Sexta Obra de Misericordia
“Estuve enfermo y me visitaste” Mt. 25,36
Pbro. Juan Javier Padilla Cervantes
“Asistir a los enfermos” es la sexta Obra de Misericordia. Cristo, con su testimonio, nos acerca al enfermo, nos ayuda a reconocer su dignidad; Él mismo ha querido que el enfermo sea camino para asemejarnos a Él. Los Cuatro Evangelios nos dan a conocer la preocupación que Jesús tenía frente a los enfermos:
La actitud, la compasión, la cercanía, es lo que llama la atención en Jesús: se acerca al enfermo con la intención de reconstruirlo plenamente. Estos hombres y mujeres estaban hundidos en el dolor físico y en el dolor espiritual, condenados por la Sociedad y la Religión.
Y, ¿cómo visitar al enfermo? El Nuevo Testamento narra una forma típica de visita a los enfermos que consiste en: visita, oración y rito (imposición de manos y unción con aceite): Hech 28, 7-10 narra la curación del padre de Publio; y Sant. 5, 14s: la unción con aceite, por parte de los Presbíteros.
Jalisco cuenta con infraestructura para atender a sus enfermos
El Secretario de Salud refiere que, a través de la Seguridad Social y los Servicios Médicos del Estado, se alcanza a cubrir al cien por ciento de la población.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
“El panorama de la Salud en Jalisco es de reestructuración, conociendo y tratando de dar respuesta a las necesidades que tiene el Estado en esa materia”. Así lo afirmó, en exclusiva para Semanario, el Dr. Antonio Cruces Mada, Secretario de Salud en la Entidad.
“En algunos Municipios fuera del Área Metropolitana no existen todavía los recursos suficientes para brindar la atención las 24 horas. Podemos decir que es una asignatura pendiente el poder cubrir esos lugares, pero es un hecho que sí se brinda atención, tanto en Hospitales de Base como de Alta Especialidad a quienes no cuentan con seguridad social del IMSS, ISSSTE, PÉMEX, o algún otro servicio.
“Alrededor del 22% de los jaliscienses (que no cuentan con seguridad social) son atendidos en Hospitales de Alta Especialidad como Zoquipan, el Instituto Jalisciense de Cancerología, los Hospitales Civiles de Guadalajara, el Instituto de Cirugía Reconstructiva, el Instituto de Dermatología”.
Apuntó que los principales padecimientos que se presentan en Jalisco son las enfermedades crónico-degenerativas, como la hipertensión, la diabetes y el incremento en los casos de cáncer. Añadió que el período de vida se ha incrementado, pues anteriormente la expectativa de vida era de alrededor de 60 años, mientras que ahora la esperanza es, en promedio, de 74 años. “Entre más longeva o vieja se hace la gente, más probabilidades tiene de desarrollar trastornos degenerativos como artritis o cáncer, en sus diferentes estirpes.
“Por otra parte, está la obesidad infantil y en adolescentes; un tema de Salud Pública, así como el embarazo en adolescentes. Hemos comenzado a trabajar con políticas públicas muy bien dirigidas para obtener un cambio radical en pro de la salud de los jaliscienses”, apuntó.
El Secretario hizo un llamado a la población para cuidar la salud, eliminando los recipientes que generen acumulación de agua y puedan convertirse en criadero del mosco Aedes Aegipty, transmisor del dengue, chikungunya y zika, pues si bien los casos de dengue han disminuido, es necesario erradicar este mal.
EN NÚMEROS
En Jalisco hay 3 millones 900 mil afiliados al Seguro Popular, de los cuales 3 millones 22 mil son subsidiados por la Federación, y los demás por el Estado.
El mundo de la Salud, una periferia existencial compleja
En ella se viven los momentos más importantes de la existencia. La Iglesia está llamada a ser Buena Samaritana. En el mundo del dolor se da, pero también se recibe mucho a cambio.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Hablar sobre ‘Asistir a los enfermos’ implica despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada, ante el drama del sufrimiento. Por lo menos así lo define el Padre Silvio Marinelli Zucalli, Responsable, en nuestra Arquidiócesis, de la Pastoral de la Salud, a través de un Documento elaborado con motivo del Año de la Misericordia.
En sus páginas, el Padre Silvio refiere que la Guía para la Pastoral de la Salud en América Latina y El Caribe manifiesta la preocupación de la Iglesia Católica respecto a muchos fenómenos, entre ellos la inversión de la pirámide demográfica (envejecimiento de la población); la situación de abandono de muchos ancianos, enfermos mentales, enfermos en etapa terminal, personas con capacidades diferentes; la prevalencia de enfermedades crónicas y crónico-degenerativas (diabetes, hipertensión, Alzhéimer, etc.); la violencia doméstica y en las urbes; la carencia de prevención de las enfermedades; estilos de vida no saludables: en la alimentación, poco ejercicio físico, insuficiente descanso; las adicciones, etcétera. Hay deshumanización en las relaciones terapéuticas y de la organización de los Servicios para la Salud.
Frente a esta situación que presenta claroscuros (tal vez más numerosos los “oscuros”), la mirada de Dios Padre es de Misericordia y de perdón, de Esperanza y de aliento.
Por eso es necesario formar una Iglesia “samaritana” para “derramar aceite y vino” sobre las heridas de la Humanidad; una Iglesia “Eucarística” que se pone el delantal para agacharse y “lavar los pies” de la persona que sufre.
Lo que hacen los Agentes de Pastoral de la Salud debe ser testimonio del amor fraterno. No sólo se lleva un servicio evangelizador; también lo recibimos: “Los pobres y los enfermos nos evangelizan”.
EL MUNDO DEL SUFRIMIENTO Y DE LA SALUD ES UNA PERIFERIA EXISTENCIAL COMPLEJA:
– Se viven los momentos más importantes de la vida: nacer, parir, enfermarse, morir.
– Se manejan grandes cantidades de recursos financieros; pero, al mismo tiempo, muchos enfermos quedan excluidos de las nuevas oportunidades.
– Es un ambiente en que se encuentran todas las personas: creyentes católicos, de otras confesiones cristianas o religiones, ateos, pertenecientes a los nuevos Movimientos religiosos: es, pues, lugar de Misión;
– Ambiente en el que conviven, chocan y discuten visiones tradicionales de vida y de terapia (Medicina natural); nuevas concepciones (Medicinas alternativas); formas mágicas de enfrentar el sufrimiento, hasta el esoterismo y la brujería.
PROPUESTAS PARA LA ACCIÓN DE LA PASTORAL DE LA SALUD:
Tener una mirada de “simpatía” hacia todos los que sufren, y sus familiares; hacia los Profesionistas o Voluntarios del mundo de la Salud.
– La promoción de la vida, en todas sus dimensiones (física, intelectual, emocional, relacional, espiritual y ética), en todas las edades y las etapas de desarrollo.
– Atención a los que más sufren y no tienen quién los escuche en sus legítimas reivindicaciones.
– Además, propone criterios como la fecundidad espiritual del sufrimiento, visto como oportunidad de maduración humana y cristiana.
– Y también, el criterio de la Esperanza, que anime todos los esfuerzos para dignificar la vida de los que sufren, con la certeza de una vida plena y definitiva en la que no habrá “ni dolor ni duelo ni muerte”.
LAS DIRECTRICES PARA LA PASTORAL DE LA SALUD EN MÉXICO (DE 2014)
– Promover un estilo de vida sana, una comunidad sanadora a través de la promoción, educación y prevención de las enfermedades.
– Sensibilizar y motivar a la comunidad cristiana para que se haga cargo de sus enfermos y ancianos.
– Hacer presente el Amor Misericordioso de Jesús a los enfermos y ancianos en hospitales, asilos y familias.
– Anunciar el sentido cristiano del sufrimiento humano.
– Contribuir a la Humanización y Evangelización de las Estructuras, Instituciones y Personal de la Salud.
Misericordia es tocar el corazón de los pacientes
Su imagen se ha viralizado en las Redes y en los Medios de Comunicación.
Su intención, darle a la enfermedad un rostro amable y ser una presencia amiga para sus pacientitos y familiares.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Desde que era estudiante de Medicina, en 1989, el Doctor Sergio Gallegos comenzó a disfrazarse para lograr un contacto más cálido con los pacientes.
Con una misión muy clara
Sobreviviente de cáncer, el hoy Oncólogo-Pediatra reveló que durante su enfermedad (tumor testicular con metástasis al abdomen, que padeció a los 17 años) fue tratado en Estados Unidos, donde lo visitaban algunos payasos que le hacían olvidar lo mal que se sentía.
“Cuando me dijeron que estaba dado de alta, me fijé dos misiones en la vida: la de regresar a mi Patria y formarme como un Médico de excelencia, capaz de ofrecer la oportunidad de curar en nuestro país a los niños mexicanos. Y otro propósito: disfrutar esa segunda oportunidad de vida que Dios me dio, y en el camino hacer que las demás personas también la disfruten”.
Más amable la asistencia al Hospital
Una vez que el Doctor Gallegos se encontraba en la Facultad de Medicina, comenzó su labor en el Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, a donde acudía los sábados vestido de payaso a entretener a los pequeños ahí internados.
Durante algún tiempo, el disfraz permaneció guardado, pues cuando hubo que hacer el Internado como Médico en prácticas, la vida se volvió más ocupada. Además, un detalle de formación: “Te dicen que tienes que ser serio, mantener tu distancia, no involucrarte con los pacientes, y lamentablemente te lo crees. Así permaneció guardado, hasta que un Día del Niño, en el Hospital Infantil de México, donde yo trabajaba ya como Oncólogo, me vestí de payaso y me fui a mi Sala de Oncología a entretener a los niños, y a ellos les resultó fabuloso. Así continuó la tradición de disfrazarme cada Día del Niño”.
En 2007, de regreso en Guadalajara y trabajando ya en el Nuevo Hospital Civil Juan I. Menchaca, los días previos a la Navidad el Doctor Sergio acudió a dar consulta vestido de Santa Claus. “La reacción de los niños fue mágica. Cuando me preguntaban en dónde está el Doctor, yo les respondía que se había ido de vacaciones y había dejado a Santa Claus a cargo. Los más chiquitos, de verdad creían que había venido Santa Claus; se dejaron revisar muy bien, sin llorar, y se fueron contentos porque Santa les trajo regalos.
“Así, esto se fue extendiendo, y hoy el 90 por ciento de las veces vengo disfrazado a la consulta”.
El drama de la enfermedad
El Doctor relató que para una familia, principalmente para los padres, saber que uno de sus hijos tiene cáncer es una noticia devastadora.
“Muchos niños llegan a través de Urgencias, cuando ya están muy mal; no tienen energía, les salen moretones, les da calentura. Llegan a nosotros y reciben la noticia de que es leucemia u otro tipo de cáncer, y eso es devastador, porque la vida como la conocían, se acaba.
“Hay que empezar entonces tratamientos muy agresivos. Hay gente que viene de fuera de la Ciudad y debe trasladarse durante 6 u 8 horas. Se divide la familia, porque los papás se vienen con el enfermo y tienen que dejar a los otros hijos con familiares o amigos. En ocasiones, el papá debe dejar su trabajo y no sabe de dónde sacará dinero. Están acá y no tienen dónde quedarse; a nadie conocen, no saben qué va a pasar y, encima de todo, saben que su hijo tiene una enfermedad que pone en peligro su vida.
“El tratamiento de leucemia, por ejemplo, dura tres años. Al principio, es muy agresivo, muchos piquetes; pero al final es tomando pastillas. De inicio, yo procuro sí decirles que su hijo tiene una enfermedad grave, pero que vamos a hacer todo lo posible por salvar su vida y devolverlo a como estaba antes de que estuviera enfermo.
“Nosotros tenemos un índice de curación de alrededor del 80 por ciento. Entonces tratamos de mostrarles ese Sol al final del camino; que sepan que, si cumplen el tratamiento estrictamente, hay esperanza.
“Con la experiencia, he comprobado que el hecho de que tu Doctor te llame por tu nombre, te reciba en la puerta, te dé citas escalonadas y no tengas que esperar todo el día, pero que, además, tenga el plus de que se disfraza para que el menor siga viniendo con gusto, siga teniendo sueños como niño, a los papás les da la confianza de que pueden dejar a sus hijos en buenas manos”.
