Juan López Vergara
La Iglesia celebra hoy una escena del Evangelio según San Juan, en la que el Evangelista desarrolla la Teología de la Realeza de Cristo, configurando la ocasión propicia para que Jesús aclare el significado de su Reino: vino para dar testimonio de la Verdad, manifiesta en Él mismo (Jn 18, 33-37).
EL REY DEL UNIVERSO INTERROGA
Pilato plantea el proceso en términos políticos: “¿Eres Tú el Rey de los judíos?” (v. 33). En todos los relatos evangélicos, éstas son las primeras palabras que Pilato dirige a Jesús (compárense Mc 15, 2; Mt 27, 11; Lc 23, 3). Semejante pretensión puede ser alarmante para el representante del Imperio. Insólitamente, Jesús, el reo, como si fuera el Juez, cuestionó a Pilato: “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?” (v. 34). Ello responde a que éstos versículos están redactados conforme al discurso joánico de Revelación, que hace una profunda re-lectura de la Realeza del Señor. El Rey del Universo, que camina a su exaltación, interroga al vacilante Gobernador, atrapado entre los poderes de Roma e Israel.
VEN, Y LO VERÁS
Pilato, enseguida, le respondió: “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los Sumos Sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?” (v. 35). Pilato descubre, así, que sólo conoce a Jesús por los informes de las Autoridades judías. Y a Jesús, sólo es posible conocerlo verdaderamente de manera personal e íntima. Cuando Natanael dudó del testimonio de Felipe, Él simplemente contestó: “Ven y lo verás” (Jn 1, 46).
SU REINADO SE REALIZA POR LA REVELACIÓN DE LA VERDAD
Jesús no respondió al cuestionamiento sobre lo que había hecho, sino a la pregunta de si era el Rey de los judíos: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera Yo en manos de los judíos; pero mi Reino no es de aquí” (v. 36 compárese: Jn 3, 13). No es que el Reino de Jesús nos sea ajeno; está dentro del mundo, si bien no pertenece a los hombres, sino a Dios. Por eso, nadie tiene precedencia sobre los otros; al contrario, todos estamos al servicio de los demás en el amor y la donación.
Pilato, entonces, le dijo: “‘¿Con que, Tú eres Rey?’. Jesús le contestó: ‘Tú lo has dicho. Soy Rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la Verdad. Todo el que es de la Verdad, escucha mi voz’” (v. 37). Jesús realiza su Reinado por la Revelación de la Verdad.
Este Domingo celebramos al Señor Jesucristo, Rey del Universo, ocupando el centro de la verdad de semejante Misterio, no el que Jesucristo sea realmente Dios ni que sea realmente hombre, sino que es el Dios-hombre; quien ahora, al igual que a Pilato, a cada uno nos cuestiona acerca de la afirmación de su insólita y peculiar realeza: “¿Dices eso por tu cuenta, desde la experiencia de mi Señorío, o es que lo has aprendido de memoria?”.
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