Apóstol, Evangelista y Mártir
Dos de los cuatro Evangelistas dan a San Mateo el nombre de Leví, mientras que San Marcos lo llama, “hijo de Alfeo”. Posiblemente Leví era su nombre original y adoptó él mismo el nombre de Mateo cuando se convirtió en seguidor de Jesús. (Etimológicamente, el nombre quiere decir “Don de Dios”; en hebreo: “También Fiel”).
Era galileo por nacimiento, y en el momento del llamado de Jesús, residía en Cafarnaúm ejerciendo la profesión de publicano o recolector de impuestos para los romanos, oficio considerado infame para los judíos. Desde el momento de su elección, siguió al Señor hasta el término de su vida terrena y, sin duda, escribió su Evangelio en lengua aramea a petición de los judíos convertidos.
Tras haber recogido una abundante cosecha de almas en Judea, se fue a predicar la Doctrina de Cristo en las naciones del Oriente. Específicamente se sabe que predicó en Etiopía, y probablemente en este mismo lugar alcanzó la gloria del martirio. Según legendaria tradición, sus restos se guardan y veneran en la Catedral de Salerno, Italia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario