lunes, 29 de agosto de 2016

La antigua Capilla de La Medalla Milagrosa, hoy muladar

Crónica de una infamia

medalla milagrosa 20

Aurelio Casas Bañuelos

Triste realidad para la Capital jaisciense sigue siendo la falta de conciencia ciudadana en torno al patrimonio edificado. Guadalajara, que se jacta de ser la segunda Ciudad en importancia en la República Mexicana, no podría presumir lo mismo en cuanto al cuidado, conservación y rescate de su patrimonio tangible e intangible. Todo lo empeora una larga tradición demoledora y una maraña legal, merced a la cual lo que aún queda en pie del patrimonio edificado sigue cayéndose a pedazos sin que alguien haga algo.
Un ejemplo bochornoso es la Capilla de La Medalla Milagrosa, ubicada en el corazón de la manzana que circundan las calles Álvaro Obregón, José Antonio Torres, Cabañas y Gigantes, en el Barrio de San Juan de Dios, cuyos poseedores actuales la tienen convertida en un muladar asqueroso, y hasta han taponado los bajantes de sus bóvedas para que se colapsen.

medalla milagrosa 19

LA HISTORIA DE LA CAPILLA DE LA
MEDALLA MILAGROSA

La Congregación de la Misión, fundada en Francia por San Vicente de Paúl en 1625 para evangelizar las zonas rurales y atender los Seminarios Conciliares de ese Reino, y su rama femenina, la Congregación de las Hijas de la Caridad, creada a instancias de San Vicente por Santa Luisa de Marillac cinco años después para sostener escuelas y obras asistenciales, arribaron a México en 1845, y a Guadalajara nueve años después.
Aquí tuvieron a su cargo, en los siguientes 18 años, el Hospital de Belén, la Casa de Caridad anexa al Templo de San Felipe Neri, el Hospital y el Orfanatorio de San Juan de Dios y el Hospicio Cabañas, donde se fundó, en 1862, la primera Asociación de las Hijas de María que hubo en esta ciudad, la cual tuvo por sede la Capilla del Hospicio. Cuando el Gobierno masónico de Sebastián Lerdo de Tejada echó a las Hijas de la Caridad del país, en 1874, dando un revés durísimo a los desamparados, esa Asociación pasó a la Parroquia de San José de Analco, hasta que una de sus integrantes, la señorita María de Jesús Pérez, donó la mitad de la manzana mencionada, con el propósito de que se construyera en ella una Capilla a La Medalla Milagrosa.

medalla milagrosa 24

EL MILAGRO DE LA CALLE DE BAC
Una Hija de la Caridad, Santa Catalina Labouré, fue objeto de especiales Gracias en la Capilla de su Comunidad en París, en la Calle de Bac, a partir del 27 de noviembre de 1830, pues se le manifestó la Madre de Jesús pidiéndole difundiera el uso de una Medalla que, adjetivada como “milagrosa”, tuvo una demanda excepcional y aún goza de ella. Al calor de esta devoción, el confesor de Catalina, Padre Juan María Aladel, fundó la Asociación de las Hijas de María, aprobada por la Santa Sede para todo el mundo en 1847.

EL TEMPLO DE LA MEDALLA MILAGROSA
DE GUADALAJARA

Muy exitoso fue el establecimiento en la Arquidiócesis tapatía de esta Asociación, al grado de que, en los primeros años del siglo pasado, el Presbítero Manuel Soriano, C.M., tomó posesión de la pequeña Capilla de La Medalla Milagrosa, en el populoso Barrio de San Juan de Dios. El Padre Patricio Ataún, M.C., solicitó al afamado Ingeniero Luis Ugarte el diseño y ejecución de un Templo sobrio y elegante, al que sirve de fachada un pórtico o nártex sostenido por cuatro columnas, que sustentan un friso con molduras en forma de arcos apuntados, del que arranca otra muy grande al centro de la cual un óculo sirve de paso de luz al Coro.
El vano de ingreso es un arco ojival que conduce a un interior de planta basilical de tres naves separadas por arcos de medio punto. Las naves laterales terminan en altares con nichos clasicistas, rematados con tímpanos triangulares partidos. Subsiste buena parte de la pintura mural decorativa y hasta columbarios sepulcrales.
La capilla se inauguró en 1925. Dos años después, en el marco de la Cristiada fue clausurada. En 1929 volvió a la administración de los Padres de la Misión, que ese año instalaron en un altar de mármol de Carrara una bellísima escultura de la Virgen de La Medalla Milagrosa, traída de Barcelona.
Por desgracia, en 1933, un Decreto Presidencial de Abelardo Rodríguez Luján la enajenó de forma definitiva. La imagen de la Virgen pasó al Templo de Santa Mónica, cuya administración tuvieron en los años subsecuentes los Padres Vicentinos, y el Templo, según dispuso el Gobernador Sebastián Allende, en tiempos en los que el callismo se revestía de socialista, convirtió la Capilla de La Medalla Milagrosa en la sede tapatía de la ‘Casa del Obrero Mundial’.

EL HOY DE LA CAPILLA
El recinto ha sido un poco de todo: teatro y auditorio del gremio sindical de la CROC, y hoy en día un basurero. Durante años, Josefina, Rosa y Natalia Núñez Villaseñor, Hijas de María, intentaron, sin éxito, recuperarla para que volviera a ser lo que originalmente fue.
En los años 90, siendo el inmueble propiedad federal y de alto valor artístico, ‘misteriosamente’ pasó a ser de un comerciante de Villanueva, Zacatecas, Felipe Márquez Rodríguez, y hoy figura en el Registro Público de la Propiedad como de su hija Irma Márquez Robles. A partir de entonces, la finca ha quedado en total abandono y lenta agonía, en espera de que se venga al suelo.
No deja de ser triste e irónico que un proyecto que nació para beneficio de los pobres, de los indigentes y de los menesterosos que siguen deambulando por las calles de ese caótico Barrio de San Juan de Dios, sea hoy un muladar, condenado a muerte gracias a la insensibilidad de todos, como puede constatarlo el que vea los tres vídeos publicados en el Portal electrónico que tiene en Facebook el Grupo ‘Salvemos lo que nos queda de Guadalajara’.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario