jueves, 14 de julio de 2016

La oración comunitaria

Escuela de Oración: Clase 9

“Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos” (Cf. Mt 18,20).

Arrepentimiento OMV

Pbro. Adrián Ramos Ruelas

Orar en comunidad puede significar una gran experiencia espiritual cuando nos sentimos acompañados por quienes comparten nuestra Fe y deseo de Dios. La Iglesia promueve esta experiencia que, además, se convierte en un espacio de testimonio cristiano. Recordemos cómo las primeras comunidades cristianas se reunían para la Fracción del Pan, para la enseñanza de los Apóstoles, para la oración y para practicar la Caridad (Cf. Hch 2,42).

Liturgia de las Horas
Una de las formas más recomendadas por la Iglesia para hacer oración comunitaria es el rezo de la Liturgia de las Horas; oración que se compone de la recitación de algunos Salmos, Lecturas Bíblicas, Preces e Himnos. Es importante aprender a rezarlas, ya adquiriendo el libro (anteriormente llamado Breviario) que las contiene, ya uniéndonos a algún Grupo en la Parroquia que la recita, ya promoviendo el rezo en familia. En Seminarios y Casas de Formación, en Monasterios y Conventos, es parte de la jornada diaria.

La tradición monacal
San Benito Abad escribió la famosa Regla Pastoral, en la que dicta las principales normas con que han de ser regidos los Monjes Benedictinos. Esta Regla se ha tomado como base para las siguientes Órdenes monacales. La oración, junto con el trabajo, ocupa las principales actividades de los Monjes durante la jornada. Así se resume su famoso Lema: Ora et labora (reza y trabaja). De esta tradición, retomamos el valor de la oración comunitaria, con toda la riqueza espiritual que trae. Orar en comunidad con los Oficios Litúrgicos, desde las primeras horas de la madrugada y hasta las altas horas de la noche (Vigilias, Maitines), es propio de esta Escuela.

La Asamblea Eucarística
La oración por excelencia de un cristiano es la Eucaristía, entendida como la Celebración de la Santa Misa. Por lo menos cada ocho días, en domingo, tenemos este extraordinario momento de encuentro con Cristo, como comunidad que sabe alabar y reconocer como Centro a su Señor Resucitado. En ella escuchamos la Palabra, ofrecemos nuestra vida junto con la de Jesús, y comulgamos su Cuerpo y su Sangre. En la Eucaristía tenemos momentos diversos de oración comunitaria: oración de perdón, de acción de gracias, de intercesión, de alabanza y de adoración, por citar algunas.

Familia que reza unida, permanece unida
El Rosario, aunque se puede rezar de modo personal, es muy recomendado en familia o en comunidad. Sabemos, por grandes testimonios, que tiene una gran fuerza y nos alcanza muchas bendiciones, como la unidad, la victoria y la paz. Ante tantas dificultades que hoy vivimos, nada mejor que recitarlo junto a otros, pausadamente, conscientes de lo que decimos y con la intención de hacer bien a alguien.

Oración carismática
Algunos Grupos o Movimientos privilegian la oración comunitaria de tipo carismático, en la que se hace mucha alabanza en un ambiente de música, canto y danza, lectura de la Palabra de Dios, oración fuerte, de intercesión, invocación al Espíritu Santo, de acción de gracias, de adoración y de contemplación, además de los momentos significativos de silencio y gozo que ahí se manifiestan.
Qué importante es unir mentes y voluntades al congregarnos para hacer juntos oración, en la modalidad que más nos ayude. Lo importante es sentirnos Iglesia, familia, comunidad orante, donde se perciba la presencia del Señor como Centro, a ejemplo de La Santísima Trinidad.

Liturgia celeste
La Liturgia Celestial, en la que los Ángeles y espíritus bienaventurados adoran y contemplan permanentemente al Cordero Celestial, nos sirve de inspiración para orar sostenidamente en nuestra peregrinación terrena, animándonos unos a otros, día tras día, mientras perdura el hoy hasta tener la dicha de reunirnos en la Jerusalén Celestial, donde se ora y se canta a Dios, que lo colma todo en todos.

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