lunes, 29 de agosto de 2016

Conmemoran 50º Aniversario del Milagro de la Lluvia

IMG-20160823-WA0015

Jorge Hernández Aguirre

A cincuenta años del Milagro de la Lluvia, concedido por el Señor del Altar Mayor, que se venera en Ahualulco de Mercado, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, encabezó la Procesión y presidió la Santa Misa, en la que cada año se recuerda este suceso que el 22 de agosto de 1966 acabó con la sequía que azotaba a este lugar.
Como ya es tradición, los pobladores bajaron a la venerada imagen de su Altar, para que, acompañada por la Virgen de Zapopan, realizara un recorrido por las calles principales, a las que se volcaron los fieles para verlo pasar de vuelta a su casa: la Parroquia de San Francisco de Asís, lugar al que llegan a visitarlo peregrinos de otras partes del Estado.
Durante su Homilía, en la plaza principal del poblado, el Prelado recordó el milagro sucedido hace medio siglo, del que, dijo, a muchos de los ahí presentes les tocó ser testigos y aún guardan ese recuerdo en sus memorias. Por ello, les encomendó ser los mensajeros y transmitir a los más jóvenes esa manifestación del Hijo de Dios.
“El milagro lo hizo el Unigénito de Dios para que nosotros creamos en Él. Este milagro lo debemos de transmitir a los jóvenes porque ahora ya no creen en Dios. Por eso lo tienen que manifestar y comunicar a los demás, a sus hijos, y a los hijos de sus hijos”.
Al término de la Eucaristía, el Cardenal Robles Ortega develó el “Monumento al Milagro de la Lluvia”, en el que se ostenta una placa que, a manera de verso, narra cómo sucedieron los hechos. Éste está ubicado en el atrio de la Parroquia de San Francisco de Asís.

IMG-20160823-WA0031

EL MILAGRO
Cuentan los pobladores de Ahualulco de Mercado, que en 1966 la escasez de lluvia amenazó gravemente los sembradíos, considerados la principal fuente de ingresos de este lugar, por lo que ante el inminente riesgo de perder sus cosechas, pidieron a su entonces Párroco, el señor Cura Pascual Islas Gómez, que bajara a la Imagen de su Altar para que hiciera un recorrido, y así, pudiera interceder para que terminara la sequía.
Fue entonces, cuando en el marco de la Fiesta del Inmaculado Corazón de María, en compañía de los habitantes, el Cristo Crucificado salió en procesión desde su Templo hasta la plaza principal, mientras que los asistentes imploraban porque la lluvia llegara a sus tierras; algo que, dicen, sucedió antes de terminar el recorrido.
A partir de este hecho, la devoción por el Señor del Altar Mayor ha aumentado de manera considerable, y la Fe de sus fieles se manifiesta de diferentes maneras.

Versos al Señor del Altar Mayor
Gracias, Señor, te pido
en mi humilde petición,
todo el pueblo a ti ha acudido
a implorar tu protección.

La lluvia ya no ha caído,
Señor, ¿qué vamos a hacer?;
nuestras milpas lo han pedido
y la sementera se va a perder.

Un grupito de señores
al señor Cura llegaron,
pidiendo les sea prestado
el Señor Crucificado.

En Solemne Procesión,
con la pena y el consuelo,
una plegaria ante el Cielo
pedimos en la oración.

Sacerdotes del lugar,
en fervorosa oración,
se dignaron acompañar
la deseada Procesión.

Cubierto nuestro destino
con el ruego más sincero,
un torrencial aguacero
azotó nuestro camino.

Todo el pueblo, ya contento,
bañado sin compasión,
exclama con loco acento,
¡bendita la religión!

Oído nuestro clamor,
continuamos más de prisa,
oyendo la Santa Misa
al Señor del Altar Mayor.

Gracias, Señor, te aclamamos
en este veintidós querido;
todos contentos estamos,
que te dignaste oírnos.

Sesenta y seis, y veintidós de agosto
que no se puede olvidar,
tenemos un Santo Cristo
que nos quiso consolar.

Autora: Silvia López González (Habitante de Ahualulco de Mercado).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario