Cuenta regresiva para comenzar el Año Jubilar Extraordinario
La Iglesia Universal se prepara a vivir plenamente y alcanzar las Gracias que traerá el Año de la Misericordia; y la Arquidiócesis de Guadalajara, a través de un Comité Organizador delegado por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo Metropolitano, está preparando las actividades para celebrar y obtener los beneficios del Año Santo, convocado por el Papa Francisco.
Rebeca Ortega Camacho
A poco más de un mes de que comience el Año de la Misericordia, Semanario dedica un espacio para ir profundizando en tan extraordinario acontecimiento. Semana tras semana, se publicará un Artículo para adentrarnos a vivir el Jubileo de acuerdo a lo establecido por el Sumo Pontífice y recordar que la Misericordia del Padre es Eterna.
LA PROCLAMACIÓN
El Papa Francisco anunció, el 13 de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, la celebración de un Año Santo Extraordinario, con el Lema: “Misericordiosos como el Padre” (Lc 6, 36). Este Jubileo de la Misericordia se iniciará en la Solemnidad de La Inmaculada Concepción, 8 de diciembre, con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana, y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Tuvo efecto el anuncio en el segundo aniversario de la elección del Papa Francisco; iniciativa propuesta por el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, con el fin de suscitar en todo el mundo la apertura extraordinaria de las iglesias y favorecer la celebración del Sacramento de la Reconciliación.
La apertura del próximo Jubileo adquiere un significado especial, ya que tendrá lugar en el 50° Aniversario de la Clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965.
El anuncio oficial y solemne del Año Santo se llevó a cabo el Domingo de La Divina Misericordia, Fiesta instituida por el Papa Juan Pablo II, que se celebra el domingo siguiente a la Pascua, cuando tuvo lugar la lectura y publicación de la Bula de Convocación Misericordiae Vultus, junto a la Puerta Santa, en la Basílica de San Pedro.
¿QUÉ ES EL AÑO SANTO JUBILAR?
Antiguamente, para los hebreos, el Jubileo era un año declarado santo, que ocurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades, e incluso la libertad. A los ricos, en cambio, el Año Jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La Justicia, según la Ley de Israel, consistía, sobre todo, en la protección de los débiles” (Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente, 13).
La Iglesia Católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un Jubileo cada siglo. Desde el año 1475, para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo, el Jubileo Ordinario comenzó a realizarse cada 25 años. Un Jubileo Extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.
En 715 años, se han celebrado 26 Años Santos Ordinarios y 2 Extraordinarios; en 1933, proclamado por el Papa Pío XI, con motivo del XIX Centenario de la Redención, y en 1983, proclamado por Juan Pablo II, al cumplirse el 1950° Aniversario de la Redención. A estos dos, se sumará el Año de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco.
La Iglesia Católica ha dado al Jubileo hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para
profundizar la Fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.
El rito inicial del Jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto de que, durante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” hacia la Salvación. (Con información de Radio Vaticano y la Bula Misericordiae Vultus).
LOS ‘SIGNOS’ DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA
Lema: “Misericordiosos como el Padre”, tomado de Lucas 6, 36, se propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida.
Logo: Obra del Padre Jesuita Marko I. Rupnik. Se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra, en efecto, al Hijo, que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, ya que indicaba el Amor de Cristo, que lleva a término el Misterio de su Encarnación con la Redención.
El dibujo se ha realizado en modo tal de destacar al Buen Pastor, que toca, en profundidad, la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Además, es inevitable notar un detalle particular: el Buen Pastor, con extrema misericordia, carga sobre sí la Humanidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. Cristo ve con el ojo de Adán, y éste lo hace con el ojo de Cristo. Así, cada hombre descubre en Cristo, nuevo Adán, la propia Humanidad y el futuro que lo espera, contemplando en su mirada el Amor del Padre.
La escena se coloca dentro de la mandorla, que es también una figura importante en la iconografía antigua y medieval, por cuanto evoca la copresencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo, que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del Amor del Padre, que todo lo perdona.
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