Apuntó el entrevistado que, en cuanto el tratamiento lo permite, se busca que el chavalito se reintegre a sus actividades normales, como lo es la escuela.
La ilusión no enferma
La respuesta de los chamacos ante el Doctor ‘Rey’ o ‘Superhéroe’ ha sido tal, que los desean ir al Hospital e incluso piden al Médico que cuando les toque su cita, use un disfraz con el cual no haya posado con ellos para una foto.
“Algunos se han comprado disfraces de superhéroes, y cuando les toca que los piquen, gritan menos o no gritan, porque el Capitán América no grita, pues a él ‘no le duele’. Canalizan eso como niños. Yo empecé a hacerlo por ellos; pero, por lo que me cuentan los papás, también su vida es mejor. La familia sufre menos”.
Afirmó que nunca ha recibido algún tipo de rechazo por parte de sus compañeros del Hospital Civil, y el Dr. Héctor Raúl Pérez, Director General del O.P.D., siempre lo ha apoyado. “Este año me han hecho varios reconocimientos institucionales. Él me impulsó para un Reconocimiento al Profesionista Sobresaliente 2016, que me entregarán el próximo mes”.
Sin embargo, las cosas no siempre resultan como se desea, y sigue habiendo pacientes que pierden la batalla; algo que resulta doloroso, pues el Dr. Gallegos conoce a cada uno de sus pacientes no sólo como un expediente.
La satisfacción del deber cumplido
Compartió el Galeno que una de sus mejores experiencias es saber que hizo todo lo que pudo por las personas no sólo a nivel médico, sino a nivel personal. “A veces, pienso que tengo un corazón con muchos hoyos, por todos los niños que se han ido. Todavía me acuerdo de nombres de niños que fallecieron hace 15 años, o de algún apodo o alguna anécdota.
“Mi sueño es que no se vaya ninguno más; mi sueño es que se cure el cien por ciento. Cuando mi Equipo tomó la Clínica se curaba el 34%, y hoy estamos curando al 83%.
“El disfraz es una expresión de todo el amor, la pasión y la excelencia que ponemos para que los pequeños se curen”.
Como recompensa, él recibe bendiciones de dedos chupados de caramelo; a veces quesos; a veces aguacate; alguna taza estampada con su foto, y cientos de besos y abrazos que se quedan en su memoria, a pesar del paso del tiempo.
La parte que le toca a Dios
Luego reconoció que cada día hace oración y “le pido a Dios fuerzas, inteligencia, pasión y amor para cumplir. Me considero un instrumento del Señor, y como tal, trato de hacer todo lo que está en mis manos, aunque sé que hay una parte que no está en mis manos. La familia deposita su Fe en Dios, y Él y el Personal Médico hacemos lo que nos corresponde”.
Relató que, antes de su enfermedad, siendo jovencito, ejercía su misión apostólica enseñando Catecismo en el Cerro del Cuatro y llevando ayuda a las comunidades necesitadas. “Toda la vida me eduqué con los Maristas, y era Dirigente del Grupo Apostólico Marista; daba pláticas en Retiros. Quizá mi enfermedad fue el fuego que me fue puliendo para replantear el camino.
“Yo quería ser Misionero Laico porque también me planteaba entre el deseo de ser Médico o de ser Sacerdote. Me fui de Misiones a la Sierra Tarahumara, y precisamente ahí me detecté la enfermedad.
“Una vez que regresé, comenzó este camino de ocho meses de mi tratamiento, tiempo durante el cual viví cosas muy espirituales, de mucho amor, y entiendo que mi Misión será expandir el Amor de Dios en la Tierra a través de la práctica médica.
“Yo no le digo a la gente: ‘Dios te ama’; yo busco que la gente vea en mis actos que Dios los ama. No me pongo aquí a hablar de Jesús, pero trato de hacer lo que haría Jesús.
“Siempre digo a Dios: ‘Aquí estoy, Señor, para hacer tu Voluntad; habla, que tu siervo escucha’”.
El Doctor Sergio Gallegos es papá de dos hijos.
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