A dignificar el Congreso
Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero
Como escribimos la semana pasada, este primer día de noviembre entra en funciones la Legislatura LXI del Congreso de Jalisco, en la que el Partido Movimiento Ciudadano (MC), luego de una controvertida resolución del Tribunal Electoral, tiene la Fracción mayoritaria con 14 diputados; le sigue el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con 13 curules; enseguida el Partido Acción Nacional (PAN) con cinco Legisladores; el Partido Verde con tres Diputaciones; el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con dos Diputados, y completan la lista: Nueva Alianza, con un Legislador, además del Diputado Independiente Pedro Kumamoto.
De entrada, en esta Legislatura hay varias novedades; la primera es que un Partido distinto al PAN y al PRI tendrá, por vez primera, la mayoría de los Legisladores, que es MC; la segunda es que, también por ocasión sin precedentes, tendremos un Diputado Independiente; la tercera es que, desde mediados de los años 90s, el PAN no tenía tan poca presencia en el Poder Legislativo; y la cuarta es que todos estos Legisladores tendrán la posibilidad de reelegirse en su cargo.
Ahora bien, aunque es cierto que MC posee la mayor cantidad de Diputados, es muy posible que el PRI, el Partido Verde y Nueva Alianza generen un triunvirato permanente en el Congreso, que los lleve a asegurar 17 votos, los cuales los colocarían como la primera fuerza política por la vía de los hechos. Esto obligaría a que MC, para lograr la mayoría simple, requiriese construir alianzas con el PAN y con Pedro Kumamoto para contar con 20 de los 39 votos que son menester para tener esta mayoría. Lo que es un hecho es que, por la conformación de las Fracciones en el Congreso, todos los Partidos necesitan hacer negociaciones y convenios para conseguir la aprobación de cualquier tipo de legislación. Por otro lado, el gran riesgo que puede presentarse es que el Poder Legislativo de Jalisco se quede paralizado por la falta de acuerdos.
Ahora bien, desde mi punto de vista, los retos más importantes que enfrenta la Legislatura Local que inicia, son los siguientes:
a) Convertirse en un verdadero contrapeso político de los otros dos Poderes constituidos formalmente en el Estado, sobre todo del Poder Ejecutivo. Los Congresos anteriores no fueron capaces de convertirse en una fuerza política que lograra equilibrar y contener los deseos de los Gobernadores, a los que les aprobaban casi todo, y que, en muy pocas ocasiones, se convertían en vigilantes efectivos o en actores que podían contener las políticas del Ejecutivo. Para el buen funcionamiento de una democracia, es necesario contar con un verdadero equilibrio de Poderes, y este Congreso tiene la oportunidad de concretarlo.
b) Hacer una armonización legislativa, acorde a las reformas en Derechos Humanos del año 2011. Desde hace cuatro años, se aprobaron en México reformas constitucionales muy importantes en materia de Derechos Humanos, y las dos Legislaturas precedentes no han realizado una adecuación de la legislación local de acuerdo con este marco normativo. Ya es urgente hacerlo para que nuestras Leyes estén en consonancia con las tendencias internacionales en este campo.
c) De una vez por todas, realizar la reingeniería administrativa y financiera que demanda el Congreso Local, a fin de asegurar su autonomía. Una de las principales promesas de los Diputados que terminan su gestión, es que iban a resolver de fondo los problemas financieros y de administración del Poder Legislativo. Como sabemos, esto no se obtuvo, y por supuesto que es una fuente de debilidad del Congreso, pues condiciona sus posibilidades de autonomía frente a los otros Poderes. Por ello, es inaplazable que este problema se resuelva de inmediato y asegure que los nuevos Diputados no actúen conforme a negociaciones marcadas por esta falta de autonomía presupuestal.
d) Generar espacios institucionalizados y sistemáticos de diálogo con la ciudadanía. De forma sucesiva, los Congresos Locales anteriores sostuvieron fuertes conflictos y rompimientos con organizaciones de la Sociedad Civil, sobre todo en algunos asuntos como el nombramiento de Consejeros o Titulares de organismos públicos autónomos; en la aprobación de algunas Leyes o en el conocido y conflictivo caso del Auditor del Estado. Es necesario que el nuevo Legislativo cuente con espacios de diálogo e interlocución con la ciudadanía que sean transparentes, sistemáticos, y que estén debidamente institucionalizados. Éste es uno de los Poderes que, por su naturaleza, debería tener una relación muy cercana con los ciudadanos.
e) Fortalecer los mecanismos de participación ciudadana en el Estado. Aunque en Jalisco existen algunas figuras de democracia directa, como la Iniciativa Popular o el Plebiscito, no se han utilizado de la mejor manera por la dificultad de llevarlas a cabo. Por ello, es imperioso que los entrantes Diputados logren facilitar las condiciones de uso de las figuras que ya existen y, además, agregar algunas más, como la Revocación de Mandato o el Presupuesto Participativo en los Municipios y en el Gobierno del Estado. Es imprescindible ampliar la democracia local que, en este momento, está reducida, por la vía de los hechos, casi nada más a los procesos electorales.
La semana próxima, continuaremos con la agenda de retos de los flamantes Diputados de Jalisco.
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