jueves, 12 de septiembre de 2013

¡NO MÁS GUERRAS!

Siria: cuenta regresiva


Que el Premio Nóbel por la Paz amenace con bombardear a una nación, es claro signo de que el mundo se desgaja.


Y se desgaja en una decadencia provocada por la Dictadura del Relativismo.

De las diversas categorías del Premio Nóbel, el de la Paz, el más emotivo y alentador de esperanza para la Humanidad, le fue conferido a Martin Luther King Jr. en 1964; a la Madre Teresa de Calcuta en 1979; al Dalai Lama en 1989, y a Rigoberta Menchú Tum en 1992, por mencionar algunos. Pero en 2009 le fue otorgado a Barack Obama, el Presidente de Estados Unidos, quien ahora mismo mantiene una amenaza de bombardeo sobre Siria, en el que se valdría de misiles Tomahawk y de un Crucero con alcance superior a los mil kilómetros.


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Sumamente tenso

Las amenazas sobre Siria, del Premio Nóbel de la Paz 2009, encuentran sus antecedentes el 18 de agosto de 2011, cuando sentenció: “Ha llegado el momento de que el Presidente Assad dé un paso a un lado”. Le apoyaron Gran Bretaña, Francia y Alemania. Su amenaza más reciente tronó el 31 de agosto, cuando autorizó el uso de la fuerza militar “para castigar a Siria, con activos militares ya posicionados para realizar un ataque, y listos para moverse bajo mis órdenes”.

Y sentenció: “Estoy pidiendo al Congreso enviar un mensaje al mundo, de que estamos listos para movernos como una nación”. La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadunidense aprobó el miércoles 4 de septiembre, con 10 votos a favor y 7 en contra, el plan de Obama, quien para cumplir sus amenazas ya sólo requiere el voto mayoritario del Pleno del Senado y de la Cámara de Representantes.

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en varias ocasiones ha fijado su postura. La más reciente, el martes 3 de septiembre: “Me dirijo a Obama como Premio Nóbel de la Paz: antes de emplear la fuerza en Siria hay que pensar en las futuras víctimas. Antes de tomar la decisión de lanzar los ataques contra Siria, Estados Unidos debería pensar en sus operaciones que no han resuelto los problemas. ¿Acaso se resolvió aunque sea un solo problema en Afganistán, Irak y Libia? Porque allí no hay ni paz ni democracia alguna, como supuestamente pretendían nuestros socios; no hay ni una paz civil elemental ni equilibrio”.

Obviamente, Siria no se quedará sin responder, sabiendo que, además de Rusia, cuenta con el apoyo de Irán y China. Luego, podrían sumarse Egipto y Jordania, aunque por ahora han asegurado que no.

Por su parte, Estados Unidos es apoyado por Israel. A su incondicional aliado podría sumarse Francia; posiblemente Japón, tal vez Alemania y luego el Reino Unido.


La Iglesia, preocupada

Si la incursión militar sobre Siria se le complica al Premio Nóbel Obama, buscará apoyo de tropas en los países con los que mantiene convenios. Por su parte, el mundo árabe se sentiría convocado a sumarse para defender sus territorios. Para ese momento, ya habría una Guerra Mundial, la Tercera.

El Papa Francisco, conocedor del grave peligro sobre la Humanidad, presentó un emergente llamado a todo creyente en Dios, convocando a una Jornada Mundial de Oración en favor de la paz, en Oriente Medio y Siria: “Es una fuerte y urgente invitación que dirijo a toda la Iglesia Católica, pero que hago extensiva a todos los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de las diversas Religiones, y también a aquellos hermanos y hermanas no creyentes: la paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la Humanidad. He decidido convocar en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una Jornada de Ayuno y de Oración por la Paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras Religiones y a los hombres de buena voluntad”.

Es urgente que todos hagamos eco de la convocatoria del Santo Padre, aunque ya haya pasado este día, y sumarnos de una forma permanente, periódica, voluntaria. En efecto, el sábado 7 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, desde las 19 a las 24 horas, se reunió el Sumo Pontífice en oración y en espíritu de penitencia, para implorar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el orbe entero. “La Humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz -dijo el Vicario de Cristo- y de oír palabras de esperanza y de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir esta jornada de ayuno, organicen algún acto litúrgico por esta intención”.


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