jueves, 22 de octubre de 2015

El entorno educa

Licenciada Lupita:

Recibí en mi celular un video que muestra a una jovencita consumiendo cocaína y retando a sus amigos a hacerlo también (el ‘pasecito’). Ella lo hace con orgullo, dice su nombre abiertamente y desafía a otros mostrando una especie de ‘halo de éxito’; se ve ‘muy cool’ como dicen mis hijos. Me alarma pensar que muchos van a tratar de imitarla con tal de pertenecer a esta élite de moda que se ve tan fresca y feliz. Creo que esta realidad nos rebasa y que los padres “conservadores” ya nada tenemos qué hacer. Ayúdame, necesito recobrar la confianza.

Juan Manuel M.

MUY ESTIMADO EN CRISTO, JUAN:
¡Hoy es cuando más tenemos qué hacer los llamados padres “conservadores”! Quienes nos consideramos así, “conservadores”, ¿qué es lo que conservamos?:

• Sentido común.
• Temor de ofender a Dios; altos estándares de conducta moral y ética.
• Buenas y sanas costumbres.
• Dignidad en el vestir, en el hablar y en el actuar.
• Nobles ideales, como el amar con heroísmo.
• Tradiciones religiosas que provocan unidad familiar.
Nada de esto debe avergonzarnos, sino todo lo contrario. Transmitamos nuestros valores con orgullo; hablemos a nuestros hijos de lo que promueve el mundo consumista y hedonista actual, que nos aleja de nuestro diseño natural para transformarnos en consumidores manipulables y endebles.
El Psiquiatra Enrique Rojas nos advierte que hay que entrenar a la persona, no para el éxito sino para el esfuerzo.
No hemos nacido para ser felices, sino para ser buenos. Es siendo buenos como conquistamos la anhelada felicidad.
Ante este acontecimiento que señalas, el Padre Adolfo hizo esta estupenda reflexión en Redes Sociales:
Hoy, sí, puede ser que los padres estén atentos y se horroricen al ver a sus hijos o a los amigos de ellos, drogándose frente a una cámara.
Pero surgen en mí algunas preguntas: esos mismos padres que ahora se escandalizan, ¿no son los que se hicieron de la vista gorda cuando su hijo de Secundaria llegó por primera vez borracho? ¿O los que permitieron que se sirviera alcohol en la fiesta de su hija adolescente?
¿No son los que, con tal de quitarse el problema de lidiar con un rostro alargado o con algunos minutos de llanto, daban a sus hijos pequeños todo cuanto les pedían? ¿No son ellos los que aún hoy les dan dinero a sus hijos a veces demasiado–, sin pedirles cuenta alguna?
Padres de familia, no esperen a que sus hijos se “metan el pasecito”, para luego actuar. Comiencen hoy.
La emergencia educativa que estamos viviendo es real y apremiante. Sus hijos han de ser una prioridad.
Dedíquenles tiempo. Los niños, sin importar la edad, necesitan sentirse queridos por sus padres.
Un padre de verdad sabrá exigir a sus hijos todo lo que haga falta, aunque lloren, pataleen o se enojen. Un padre exigente –por amor y con amor– es un padre presente. ¡No los dejen huérfanos en vida!
Es cierto que el entorno educa, que las influencias que llegan a nuestros hijos les harán tomar decisiones en una determinada dirección, que no siempre es constructiva. Por eso, los papás debemos estar presentes en sus vidas y procurar mejores ambientes para ellos. Grupos de Iglesia, de Servicio Social, amigos sanos que disfruten en contacto con la Naturaleza y con la verdad. ¡Hagamos Familia!, juguemos juntos, salgamos juntos, dialoguemos, comentemos noticias, apoyémonos unos a otros en casa. ¡Es tiempo de hacer Familia!, que es el mejor entorno para el desarrollo pleno de la personalidad de cada uno de nuestros hijos.

Jóvenes

 

Lupita Venegas Leiva / Psicóloga. Facebook: lupitavenegasoficial

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