¿Adivina quién soy?
Anahí Ruvalcaba
El hombre, por naturaleza, siempre está en una constante búsqueda, máxime si hablamos de la búsqueda de su identidad. Esta situación me recuerda un diálogo del cuento de “Alicia en el país de las Maravillas”, de Lewis Carroll que quiero hoy relacionar:
-Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende, en gran parte, del sitio al que quieras llegar-, dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio… -contestó Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes- replicó el Gato.
-…Siempre que llegue a alguna parte-, repuso Alicia como explicación.
-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte-, aseguró el Gato, si caminas lo suficiente!…
Crisis y compromiso: estados de identidad
Así como el personaje de Alicia, los jóvenes, particularmente, estamos en una constante búsqueda de nuestra identidad, y la pregunta principal es quiénes somos. Para responderla nos enfrentamos ante múltiples caminos y decisiones que influirán en la construcción de nuestra identidad como personas, como el hecho de elegir una carrera, un trabajo, una pareja, etc.
La crisis y el compromiso son dos elementos cruciales en la formación de nuestra identidad. En un primer momento, la crisis pudiera parecernos negativa, pero realmente es necesaria para la formación de la identidad en cada persona, pues se refiere básicamente al período de toma de decisiones conscientes que tienen que ver con la formación de la identidad.
En cuanto al compromiso, que hoy en día está tan olvidado, se relaciona con la inversión individual en una ocupación, persona, grupo parroquial, etc. Ambos, crisis y compromiso, van estrechamente ligados, pues ante nuestras elecciones, es importante asumir un compromiso, el cual nos llevará a ser personas maduras y competentes, con una identidad sólida.
Persona en construcción
Como parte de la búsqueda de identidad es necesario también que contemos con modelos de personas a seguir, cuyo testimonio nos ayude a acercarnos más a aquellas metas e ideales que queremos alcanzar. Para ello, es importante que tengamos claro qué es aquello que queremos en la vida; de lo contrario, seremos como veletas que se mueven en una dirección u otra, según el soplo de los vientos.
De igual manera, es importante destacar que los Medios de Comunicación juegan un papel muy importante en la construcción de nuestra identidad, ya que con suma frecuencia nos presentan modelos que tienden a inclinarse por una versión limitada, reducida y relativista de la persona, bastante alejada de las formas de identidad que apelan a la dignidad humana.
Nosotros, como católicos, contamos con el testimonio de ejemplares Santos y Mártires, quienes fueron personas que se formaron una identidad a semejanza de Cristo, el modelo por excelencia, y que supieron ser luz en medio del contexto y la época social en que vivieron. Pienso, por ejemplo, en el caso de San Giuseppe Moscati, un Médico italiano del Siglo XX, entregado total e incansablemente a la cotidiana asistencia a los enfermos, sin reclamar a los pobres paga alguna, y que atendiendo a los cuerpos curaba a la vez las almas con profundo amor.
“Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”. San Agustín.
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