jueves, 16 de junio de 2016

La actualidad de Casa Alberione

El Arzobispo de Guadalajara y el Padre Director de esta Institución
de Formación Permanente para Sacerdotes explican su ser y quehacer.

Alberione

Pbro. Antonio Gutiérrez Montaño

Esta Casa, creada por iniciativa del octavo Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, hace casi 28 años, ha sido motivo de controversia, originada más por su desconocimiento y por afirmaciones de algunos Medios de Comunicación no suficientemente aclaradas, que ahora vale la pena presentar.
Abordado para el caso, el Presbítero Ricardo Ángel Roqueñí Carrouché, Responsable Diocesano de la Institución, llamada así en honor del Beato Fundador de la Sociedad de San Pablo (Padres Paulinos), Santiago Alberione, explicó la función de este espacio de rehabilitación integral para Clérigos varones.

Seres humanos
Mencionó el Padre Roqueñí que, desde que llegó dicho Arzobispo a Guadalajara (julio de 1987), pensó que era bueno tener un espacio terapéutico para Sacerdotes que, por cansancio, depresión, con problemas de adicción (alcohol, hiperactivos, trabajo compulsivo, incapacidad para descansar) o de conducta (conflicto de autoridad), necesitaban un tratamiento particular.
Entonces, dijo, se integró un equipo terapéutico que ha atendido, hasta el momento, a más de mil 380 Presbíteros, no sólo de esta Arquidiócesis, e incluso Religiosos. Actualmente, residen ahí 12 Padres, y 13 externos que continúan su proceso integral de formación. La capacidad es para 28.
¿Un Sacerdote, en problemas? El Clérigo indicó que, sin justificar errores, los Sacerdotes son también seres humanos que, en determinado momento, tienen que enfrentar muchas dificultades, y para eso es este Programa: un espacio para enseñar a manejar, como Formación Permanente, las emociones y otros problemas de conducta, ayudándolos a crecer integralmente.

¿Qué hacen? ¿Quiénes los atienden?
“Tenemos un programa semanal muy completo, y todos los días hay diferentes reuniones”, explicó el Encargado de Casa Alberione. Al Sacerdote que llega se le hace una evaluación psicológica. “Durante toda la semana hay terapias de grupo, terapias de movimiento, educación física, clases de afectividad, y reflexiones de vida espiritual”.
Y abundó: “Contamos con la ayuda de tres Directores Espirituales. Hay grupos de autoayuda y práctica de deportes”.
El Programa e atención dura, ordinariamente, tres meses; pero en algunas ocasiones se le pide al Sacerdote que se quede más tiempo, como cuando viene de Sudamérica o de Estados Unidos; que aproveche lo más que pueda el Programa. Tienen tareas de integración de vida familiar y sobre historia de familia. Todo esto, sin descuidar la salud orgánica, para lo cual están dedicados algunos Médicos Especialistas.
Se llevan a cabo Talleres del niño interior, del adolescente, y de duelos y despedidas, que son muy profundos y que abarcan todo un día de trabajo. Se busca sanar e integrar toda la vivencia de su ambiente familiar, con la finalidad de que salgan más integrados y mejor capacitados para emprender un trabajo pastoral de mejor calidad.
Se cuenta, actualmente, para la atención, con tres Médicos Psiquiatras, seis Psicólogos, tres Directores Espirituales y el Médico Internista. La supervisión está a cargo directamente del Arzobispo de Guadalajara, en este caso el Cardenal José Francisco Robles Ortega.
¿Cómo llegan?
El candidato que requiere de este Centro de atención debe ser enviado por su respectivo Obispo si es del Clero Diocesano, o por su Superior, cuando proviene de una Orden o Congregación Religiosa), con una carta, solicitando que ingrese al Programa, señalando la edad, años de sacerdocio y la dificultad que está manifestando.
“Hacemos una revisión, detalló el Padre Roqueñí, y vemos si podemos ingresarlo al Programa o si necesita otro tipo de ayuda; si sólo es necesario que venga a un tipo de evaluación psicológica o a terapias entre semana”. Los Superiores saben que nunca se aceptan ni presuntos ni confesos pederastas.
La atención sí tiene un costo, que asume la Diócesis o la Congregación a la que pertenece el paciente.

No es una Casa oculta

Al responder a una pregunta sobre Casa Alberione, luego de la Celebración de la Eucaristía en la Catedral el domingo 12 de junio, el Cardenal Robles Ortega indicó que, en el lugar, “se recibe a Sacerdotes en un proceso de Formación Permanente, porque son seres humanos que requieren hacer altos en la vida, retomar sus más claras intenciones y motivaciones para seguir cumpliendo su misión.
“No es una Casa oculta, abundó el Arzobispo Metropolitano. Es para personas que tienen una necesidad, y que la Iglesia está obligada a ofrecerles”. E insistió, luego de un cuestionamiento expreso: “Es una norma que, Sacerdotes que cometieran algún delito de este tipo (pederastia), no eran sujetos para estar ahí”.

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