El Gobierno, ‘dispuesto’ a pagar el costo que implique
La Reforma Hacendaria -dicen- ¡va porque va!
Tal fue la expresión del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, ante líderes empresariales jaliscienses
Javier Castorena Aldaz
Escuchar la palabra “reforma” es un término que puede provocar cierto temor, porque se viene a la mente que esto significa un cambio; pero decir reforma fiscal, pone a temblar a más de alguno, y más aún cuando se conoce todo lo que propone la actual propuesta de Reforma Hacendaria, que presentó hace unos días el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y que vino a defender a Guadalajara su Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
Cuestionan que sea reforma
Se ha insistido en asegurar que es una reforma de “carácter social”, pero en realidad se atenta contra la clase media del país, que es la que trabaja, la que aporta y la que ha sido, a través de los años, el sector contribuyente cautivo del Gobierno; la que sostiene, pues, al país.
Como lo han señalado varios analistas, las propuestas gubernamentales no son reforma. Al elaborar la Iniciativa, se pensó en algo dirigido a padres de familia que tienen hijos estudiando en escuelas privadas, que pagan renta o una hipoteca y, además, les gustan las mascotas y van a espectáculos. Es decir, se pensó en la gente que sí paga impuestos: los asalariados, los que conforman la clase media.
Es verdad que se necesitan recursos para combatir la pobreza, otorgar a los mexicanos los servicios de Salud y Educación de calidad, tener derecho a una jubilación digna; pero esto debe ser un esfuerzo de todos los mexicanos y no afectar sólo a un sector de la población.
Se debe pensar en ella
Mónica Unda, Profesora e Investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, ITESO, escribió que “los sistemas tributarios tienen dos funciones: proveer de recursos a los Gobiernos y distribuir el ingreso. El sistema tributario mexicano desempeña estas dos funciones muy mal, y la reforma tributaria que se propuso hace muy poco por remediarlo”.
Y añade: “¿La reforma planteada está a la altura del problema? No. La reforma tributaria pretende recaudar, a través de los tres impuestos principales (ISR, IVA e IEPS), 162 mil 800 millones de pesos, un monto insignificante para reducir la brecha que nos separa de lo que recaudan economías similares y para lo que demandan las necesidades de desarrollo económico y social”.
Las voces realistas no se han dejado escuchar ni las escuchan, sobre un asunto meramente recaudatorio. Por todas las experiencias frustrantes de Gobiernos anteriores, ¿cómo asegurar que el dinero colectado, en su totalidad, será destinado a programas sociales, y no tendrá un destino diferente?
El hecho de que sean impuestos, y que a nadie gusten, no significa que no sean cuestionables, sobre todo cuando no hay congruencia en la recaudación, y menos cuando, al final, se creará una clase pobre más grande.
Sin duda, una parte de las propuestas puede servir de monedas de cambio. Al final no se aceptan, pero con la condición de que otras sí.
No se puede convencer con medidas paternalistas y soluciones meramente recaudatorias. Si no se crece, sólo siguen financiándose los gastos, que parecen no tener fin.
¿Qué es lo que propone?
1. Impuesto al Valor Agregado, IVA, de 16% a colegiaturas y a hipotecas.
2. Incremento del Impuesto Sobre la Renta, ISR, del 30 al 32%, con límites a las deducciones fiscales.
3. IVA a bebidas azucaradas y a los chicles.
4. IVA a mascotas y su alimento.
5. IVA a espectáculos públicos, incluidos los Congresos para extranjeros (excepto teatro y cine).
6. IVA a la transportación pública foránea.
7. Se establecerán impuestos en dividendos; es decir, en las utilidades que se obtengan en la Bolsa de Valores.
8. Se eliminará el régimen de conciliación fiscal.
9. Desaparecerá el régimen de Pequeños Contribuyentes.
10. Continuarán los “gasolinazos” mensuales.
11. Se limitará el monto de las deducciones personales.
12. Impuesto al bióxido de carbono y a los plaguicidas.
13. Se homologará el IVA en todo el país.
El anzuelo para aceptar la propuesta
1. No habrá IVA en alimentos y medicinas.
2. Se acotarán los regímenes preferenciales existentes con la creación de una Ley del ISR.
3. Mayores derechos a los contribuyentes, y se introducirán medidas para automatizar los procesos del Sistema de Administración Tributaria, SAT.
