es lo suyo, y punto. La condición del irracional comienza ahí, y ahí se define su incapacidad para reír.
Y, al revés, el hombre tiene como uno de los distintivos de la especie, la facultad de reír.
¡Cuánto hay dentro de una risa! Toda una serie de mecanismos espirituales, de reacciones psicológicas, de movimientos trazados allá, en la hondura misma de la naturaleza humana.
El refrán nos dice que nos andemos por el camino seguro; que nos dejemos de rarezas y nos hagamos a un lado cuando encontremos situaciones así…
El caso de una persona que nunca ríe, que no sabe reír; ésa será monstruosamente peligrosa, tan increíble y absurda como si pudiera verse a una mula a risa y risa.

31- Tente a las crines, Martínez
Como hablamos de mulas, rocines o rocinantes, viene al pelo este refrán.
Los que saben de caballos, saben qué es andar en pelo. Los jinetes de monta, bien montan un caballo en pelo y hasta parece que tienen gusto en ello.
A quien no es avezado en esos lances, lo va a lanzar el jamelgo; es lo más seguro… Tan seguro así, que ya decimos por acá que en lo más seguro hay riesgo.
Habrá que recordárselo al Martínez a quien se menciona aquí… Como no es diestro en montaduras, y menos si lo hace en pelo, debe seguir el consejo del refrán: que se prenda de las crines, que cierre el puño con firmeza teniéndose o deteniéndose del recio mechero del potro en que montó su vida.
O, de una manera más simple para todos: que en los trances difíciles, en los apuros que nos salen al paso, echemos mano de todo aquello que pueda sacarnos con bien del atolladero.
Esto nos permitirá salir de las encrucijadas que todos tenemos que pasar, un día de un modo, otro día, de otro; pero a todos nos llega el momento difícil, ¿verdad, Martínez?

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