jueves, 5 de mayo de 2016

Contra esta fecha no hay competencia

Cartón Felicidades, Mamá

Daniel León Cueva

Es muy probable que sólo el Día de la Navidad rivalice en jolgorio con el 10 de mayo, aunque la Noche Buena es más universal en su convocatoria y significado, mientras que el Día de la Madre es más específico: se encapsula y relaciona muy concretamente entre ella y el hijo o la hija.
Aludir a la madre, en el pensamiento, en el concepto, en el recuerdo o la palabra, es remitirse al misterioso poder generativo de la entraña femenina; allí donde se gesta el nuevo ser con maternal celo, con absoluta seguridad, con sacrificio, ilusión y alegría. Pero también es adjudicarle sin medida el verbo amar, y apropiarlo e individualizarlo para cada engendro, como si fuera el único, como el primero o el último de su fértil productividad.
No en balde suele convertirse en el ser más amado. Sin proponérselo. Sin esperarlo ni calcularlo. Por eso las cartas (ahora en Redes Sociales), las Serenatas, Mañanitas, Festivales y regalos. Por eso la presencia de los alejados, los telefonemas, la fraternal y filial convivencia. Por eso el alud de gratas remembranzas, plegarias, lágrimas, disculpas y flores en los Templos y Cementerios.
Si para ellas es privilegio y es don el haber procreado, a todo ser viviente le cabe el honor y la dicha de tener o haber tenido una madre… ¡Dios mismo la tuvo!.

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