4. Para los comercios informales y nuevos negocios, se establecerá un Régimen de Incorporación Fiscal. Y para los que quieran migrar a la formalidad, se establecerá un Régimen de Incorporación a la Seguridad Social.
5. Se disminuirán cuotas de Seguridad Social a los trabajadores de bajos ingresos.
6. Seguro de Desempleo para todos los mexicanos.
7. Pensión universal para adultos mayores de 65 años.
8. Inversión en infraestructura.
9. Se elimina el Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) y el IDE.
Objeciones (malas noticias) de esta Iniciativa
1. Es verdad que se recauda poco; de ahí que se necesitan mayores ingresos, pero actualmente el gasto del Gobierno es superior a los ingresos.
2. Eliminar la consolidación fiscal es complicado.
3. Aplicar el IVA a viviendas afecta más a los ingresos medios, pues para estos hogares el peso de los intereses hipotecarios representa una carga mayor que para un hogar con ingresos más altos. En suma, afecta a contribuyentes ya cautivos, que si bien no son hogares de muy bajos recursos, tampoco son los más privilegiados de la población. Además, la industria de la construcción se verá afectada.
4. El IVA a alimentos se aplicará indirectamente, porque no hay campo mexicano que no necesite plaguicida para ofrecer sus frutos.
5. No se señala el esfuerzo que hará la clase política. Disminución de montos, por ejemplo, a Partidos Políticos. Seguirán los altísimos sueldos de Magistrados, por ejemplo, y otra clase alta burócrata. Unos, seguirán sin pagar impuestos, y otros, tendrán más dinero para gastar. El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación gana poco más de 500 mil pesos al mes, y el resto de los Ministros, poco más de 330 mil. Los Senadores, más de 2 millones al año; los Diputados Federales, 105 mil pesos al mes, y los Locales, 107 mil. No pueden gastarse, en el caso de nuestro Congreso del Estado de Jalisco, 11 millones en mantenimiento de la cantera de su edificio, 6.5 millones en tóner, 5 millones en impresión de lonas y renta de espectaculares, y 4.5 millones por servicios de audio y video.
6. Sigue pendiente una propuesta integral para los gastos del Estado. Se recurre al IVA como único instrumento y como el más fácil de aplicar, para allegar recursos.
7. Como lo señaló un analista, se trata, más bien, de una miscelánea que justifica el aumento de impuestos, sin que sea reforma, porque no innova ni mejora la Hacienda pública. No se incrementa la base gravable de contribuyentes.
8. Atenta directamente, como el mismo crítico señala, contra la competitividad de nuestra economía, y disminuye la calidad de vida de un sector poblacional muy amplio y estratégico para la Nación: su clase media.
9. El país será menos competitivo, gravando maquiladoras. Los aumentos que se provoquen tendrán un impacto inflacionario directo en productos y servicios, con las consabidas consecuencias al reducir el consumo interno.
Sugerencias
1. Es mejor pensar en impuestos directos, como el ISR o el Predial, que tienen tasas progresivas.
2. Incluso, puede pensarse en un impuesto bajo, global, a alimentos, que no pase del 4 ó 5%, y en el que sí contribuiríamos todos, formales e informales.
3. La mayor parte de lo que se pretende recaudar no puede venir de los asalariados.
4. Debe haber una mejor transparencia en la Hacienda pública.
5. ¿Cuándo y cómo se va a impactar la informalidad? ¿Seguirá operando libremente?
6. Afectar menos a las pequeñas y medianas empresas, creadoras reales de fuentes de trabajo.
7. Revisión fiscal de PEMEX.
8. Una reforma que se vincule a mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
9. Mantener la intención de controlar el gasto de las Entidades Federativas, principalmente en los Sectores de Salud y Educación.
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