viernes, 12 de agosto de 2016

“La Misericordia tiene rostro joven”

Papa Francisco:

“¿Quieres una vida plena? Empieza por dejarte conmover. Porque la felicidad germina y aflora en la Misericordia”, dijo el Romano Pontífice en su segundo día en la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia 2016.

Imagen 2 (2)

Fuente: Aleteia

Como un peregrino más, el Papa Francisco se trasladó en tranvía ecológico hasta el Parque Jordán, en la llanura de Blonia, donde alrededor de 600 mil jóvenes de todo el mundo le dieron la bienvenida.
“¡Finalmente nos encontramos!”, dijo el Santo Padre, quien pidió a los jóvenes no ser “jubilados”, “aburridos y aburridores” o que corren detrás de “vendedores de falsas ilusiones”.
“Me preocupa ver a jóvenes que ´tiraron la toalla´ antes de empezar el partido. El mundo está en guerra, pero no es una guerra de religiones. ¿Las cosas se pueden cambiar?”, cuestionó varias veces a los protagonistas de la JMJ 2016. Los jóvenes, al unísono, gritaron: “¡Sí!”, en un coro esperanzador.
“Llamados a la Santidad” fue el tema de la ceremonia. Así, invitó a los presentes a compartir, vivir la alegría del Evangelio y “contagiar” la “Buena Noticia” de Jesús en “tantas situaciones dolorosas y difíciles”. Por último, los instó a lanzarse a la “aventura de la Misericordia”.

Extracto del Discurso del Papa
“Jesús es quien nos ha convocado a esta XXXI Jornada Mundial de la Juventud; es Jesús quien nos dice: ‘Felices los Misericordiosos, porque encontrarán Misericordia’ (Mt 5,7).
“En los años que llevo como Obispo he aprendido algo: no hay nada más hermoso que contemplar las ganas, la entrega, la pasión y la energía con que muchos jóvenes viven la vida.
“Cuando Jesús toca el corazón de un joven, éste es capaz de actos verdaderamente grandiosos. Es estimulante escucharlos, compartir sus sueños, sus interrogantes y sus ganas de rebelarse contra todos aquellos que dicen que las cosas no pueden cambiar. Es un regalo del Cielo poder verlos a muchos de ustedes que, con sus cuestionamientos, buscan hacer que las cosas sean diferentes. Es lindo, y me conforta el corazón, verlos tan revoltosos. La Iglesia hoy los mira y quiere aprender de ustedes, para renovar su confianza en que la Misericordia del Padre tiene rostro siempre joven y no deja de invitarnos a ser parte de su Reino.
“¿Las cosas se pueden cambiar? Conociendo la pasión que ustedes le ponen a la Misión, me animo a repetir: la Misericordia siempre tiene rostro joven. Porque un corazón misericordioso se anima a salir de su comodidad; un corazón misericordioso sabe ir al encuentro de los demás; logra abrazar a todos.
“También quiero confesarles otra cosa que aprendí en estos años. Me genera dolor encontrar a jóvenes que parecen haberse ´jubilado´ antes de tiempo; que ´tiraron la toalla´ antes de empezar el partido. Que están ´entregados´ sin haber comenzado a jugar… Cuestiona ver cómo hay jóvenes que pierden hermosos años de su vida y sus energías corriendo detrás de vendedores de falsas ilusiones, que les roban lo mejor de ustedes mismos.
“Por eso, queridos amigos, nos hemos reunido para ayudarnos unos a otros porque no queremos dejarnos robar lo mejor de nosotros mismos. Queridos amigos, les pregunto: ¿Quieren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que los haga sentirse vivos, plenos? Y, para ser plenos, para tener fuerza renovada, hay una respuesta; no es una cosa, no es un objeto, es una Persona y está viva: se llama Jesucristo.
“Jesucristo es quien sabe darle verdadera pasión a la vida, es quien nos mueve a no conformarnos con poco y a dar lo mejor de nosotros mismos; es quien nos cuestiona, nos invita y nos ayuda a levantarnos cada vez que nos damos por vencidos. Es quien nos impulsa a levantar la mirada y a soñar alto.
“Él nos pregunta: ¿Quieres una vida plena? Empieza por dejarte conmover. Porque la felicidad germina y aflora en la Misericordia; ésa es su respuesta, su invitación, su desafío, su aventura: la Misericordia.
“Entonces, todos juntos, le pedimos al Señor: Lánzanos a la aventura de la Misericordia; a la aventura de construir puentes y derribar muros; a la aventura de socorrer al pobre, al que se siente solo y abandonado, al que ya no le encuentra sentido a su vida”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario