viernes, 27 de septiembre de 2013

UN PASTOR CON OLOR DE OVEJA

EL CURA AVIADOR


Pbro. Tomás de Híjar Ornelas

Cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara


Ya próximo a recordarse el Aniversario número 60 del accidente que costó la vida al Párroco de San Martín de Bolaños, don Emeterio Jiménez Martínez (1909-1954), “el Cura aviador”, la tenacidad del Licenciado Francisco Vázquez Mendoza, Premio Nacional de Periodismo Cultural 2001 y Premio Jalisco Emisario 2003, ha hecho posible el Exporreportaje ‘Padre Emeterio que vuelas por los cielos’, abierto ya y hasta el 12 de enero de 2014 en el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas de Guadalajara, en la Avenida Alcalde 225, en el Centro tapatío.

Se rescata en él la memoria de un ministro sagrado que dejó honda huella en uno de los confines de la Arquidiócesis de Guadalajara, matria de Vázquez Mendoza, nativo de Colotlán (1969) y entusiasta y profesional divulgador del conocimiento de la Zona Norte de Jalisco. No extraña, entonces, que cuando supo la historia del Cura piloto aviador investigó cuanto pudo hasta descubrir el atractivo perfil humano de un Párroco, ya legendario entre los ancianos y adultos de San Martín de Bolaños, comunidad que atendió entre 1934 y 1954.


PROBADO -Y APROBADO- EN LAS DIFICULTADES
la foto d.Oriundo de una ranchería del Municipio alteño de Encarnación de Díaz, Jalisco, Emeterio Jiménez Martínez nació en 1909. Ingresó al Seminario Auxiliar de Lagos de Moreno en 1924, unas semanas antes de que el Gobernador José Guadalupe Zuno Hernández se propusiera aniquilar el plantel levítico, de modo que su formación eclesiástica discurriría durante la etapa más cruenta de la persecución religiosa en México.

Ordenado Presbítero en 1934, fue destinado a San Martín de Bolaños, donde brilló por su entusiasmo y celo apostólico, granjeándose la animadversión de los Guzmán, afines al anticlericalismo gobiernista, cuyos titulares en el Estado fueron por esos años Sebastián Allende y Everardo Topete, agentes incondicionales de Plutarco Elías Calles, a la sazón Jefe Máximo de la Revolución Mexicana. Más de una vez fue desterrado de su destino el joven Clérigo; pero, lejos de amilanarse por ello, robusteció su espíritu de fortaleza y se echó a cuestas una labor titánica.

En 1938, ya Párroco de San Martín de Bolaños, estableció Centros de Catequesis en todas las rancherías; administró en ellas regularmente los Sacramentos; restauró la Escuela Parroquial y se dedicó a limar las rispideces que dejó la guerra cristera.


HIZO DE SU AVIONETA UNA AMBULANCIA
Ello fue posible gracias a una hazaña que empezó en 1949, cuando obtuvo la licencia como piloto aviador y, con la cooperación de sus parroquianos, adquirió una aeronave Piper 90 de dos plazas, que desde ese año se convirtió en un vehículo a la orden de todos los que requerían de sus servicios, habilitando para ello pistas de aterrizaje en las principales rancherías de su circunscripción.

En 1951 se topó con él Tomás Montero Torres, periodista, diseñador y fotógrafo, quien le hizo una entrevista publicada en el Semanario ‘Impacto’, bajo el título ‘La fe en avión’, ilustrada con las 17 fotografías que componen este Exporreportaje.

Falleció en San Martín el 15 de febrero de 1954 en el acto de aterrizar, y viajando en una avioneta apenas adquirida (una Cessna, de cinco plazas). Siguiendo su costumbre, apagó el motor de la nave sin calcular que la estabilidad de la misma era distinta al modelo anterior, lo cual le costó la vida a él y a su acompañante, una de las Religiosas del Colegio Parroquial. Tenía, al morir, 44 años de edad.

A partir de entonces, comenzó la fama de santidad del padre Emeterio, aún viva entre quienes le conocieron. Y, para que no se apague entre las nuevas generaciones, Francisco Vázquez Mendoza llevará su Exporreportaje a San Martín de Bolaños en febrero de 2014.


1 comentario:

  1. Que bonita reseña, he estado buscando información sobre mi familia paterna, Emeterio era el hermano de mi abuela

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