jueves, 5 de mayo de 2016

Si controlas tus pensamientos, controlas tu vida

Querida Lupita:

¿Cuánto pesó la Cruz de Cristo que yo no puedo cargar la mía? No pude pagar la renta y ya me están echando de la casa. Yo tomé el dinero para otros gastos necesarios y ya no veo la puerta. ¿Cómo seguir creyendo en Dios? No encuentro trabajo, estoy en una edad que ya no lo contratan a uno. La vida es injusta conmigo y creo de corazón que he elegido a Dios en lugar de aceptar trabajos en donde se consigue dinero fácil, pero de forma ilegal. No siento que Él esté conmigo.

Daniel E.

Buscotrabajo

Muy estimado Daniel:
Mucho más importante que tus adversidades es la actitud con la que las enfrentas. Cuentan que cuando Florence Chadwick intentó por primera vez batir un récord cruzando 14 kilómetros a nado, se quedó a menos de una milla de la costa al sentirse exhausta, y le dolió inmensamente el saber lo cerca que estuvo de lograrlo. En una entrevista televisiva posterior, explicó que dejó de luchar porque no podía ver la costa sino sólo niebla frente a ella. Tras este fracaso, entrenó dos meses más y se lanzó a alcanzar el récord nuevamente. Esta vez tuvo éxito, aun cuando experimentó las mismas adversidades: frío insoportable, cansancio de muerte y densa niebla. Pero perseveró hasta el final porque en sus pensamientos se repetía: después de la niebla, ¡está la costa!
¿Te quedaste sin empleo?, ¿no tienes ingresos?, ¿debes sacar a tu familia adelante y estás desesperado? No hay un muro infranqueable frente a ti, sino un reto que conquistarás.
Primero actúa en tus pensamientos. Para modificarlos, considera los siguientes seis aspectos que sugiere el Psiquiatra español, Dr. Enrique Rojas:
1) Conócete a ti mismo. Explora un poco en tu pasado y reconoce tus fortalezas, aceptando también tus debilidades.
2) Fomenta la alegría en ti. La alegría es un estado de ánimo positivo por el que uno se siente contento consigo mismo. Viene como consecuencia de actuar bien, de ser capaz de ver siempre la parte positiva de nuestra trayectoria, a pesar de los mil y un avatares que a todos nos suceden.
3) Fortalece tu voluntad. Es la capacidad para ponerse objetivos concretos y luchar por alcanzarlos; es un indicador de madurez humana. No te dejes llevar por tus circunstancias o estados de ánimo, sino por convicciones. Exígete hacer lo correcto cada vez que tomes una decisión a lo largo del día.
4) Cultiva buenas amistades.
5) Sé íntegro. Si la sencillez es la virtud de la infancia, la integridad es la virtud de la madurez. Ser íntegro implica luchar por ser coherente. La persona auténtica vive como piensa.
6) Sé solidario. Dedica tiempo y esfuerzo para aliviar a quienes sufren.
Explícate tu realidad de la manera más propositiva posible. Me levantaré, lo he hecho antes y lo conseguiré nuevamente. La vida es un comenzar de nuevo cada día. Sin contar cuánto tiempo llevas sin empleo, sal a buscarlo con entusiasmo. Pide al Espíritu Santo que te dé creatividad, y tal vez es momento de auto-emplearte. Conozco personas que se reconstruyen a partir de hacer paellas, jugos, gelatinas… O quienes ofrecen servicios cobrando una comisión… Empiezan con humildad, ofreciendo todo esfuerzo a Dios y conquistando auto-estima y confianza hasta re-establecerse. Todo trabajo dignifica.
Decídete a practicar buenos hábitos: comer más sanamente; hacer ejercicio cotidiano; dejar los vicios (bajar el consumo de alcohol, tabaco, juego); cambiar defectos por virtudes: pereza por diligencia, lujuria por pureza, distracción por oración.
Si sólo ves niebla frente a ti, recuerda que detrás ¡está la costa!

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