Fraude contra desempleados
Javier Castorena Aldaz
En el último mes, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Jalisco ha clausurado cinco empresas que ofrecían trabajo a las personas, pero que en realidad lo que buscaban era que invirtieran en la venta de cosméticos; dinero que nunca recuperaban. No es algo nuevo; ya desde hace años esto se viene dando. Lo que está fuera de lo normal es que siga habiendo quiénes se dejen sorprender por estas estafas. Por eso, aunque parezca ocioso, hay que seguir diciéndolo e invitando a que se denuncie este tipo de anomalías.
Conseguir un empleo digno se ha vuelto un viacrucis para muchas personas que actualmente forman parte de la lista de desempleados en el Estado, situación que ‘empresas’ vivales y sin escrúpulos han aprovechado para medrar y lucrar con la necesidad de esta gente.
A través de anuncios en el periódico, volantes, en Internet, algunas de estas pseudo empresas se dedican a atraer con engaños a quienes buscan un empleo formal, pero al llegar al lugar de la cita se dan cuenta de que nada de lo que prometen es verdad, y que, por el contrario, para poder “trabajar” ahí, tienen que invertir en la compra de cosméticos, los que posteriormente tendrán que vender para recuperar la inversión y obtener “ganancias”.
Tenga cuidado
Lamentablemente, la necesidad o la desesperación de quienes buscan un empleo, la poca información, y la nula cultura de denuncia, influyen para que estas corporaciones ‘pirata’ sigan operando. En el último mes, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social ha clausurado cinco empresas de este tipo que se dedicaban a lucrar con las necesidades laborales.
Con engaños, las personas llegaban al lugar que se les indicaba en el anuncio, volante o por la vía de Internet. Al momento de entregar su solicitud laboral, les decían que tenían que asistir a una plática de introducción, pero al iniciar la charla, les explicaban que era una oportunidad para empezar su propio negocio.
Mediante argucias, y convenciéndolos de que obtendrían jugosas ganancias, a muchos de ellos los convencían para que invirtieran su dinero a cambio de mercancía que ellos venderían más cara; sin embargo, después de cometer el fraude, desaparecían del domicilio, por lo que los engañados no tenían a dónde acudir para reclamar.
Atrévase a denunciar
Este tipo de empresas logra operar porque quienes han sido fraudeados no denuncian, y quienes se dan cuenta a tiempo de lo que pretenden hacer, sólo lo ignoran y tampoco levantan la denuncia correspondiente, por apatía o por indiferencia.
Con todo, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) ha recibido decenas de denuncias de este género de negocios que funcionan de forma similar, por lo que la Dirección de Inspección de la STyPS seguirá realizando inspecciones y clausuras, en caso de encontrar anomalías.
Sin embargo, es importante que cualquier persona que haya sido afectada, denuncie, con tal de evitar que se cometan más atracos contra interesados en buscar un empleo formal para mantener a sus familias, y son engañados.
Empresas fraudulentas
Las empresas que han sido clausuradas son: FINEA, Formación Integral de Negocios Avantes, cuya responsable es Claudia Rincón Becerra, con dirección en Avenida Hidalgo 859 y 861. Una Compañía sin nombre, cuyo responsable es Daniel Iván Rodríguez Hernández, con domicilio en Alcalde 705, interior 2, con giro de oficinas administrativas. En esta segunda empresa, se enganchaba a la gente a través de una Página de Internet www.computrabajos.com ofreciéndole empleo como capturista, encargado de sistemas y todo lo referente a sistemas computacionales.
Otra ‘empresa’ tiene el nombre de CENLIDEH, con licencia municipal de oficinas administrativas, cuya responsable es María Teresa Chávez León, con domicilio en la Calle Prisciliano Sánchez 323, Zona Centro, de Guadalajara. Una más, también sin nombre, ubicada en Avenida Juárez No. 540, segundo piso, cuyo responsable, Cristopher Valencia Álvarez, contaba con licencia de oficinas administrativas y, finalmente, ‘la Compañía’ Beautis Dage, con domicilio en Chapultepec 223, interior 2, Colonia Americana, cuyo responsable es Homero Raz, y que tenía licencia de oficinas administrativas.
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