jueves, 23 de junio de 2016

México necesita Educación para la Paz

México

Nota 2

Obispos mexicanos llamaron al Gobierno y al Magisterio disidente a abrirse al diálogo y a dejar de lado la cerrazón, y pidieron que se anteponga, ante todo, el bien común. A raíz de la Reforma Educativa, en las últimas semanas se ha agudizado la confrontación entre el Gobierno Federal y el Magisterio Disidente. De ambas partes o sectores hay señalamientos de buscar sólo intereses partidistas, políticos y económicos.
Los Obispos de México, desde 2010, señalamos que nuestro país vive una “Emergencia Educativa”: “Ésta, no tiene qué ver sólo con la insuficiencia de recursos y de instalaciones para ofrecer una educación de calidad; tiene qué ver también con el fracaso del esfuerzo por formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás, y de dar un sentido a la propia vida”, señala un comunicado publicado por la Conferencia del Episcopado de México (CEM) y firmado por Mons. Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco.
El Prelado añade: “En razón de lo dicho, llamo al Gobierno y al Magisterio disidente a abrirse al diálogo y a dejar de lado la cerrazón. Que por encima de intereses partidistas, económicos y políticos, se anteponga el bien común. La irracionalidad, la imposición de la Ley y el autoritarismo no ayudan a que se resuelva este conflicto, y no favorecen a la Paz y el desarrollo del Estado y del país”.
Por su parte, el Obispo y los Sacerdotes de la Diócesis de Tehuantepec, Oaxaca, se refirieron a la actual tensión social, que “no puede verse como un problema pasajero o aislado, pues tiene como caldo de cultivo los rencores alimentados por las carencias y las frustraciones sociales que han padecido estos pueblos”, puntualiza el comunicado, rubricado por Mons. Óscar Armando Campos Contreras, Obispo de esa Diócesis del Istmo.
“Ante esta situación, en primer lugar, queremos decir que nuestra palabra sólo puede estar movida por el interés de reconstruir el tejido social, dañado ya desde hace bastante tiempo por la violencia, la injusticia, la pobreza, la ignorancia, el crimen, la corrupción. Todos estamos llamados a trabajar con urgencia para que en nuestra Región y en todo el Estado sea posible una convivencia social armónica que permita el desarrollo integral de los niños y los jóvenes, cuyo futuro no puede verse como moneda de cambio para los intereses de cualquier grupo. Nadie debe hipotecar el porvenir de las nuevas generaciones.
“Todas las personas de buena voluntad, y en particular los cristianos, estamos llamados a participar en la búsqueda de soluciones para que se superen los conflictos que nos impiden vivir en paz y trabajar en el mejoramiento personal, familiar y social.
“Además, todos sabemos, y vemos, que en los conflictos se cuelan y se cuelgan muchos intereses diversos para sacar ‘ganancia del río revuelto’. Reconocemos que la Iglesia no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares; pero, con las diversas fuerzas sociales, acompaña las propuestas que mejor respondan a la dignidad de la persona humana y al bien común.
“Ponemos en las manos amorosas de la Virgen de Juquila la petición para que interceda por nosotros, y que estos problemas se superen para bien de todos”.

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