jueves, 5 de mayo de 2016

Cardenal festejó 28 años de Consagración Episcopal

La misión principal del Obispo es predicar el Evangelio, precisó el Arzobispo Emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, durante un convivio el sábado 30 de abril.

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Para dar gracias a Dios por sus 83 años de vida y 28 de Obispo, el Cardenal Juan Sandoval celebró en su domicilio una Misa en la que concelebraron el Obispo Auxiliar Juan Gutiérrez; el Obispo de la Prelatura del Nayar, Fray J. Jesús González, y el Obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, así como numerosos Presbíteros. Luego hubo cordial convivencia durante un desayuno.

Yara Martínez González

Acompañado de Obispos, Sacerdotes y amigos, el Arzobispo Emérito, Cardenal Juan Sandoval, conmemoró 28 años de haber recibido la Plenitud Sacerdotal el 30 de abril, fecha que también aprovechó para festejar su cumpleaños número 83, que fue el 28 de marzo.
Reunidos en su domicilio de San Pedro Tlaquepaque, como ya es tradición, las notas del mariachi se escucharon en punto de las 6 de la mañana, para luego dar paso a la Santa Misa, en la que él mismo destacó la misión que tienen los Obispos para con el Pueblo de Dios:
“El Obispo va predicando el Evangelio, ofreciendo la Salvación, sin obligar; el asunto de creer es de cada quien, es un don de Dios y una respuesta libre del hombre. Él tiene que ser como un padre de familia que lleva a la comunidad cristiana, a los Hijos de Dios, por buen camino; pero también los reprende”.
Puntualizó que, a partir del Concilio Vaticano II, se aconsejó la jubilación para aquellos Sacerdotes enfermos o que cumplieran los 75 años. Sin embargo, fue hasta 1993 cuando se dispuso, en el Código de Derecho Canónico, que fuera obligatorio, siempre a reserva de que la renuncia sea aceptada por el Papa, en el caso de los Obispos, o por el Obispo, tratándose de los Presbíteros.
“Aunque se retire, sigue siendo Sacerdote, y el Mandato de Cristo le sigue urgiendo a predicar el Evangelio y a administrar los Sacramentos. Cuando un Obispo se retira, como yo, sentimos la obligación de seguir ayudando y sirviendo en lo que se pueda, y de acuerdo a las fuerzas y la luz que Dios nos da. El Sacerdocio es eterno, y nosotros somos Ministros del Señor”
Finalmente, el purpurado, actualmente Decano de los Cardenales mexicanos, exhortó a los presentes a seguir orando para que no falten vocaciones, para que haya buenos Sacerdotes, y para que en los Seminarios existan ideales, virtud, honestidad y jóvenes valiosos que quieran servir a Cristo y a su Iglesia.
Numerosos Sacerdotes concelebraron con él en esta fecha especial, y luego departió con todos los asistentes en un desayuno que se sirvió en los corredores y jardines de su casa.

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