La Liturgia
Aún nos hace falta mucho, como Iglesia, en la aplicación de la Constitución Litúrgica que emanó del Concilio Vaticano II, para que nuestras celebraciones sean el reflejo de nuestra vida cristiana.
Dulce Natalia Romero Cruz
Existen dos niveles de comprensión del concepto de Liturgia. Etimológicamente, proviene del griego y quiere decir “la acción del pueblo”. Incluso entre los griegos cuando se hablaba de liturgia, no sólo se referían al culto a los dioses, sino también acciones populares. Ya en cristiano, por así decirlo, es el término con el que se le conoce al culto que le brinda la Iglesia a Dios, y todo lo que implica (los ritos, los gestos, las palabras, la estructura, etc.).
REFORMA
El Concilio Vaticano II (CVII) la primera Constitución que hizo (que fue la que dio inicio formal a la Reforma), fue dedicada a laliturgia, la Sacrosanctum Concilium, en diciembre de 1963, en la que se dice que “la liturgia es la fuente y el culmen de toda actividad de la Iglesia, porque de ahí recibe la fuerza para llevar a cabo el Anuncio del Evangelio y llevar a los hombres al encuentro con Dios”, comentó el Pbro. David Benjamín Martín del Campo Cevallos, Vicario Parroquial de Nuestra Señora de La Luz.
Actualmente, la Iglesia tiene muchas familias litúrgicas: en Occidente tenemos la Romana, la Ambrosiana y la Hispánica.
“La jerarquía de la Iglesia tiene entre sus deberes el de custodiar el Culto. Por lo tanto, ha sido competencia de la jerarquía regular cómo se lleva a cabo. El Pueblo de Dios tiene muchas maneras de culto (Novenas, devociones y manifestaciones de religiosidad popular), pero el oficial sólo puede ser regulado por la Autoridad de la Iglesia”.
Pero el Padre Benjamín explicó que a lo largo de los siglos, se han ido acomodando las normas de la liturgia conforme a la mentalidad de la época y de los pueblos. Por ejemplo, “antiguamente se celebraba en idioma griego porque era el común, y cuando se extiende el imperio romano se pasa al latín, que ahora es la lengua oficial; pero en el CVII se cree ya conveniente el uso de la lengua local en la Liturgia”.
EL OBJETIVO
Con la Reforma en el CVII no se trataba de inventar algo nuevo ni de recortar lo que ya estaba, sino de ‘volver a las fuentes’, y fue provocada por el avance de la ciencia litúrgica motivado por los descubrimientos de documentos, escritos de los Santos Padres, el redescubrimiento de la Patrística, el Movimiento bíblico, para que la Liturgia fuera más transparente.
“Uno de los criterios fue que en la Liturgia hay cosas de institución divina que no cambian y hay otras de institución humana que son sujetas a cambio, en esas fue en las que se trabajó. Pero la Liturgia es inmutable en sí misma, aunque adaptable en las expresiones. También hubo una simplificación de algunos actos. Todo esto para que fuera más capaz de ser comprendida por los fieles”, aseguró el Pbro. Martín del Campo Cevallos.
“La finalidad fue lograr que todos los que son parte de la liturgia tuvieran una participación más piadosa, consciente y activa: Actuosa participatio. Debía provocar un encuentro con Cristo en los fieles, que transformara la vida cristiana”. Esto data del año 1903, con carta de ciudadanía que le dio al Movimiento litúrgico el Papa Pío X, la Tra le sollecitudini.
La liturgia tiene en sí misma, por la presencia dinámica de Cristo en ella, en virtud del Espíritu Santo, la capacidad de transformar al hombre. ¿Hemos sabido usar la liturgia como un medio eficaz de Evangelización? o ¿hemos estancado la Reforma Litúrgica en un esteticismo moderno que pretende arrancar sentimientos de devoción en lugar de suscitar una conversión auténtica?
SE HA DEJADO DE HACER O FALTA APLICAR
Para el Padre David Benjamin, según su propia experiencia y lo que investigó para su Tesis “Historia y Teología de la Reforma Litúrgica del Concilio Vaticano II”, en la práctica la Reforma se ha llevado a cabo, pero no está terminada, ni superada. Comentó que falta formación a los fieles: “vivimos en una Sociedad tan marcada por la imagen, tan pragmática, que la cuestión simbológica –propia de la liturgia-, se vuelve una dificultad. Los fieles no entienden el lenguaje simbólico”.
Asimismo, advirtió que la Catequesis Infantil carece de formación litúrgica, como también hace falta acentuar más la Formación del Clero en esta materia, pues no pocos creen que una liturgia participada es: “en la que cada una de las personas hace una cosa o que es una Misa ‘divertida’, por lo que se malbarata la sacralidad de la liturgia por el afán de hacerla cercana, pero no deja de ser hueca y no cumple con el objetivo de llenar la vida de los fieles.
“En los cantos ha habido avances y deficiencias. La mayoría datan de hace más de 30 años, y como vivimos una cultura muy emotiva, se comienza a usar en la liturgia todo aquello que mueva el sentimiento y por ello se incluyen cantos que no van unidos a la acción litúrgica”.
EN CONCLUSIÓN
“Debemos preguntarnos si, siendo fieles al CVII, hemos hecho de la liturgia un lugar donde el cristiano verdaderamente pueda encontrarse con Dios. Y de este encuentro sacar fuerzas para ser levadura que transforme la masa del mundo.
“El problema actual de la liturgia no estriba en necesidad de una nueva Reforma, sino en la cuestión de si hemos asimilado el espíritu de la Reforma. Si releemos con atención la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, saltan a la vista algunos puntos pendientes, como la participación activa.
“Queda pendiente la tarea más importante que es la educación de los fieles, pastores y laicos para una compresión y mejor participación de los Misterios de nuestra Salvación. La invitación es de volver al CVII y retomar de ahí sus directrices para llevar adelante la misión de la Iglesia”.
UN ENTE VIVO, DINÁMICO
Se pueden considerar 3 Reformas en la Liturgia: la primera normativa fue la de San Gregorio Magno; después, la primera Reforma en el Siglo XVI con el Concilio de Trento -que llevó a mejor término y aplicación el Papa San Pío V-, y la última, del CVII, a mediados del Siglo XX. Sin embargo, siempre la Liturgia ha sido sujeto de revisiones, actualizaciones. Muchos dicen que permaneció estática durante 500 años, es decir, entre los dos Concilios, pero es algo falso, pues siempre ha estado adaptándose y se puede revisar en los Misales Romanos.
OJO. ACLARACIÓN
El Padre Federico Lombardi, ex Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, en Conferencia de Prensa, “hizo una sugerencia muy sabia, decía que debíamos evitar el término ‘reforma de la Reforma’ porque se puede prestar a confusiones. Porque podría ser una manera de justificarse para desechar la Reforma del CVII, porque en sí misma es incuestionable. Decía el Cardenal Ratzinger: ‘Yo podría cuestionar la forma acelerada en que se aplicó la reforma litúrgica, pero ella, en sí, está muy bien fundamentada’.
“Más bien se tiene que hablar de un relanzamiento de la Reforma Litúrgica, porque no hemos sido capaces de asimilarla”.
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