jueves, 19 de noviembre de 2015

Música y canto impulsan devoción y vocación

Piedad y Arte

Seminario Mariachi

Eduardo Padilla Santiago,
2° de Filosofía

«Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa». Con esta estrofa principia el Salmo 146, que canta la Bondad y el Poder del Señor. Y es que la Iglesia, desde sus inicios, ha cantado. Para el cristiano, la Música es un regalo de Dios al hombre desde el comienzo. En la Naturaleza escuchamos los sonidos de la sinfonía divina, escrita por la misma mano de Dios, en la que la Creación canta a su Autor, con tal perfección y belleza, que no deja de sorprendernos y de ser la principal fuente de inspiración para los músicos más consagrados (Las 4 Estaciones, del Padre Antonio Vivaldi; La Creación, de Joseph Haydn, etcétera).
Esta manifestación artística lleva las solas palabras a otro nivel, pues las reviste de melodía y, de esta manera, es capaz de expresar los sentimientos más hondos. Cuando las palabras no alcanzan a decir lo que sentimos, entonces cantamos; esto era la finalidad de los Salmos. Ya lo decía San Agustín: “El que canta, ora dos veces” (Enarratio in Psalmum72, 1). Por este don de hacer más sublimes los sentimientos, la Música ha tenido un lugar de mayor importancia en el desarrollo de la Liturgia, pues eleva los espíritus hacia Dios y le rinde alabanza al Creador. Ésta es la principal función de la música litúrgica, “la gloria de Dios y la santificación de los fieles” (Cf. SC 112).

Ingrediente formativo
En nuestro Seminario, este Arte es tenido en gran estima, por lo que se difunde en diversas expresiones, tales como la Banda estilo sinaloense, el Mariachi, que están bajo la dirección del Maestro Librado Ramírez Zacarías, y la tradicional Rondalla. Estos grupos interpretan música popular, con el toque muy singular de los Seminaristas, en eventos del mismo Seminario, así como en Parroquias de la Arquidiócesis, en tareas de promoción vocacional.
Por el lado de la música litúrgica, cada Grupo cuenta con un Coro, que se va alternando en las diferentes Celebraciones Eucarísticas. Lo propiamente litúrgico es la Schola Cantorum, que es una selección de cantores. Este año la conforman 65 alumnos, tanto de Filosofía como de Teología, quienes efectúan tres ensayos semanales los días lunes, martes y viernes por la noche, a fin de lograr correctas interpretaciones del repertorio litúrgico medieval, conocido como Canto Gregoriano que, dicho sea de paso, es el Canto Oficial de la Iglesia, así como la polifonía sagrada (obras a varias voces), que es tenida en alta estima por la tradición.
El Director de la Schola Cantorum es el Maestro Carlos Gálvez Cáceres, acompañado del Organista Pedro Hermosillo Ramírez, y el Seminarista encargado es José de Jesús Aniceto Padilla, de 3° de Teología.
Además, unos 10 alumnos toman clases semanales de Piano con la Reverenda Madre Cecilia Langarica Amaral. Hay quienes cursan un Diplomado en Canto Gregoriano, ofrecido por la Universidad Autónoma de Guadalajara bajo la tutela del Maestro José María López Ventura; y seis alumnos asisten a la Escuela Superior Diocesana de Música Sagrada a cursar la Licenciatura en Canto Gregoriano.
Todos estos esfuerzos persiguen la intención de dignificar lo mejor posible la música litúrgica y proporcionar una formación adecuada a los futuros Sacerdotes, con miras a que la Ciencia y la Técnica de la Música Sacra lleguen a cada Parroquia, pues junto con el Pueblo de Dios debemos hacer de nuestra vida una bella melodía agradable al Señor, y poder decir, junto con el Salmista: «Voy a cantar la bondad y la justicia; para Ti es mi música, Señor» (Salmo 100).

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