jueves, 29 de octubre de 2015

Vicarios Episcopales y Decanos, asumen sus retos

Entre la Doctrina y la Vida, el ideal y la realidad

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Vicaría de Pastoral

Ya hemos comentado este paso en que los encargados de la Pastoral territorial afinan sus compromisos. Fue el 5 y el 6 de octubre, en el Seminario Menor de los Misioneros de Guadalupe.
Una parte sustancial fue, después de hablar de lo que se vive hasta hoy en esos menesteres, considerar lo que está dicho oficialmente sobre la Vicaría Episcopal. El Presbítero Doctor José Marcos Castellón Pérez presentó un resumen de los acervos doctrinales en el Código de Derecho Canónico, el II Sínodo Diocesano y el Manual de Funciones.

Ser e identidad
Vicaría Episcopal: es una determinada circunscripción de la Diócesis con características más o menos comunes, con la finalidad de que la realidad pueda ser afrontada mediante una acción pastoral más amplia, profunda y encarnada, para llegar a transformar la realidad a través del Evangelio.
Vicario Episcopal: es un Sacerdote nombrado libremente por el Obispo como Vicario suyo (Alter Ego, su ‘otro yo’) para un lugar y por un tiempo determinados, que goza de la misma potestad ordinaria, vicaria y ejecutiva del Vicario General. Por la delicadeza de su encargo, debe ser mayor de 30 años y, mínimo, cinco años de ordenado; gozar de madurez, sana doctrina, honradez, prudencia; hombre de comunión y experiencia pastoral.
Cuando el expositor decía estas palabras, se notaban, entre los presentes, expresiones que subrayaban la profundidad de su significado.

Atribuciones del Vicario Episcopal
Tiene potestad ordinaria, vicaria y ejecutiva (no legislativa ni judicial) para fomentar la acción pastoral. Está en él la jurisdicción o facultades propias del Obispo Diocesano en su potestad ejecutiva, que se realiza por medio de actos administrativos, con excepción de aquellos que son propios del Orden Episcopal o de los que se reserve el Obispo (ordenar Diáconos o Presbíteros, por ejemplo).

Quehacer del Vicario Episcopal
Tiene la misión de velar por el ejercicio del triple munus (don) que Cristo encargó a la Iglesia: Enseñar, Santificar y Regir al Pueblo de Dios.

Le corresponde:
• Promover y coordinar, como lo ha manifestado tan claramente nuestro Arzobispo Metropolitano, el señor Cardenal José Francisco Robles Ortega, todas las acciones pastorales de su Vicaría, por medio de un Equipo de Trabajo, no solo, que garantice la Pastoral integral y orgánica, con los Decanos y encargados de Comisiones, Secciones y Vida Consagrada. Dicho Equipo impulsará la Pastoral Profética, Litúrgica y Social de su Vicaría.
• Administrar los Sacramentos de la Iniciación Cristiana o delegar, en su caso, a otro Sacerdote que los administre.
• Administrar la Confirmación ad casum (para tal ocasión), sin poder delegar a otro Ministro.
• Levantar la excomunión y absolver por el pecado de aborto y secuestro (pena latae sententiae).
• Dispensar de impedimentos dirimentes para la celebración del Matrimonio Cristiano.
• La formación de Agentes cualificados, especialmente alentando el protagonismo de los Laicos, que coincide con nuestra Séptima Línea.
• La Pastoral Presbiteral, procurando la atención a quien la necesita; fomentar la vida espiritual, la actualización académica, así como la espiritualidad de comunión con el Obispo y con el Presbiterio, al igual que con los Religiosos.
• Actúa en nombre y con la autoridad del Obispo, informando de los casos más importantes, visitando las comunidades, sugiriendo cambios de Sacerdotes, siendo vínculo efectivo y afectivo entre el Obispo y la Comunidad. Le corresponde apoyar a los Decanatos en su función, garantizar el Proceso Pastoral de la Diócesis. Asegurar criterios comunes que impulsen la Pastoral Integral y Orgánica. Alentar la relación del Decanato con las Parroquias.
• Ser factor de comunión que permita vivir la eclesialidad, creando vínculos con otros Vicarios Episcopales, con Comisiones y Secciones Diocesanas, así como con la Vida Consagrada.
• Líneas Pastorales del II Sínodo.

Entre los encargos, se resalta:
• Tener una programación del año.
• Formar Agentes.
• Estimular la cercanía de Sacerdotes con el pueblo, especialmente con los pobres.
• Ver por las tareas fundamentales en sus Decanatos y en la Vicaría.
• Fomentar Escuelas de Agentes.
• Integración de los Presbíteros al Proceso Pastoral.
• Incluir a los Laicos. Que las actividades tengan sentido misionero, atendiendo a la familia, los jóvenes y las vocaciones.
• Ver que las Comisiones y Secciones ayuden a la Vicaría y Decanato, y no viceversa.
• Ser testigos, con el Decano y Equipo Nato, de entrega de Parroquias.
• Estar atento a la realidad, actualizando los datos socio-religiosos (mapeo).
Todo ello motiva a serias reflexiones y propuestas que, como se verá, serán retomadas por estos protagonistas pastorales.

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