lunes, 14 de diciembre de 2015

El angelito de Guadalupe

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La Basílica de Santa María, en el Barrio Trastévere, en Roma, custodia una exquisita imagen mariana, a la que los romanos le llaman “La Virgen de la Clemencia”.
Se trata de un ícono bizantino del Siglo VI, pintado sobre madera, que presenta a la Virgen sentada en un Trono con el Hijo de Dios sobre sus rodillas. En ésta, que es una de las imágenes más preciosas de María, su rostro y su aspecto son los de una soberana bizantina.

EL ARCÁNGEL CERCANO A MARÍA
La Virgen María aparece hierática, estática, en una postura fina; coronada y recubierta de piedras preciosas y de perlas.
A primera vista, parecería que está de pie, aunque en realidad está sentada, con las rodillas cerca del cuerpo, sosteniendo al Niño, que se mantiene en la misma línea vertical de la Madre, que de esta manera se convierte en un Trono para su divino Hijo.
La Basílica de Santa María en Trastévere es la primera iglesia de Roma dedicada a la Virgen María, y es muy antigua, pues data del Siglo III, cuando la fundó el Papa Calixto I, aunque su aspecto actual procede del Siglo XII, cuando fue reedificada por el Papa Inocencio II.
En su interior, en el ábside, un gran mosaico representa la Coronación de la Virgen en el Cielo, y por debajo del ábside, seis mosaicos –elaborados por Pietro Cavallini en 1291– ilustran episodios de la vida de la Virgen María: su Natividad, la Anunciación, el Nacimiento de su Hijo Jesús, la Adoración de los Magos, la Presentación en el Templo, y su Dormición.
Uno de esos pasajes, el de La Anunciación, presenta al Arcángel Gabriel, al momento del saludo a la “Llena de Gracia”, con alas tricolores extendidas. En efecto, las alas de San Gabriel son de color verde, blanco y rojo. Colores que, para un observador mexicano, son referencia inmediata del color de las alas del Ángel que se encuentra debajo de la imagen de la Virgen de México, Santa María de Guadalupe.

LA PRESENCIA DEL ARCÁNGEL GABRIEL
El acontecimiento de La Anunciación es narrado así por el Evangelista San Lucas: “Al sexto mes, envió Dios al Ángel Gabriel a una Ciudad de Galilea, llamada Nazareth, a una Virgen desposada con un hombre llamado José, de la Casa de David; el nombre de la Virgen era María. Y entrando, le dijo: ‘Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo’” (Lc 1, 26-28).
Cabe indicar que el nombre del Arcángel –en hebreo Gavri’el– significa ‘fuerza de Dios’, ‘poder de Dios’ o ‘fortaleza de Dios’, y se deriva de Gabar (fuerza) y El (Dios).
En muchas y variadas Apariciones marianas, la Virgen es acompañada por Ángeles, y concretamente por el Arcángel Gabriel en las Apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso, en Quito, Ecuador, de 1594 a 1634; en Garabandal, España, el 2 de julio de 1961; y en L’Ile-Bouchard, Francia, en 1947; Aparición, esta última, en la que el Ángel que la acompaña se presenta él mismo a las niñas videntes en respuesta a su pregunta acerca de quién es él, informándoles que es el Arcángel Gabriel.

COLORES DEL ARCÁNGEL SON LOS DE MÉXICO
En varias representaciones iconográficas de La Anunciación, el Arcángel Gabriel porta una custodia, como símbolo de una prefiguración Eucarística, pues es la Virgen María el primer sagrario, la primera persona que recibe a Cristo para que habite en ella.
Los colores de las alas de San Gabriel en el mosaico de La Anunciación, en la Basílica de Santa María en Trastévere, Roma, que coinciden, irrefutablemente, con los colores del Ángel guadalupano, representarían, en el color verde, el episodio del evangelio apócrifo “La Natividad de María”, que narra la historia de la elección de un esposo para la Virgen, que debía cuidar su virtud.
El método escogido tiene sustento en una Profecía de Isaías, que consistió en que los hombres de la Casa de David que pudieran casarse, habrían de llevar una vara verde al Altar. Una de las varas florecería, como señal divina de aprobación al hombre que habría de casarse con la Virgen.
José resulta ser el dueño de la vara verde que florece, y el varón justo a quien Dios designa para cuidar de María y de su Divino Hijo; en el color blanco, a La Inmaculada Concepción de María; y en el color rojo, la Nueva Alianza, sellada con la Sangre de Cristo, el mismo a quien la Virgen Santa María de Guadalupe trae a México en su seno virginal.
Muy probable es que el angelito de la Virgen de Guadalupe sea, en realidad, la fuerza de Dios –el Arcángel san Gabriel–, quien la acompaña en esta nueva Anunciación, Visitación y Natividad de Cristo en México.

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