Brasilia, en sus 55 años
“El plano piloto de la Ciudad de Brasilia contempla dos ejes cruzándose en ángulo recto; es decir, en el Signo de la Cruz. De este esquema, con uno de los ejes ligeramente inclinado por exigencias del terreno, la Ciudad toma el aspecto de un avión, como gigantesca mariposa con las alas desplegadas sobre un enorme tapiz verde…” (Cfr. América, qué hermosa eres, Pág. 26, Mateu Ed.)
La decisión que aconsejó una Capital en el interior de Brasil la previó ya la Constitución de 1891; pasaron 70 años para que el Presidente J. Kubitschek la impulsara y la inaugurara el 21 de Abril de 1960. Este año 2015 está de plácemes por su Aniversario 55°. Y el Esquema inicial de los ejes en cruz se ha ido alineando, y así se contemplan las conducciones, originales y modernísimas, que le dan su personal carácter urbano extraordinario.
Enumeramos apenas algunas de las más peculiares y originales: • La Plaza de los tres Poderes. • Los edificios de los Ministerios. • La original e imponente Catedral, con sus únicos vitrales en juego caleidoscópico de luces. • La sin par Iglesia en honor de la Santísima Virgen de Fátima, con sabor a Madre Patria de Portugal, de acuerdo a la modernidad de la ciudad. • El singular Palacio de la Alborada y la Residencia Presidencial, en un conjunto armonioso. • Las magníficas y lujosas residencias particulares. • Las bien planeadas Escuelas e Institutos y, sobre todo, la Universidad Federal. • Los Mercados son un conjunto muy novedoso y bien planeado, urbanísticamente hablando. Lo mismo se diga del conjunto de hospitales, modelo de funcionalidad.
Todo ello con un derroche de espacio liberador que acentúa el carácter único de Brasilia, ciudad del futuro. Ahí queda, por ello, el Monumento impresionante a los ‘Pioneros’de este futuro ya viviente.
I- CAPITAL CÉNTRICA DE UN COLOSO
“Seja benvindo” “Bienvenido, hermano hispanoparlante”, sin resabio alguno del “Welcome” norteamericano, sino con sabor de fraternidad alegre. Lo percibe uno al llegar a la amplitud de la cálida Ciudad Brasilia, en el corazón geográfico del inmenso país en toda su esplendorosa diversidad. La Catedral y sus vitrales contagian, a la vez, de religiosidad y alegría: piedad verdadera y optimismo del “mañana será otro día”.
Nuestra citada Ciudad, en éste su medio siglo de fundada ex profeso, fue iniciada desde sus cimientos y planos. Construcción oxigenadora, transmite ya el espíritu y el ‘Gheitto’ (idiosincrasia) del, a la vez, alegre y reflexivo pueblo brasileño.
Brasilia ha sabido absorber la mezcla racial del Brasil de este Siglo XXI, ya en toda su histórica diversidad retratada en los rincones de sus zonas citadinas. Ya ha sabido absorber y proyectar, a la vez, su historia de medio milenio, desde 1,500 años de Pedro Álvares Cabral, y la “Terra de la Santa Cruz”.
Este territorio brasileño sabe a su raíz portuguesa de descubrimiento y conquista, así como a descubrimiento interior. Sabe también a recuerdos de hasta un efímero Imperio, por décadas de incertidumbre histórica (Imperio más real que nuestra parodia mexicana con Maximiliano de Austria).
Ciudad Brasilia, tan moderna, no se ha escapado a la presencia mulata y tan significativa en las raíces étnicas del Brasil. Más aún, ha sabido ‘tallarse’, con perfil ya propio, un sitio entre las otras grandes urbes brasileñas con prestigio de siglos: Río de Janeiro, la anterior Ciudad Capital, aún imperial; Sao Paulo, el Puerto abierto al mundo entero; Belo Horizonte y su perfil citadino; Recife, en el Nordeste hacia Europa y África; y Manaus, en el corazón de la Amazonia, con su Teatro imperial… ¡Vaya abanico de ciudades con millones de habitantes en su concentración urbana! Y, sin embargo, ahí, en el centro: Ciudad Brasilia, Capital en su Aniversario.
II- ANTE LA INMENSIDAD Y LA POBREZA
Ciudad Brasilia ha sabido, con cautela, estar atenta ante los dramáticos “slums section’ (zonas de Favelas con durísima pobreza, de Río de Janeiro, y su marca de ‘mixtura racial’: blancos, negros, mulatos, orientales; con sus distintos porcentajes). Esta Urbe es una excepción dentro de un país con zonas indígenas amazónicas y regiones con millones de inmigrantes y su peculiar forma de vida… Es netamente ‘Ciudad Interior’: sin costas marinas ni riberas fluviales ni cerca de grandes sierras montañosas. Así hay que entenderla y admirarla. Además, es territorio de inmigrantes nacionales de todos los puntos cardinales. Ahora ya hay ‘nativos’ de Brasilia; van tomando su perfil capitalino. Con la alegría y sonrisa propia del brasileño: brasileiro, no lo pueden negar…
Brasilia es una Ciudad de seria vida católica y vivencial, pero también ya de espiritistas y ceremonias del terrible vudú en algunos suburbios.
¡Vaya si estamos invitados, al menos, desde Bitácora y su Serie de Ciudades de América!
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